El ex juez Sergio Moro aseguró este domingo que no se arrepiente “de nada” por su labor en el marco del caso ‘Lava Jato’, a pesar de la reciente decisión del Tribunal Supremo que consideró que no habría actuado con parcialidad en el juicio que instruyó contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción.
Según declaró el también ex ministro de Justicia, “no me arrepiento de nada. Todo lo contrario, estoy muy orgulloso de lo que se hizo en la Operación ‘Lava Jato’, afirmó mientras participaba en un encuentro organizado por el grupo Parlatório, según recogió Folha de Sao Paulo.
A pesar de que ya había insistido en que estaba “absolutamente tranquilo” sobre el acierto de sus decisiones, Moro admitió que cabe la posibilidad de que se cometiera algún error, pero no de forma intencionada.
Además, Moro defendió la necesidad de desmitificar la narrativa de la criminalización en la que se defiende que hay un juez malvado en connivencia con fiscales ambiciosos para perjudicar a los políticos.
Moro también calificó de “equivocada” y “desafortunada” la decisión de quitar la competencia para juzgar a Lula. Con la decisión del Supremo, queda cancelado el caso del apartamento de Guarujá, en Sao Paulo, el cual deberá comenzar ahora desde el principio.
Además, esta decisión se suma a la que recientemente falló el juez Edson Fachin, quien anuló el resto de las condenas de la operación ‘Lava Jato’ contra Lula por la falta de autoridad del tribunal de Curitiba que llevó los procesos.
El ‘habeas corpus’ presentado por Lula buscaba anular las condenas de corrupción dentro de la operación ‘Lava Jato’. La defensa sostiene que no sólo hubo parcialidad en el caso que instruyó Moro -el del apartamento de Guarujá en 2017-, sino también en los otros dos en los que participó, pues imputó al Partido de los Trabajadores (PT), antes de que acudir a la llamada del Jair Bolsonaro para ser su ministro de Justicia.
Lula ingresó en prisión el 7 de abril de 2018. Su condena supuso además su inhabilitación como candidato presidencial cuando era el favorito en las encuestas para las presidenciales del 7 de octubre de ese año, que finalmente fueron para Jair Bolsonaro.
Lula dejó abierta la posibilidad de ser candidato presidencial en 2022 después de su primera aparición pública tras ese fallo, aunque su discurso tuvo un marcado acento electoral, pues dibujó las líneas maestras de un hipotético programa y realizó duras críticas a Bolsonaro por su errática gestión de la pandemia del coronavirus y su afán armamentístico.
“Si consideramos que es posible derrotar a Bolsonaro, y si los compañeros del PT y de otros partidos lo consideran, estaré entero para eso (disputar las elecciones)”, aseguró el ex mandatario, quien también descartó que sus 75 años de edad puedan ser un obstáculo para su regreso a la vida política.
“Estoy predestinado a vivir hasta los 120 años y me quedan 40 años de vida para poder probar que montaron una organización criminal para acusarme e impedirme ser candidato”, dijo. Afirmó igualmente que, tras casi tres años paralizado, incluyendo un año y medio de prisión y otro año de cuarentena por la pandemia de la covid-19, esta “loco para comenzar a viajar por el país y comenzar a discutir con la población los problemas de Brasil”.
Con información de Europa Press
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