El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció este domingo que pedirá la postergación para mayo de la elección constituyente prevista el 11 de abril por una nueva ola de contagios de covid-19, una medida pedida por asesores científicos y dirigentes de oposición que debe ser ratificada por el Congreso.
Al afirmar que la prioridad es “la salud de todos los habitantes de Chile”, Piñera anunció en cadena nacional que el lunes presentará un proyecto de ley de reforma constitucional “para postergar las elecciones del 10 y 11 de abril, en medio de la preocupante alza de casos de covid-19”, que desde hace casi una semana rompieron el récord de la primera ola en junio de 2020, al superar la barrera de los 7.000 contagios diarios.
El anuncio es una formalidad luego de que los asesores de la pandemia, el Colegio Médico y dirigentes de oposición pidieran en los últimos días el aplazamiento de esta elección. El mandatario propuso entonces que las votaciones se celebren el 15 y 16 de mayo, fechas que deberán ser aprobadas por 2/3 del Congreso.
Encuestas entre la población también se mostraban a favor de una postergación por la situación sanitaria. “Proteger la salud y la vida de nuestros compatriotas ha sido siempre nuestra primera prioridad y compromiso”, dijo Piñera acompañado por el ministro de Salud, Enrique Paris, al finalizar una reunión de emergencia en el Palacio presidencial de La Moneda en Santiago.
La postergación ocurre en uno de los peores momentos de la pandemia, con más de 16 millones de habitantes del país sudamericano obligados a un confinamiento estricto desde el jueves. “Nuestra meta es que antes del 15 de mayo podamos vacunar a millones de personas y permitir elecciones más seguras”, afirmó el mandatario.
Piñera recalcó que los altos índices de contagios de las últimas semanas, y la sensación de inseguridad en la calle “inhibe a muchos a ir a votar” y como autoridad busca una elección con alta participación para escoger a los constituyentes, tal como fue el resultado de asistencia de casi 80% del electorado el 25 de octubre de 2020.
El plebiscito de ese día sobre si se cambiaba la Constitución heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) -reformada durante los últimos 30 años de democracia-, fue la salida institucional a la dura crisis social que sacudió a Chile a partir de las violentas protestas de octubre 2019.
Una mayoría de los chilenos salió a las calles a pedir un mayor bienestar social, con un Estado que tuviera una presencia más importante en la educación, salud y sistema de pensiones.
El Consejo Asesor Covid-19 del Gobierno había entregado este fin de semana una serie de recomendaciones al ministro de Salud, donde advirtieron que “llevar a cabo la elección en este contexto podía agravar la situación, no solo por el acto eleccionario, sino que principalmente por las actividades anexas a la votación”.
Chile lidera en América Latina la campaña de vacunación con más de 6 millones de personas que han recibido al menos una dosis, y los asesores científicos que habían augurado que los primeros impactos positivos de la inmunización se verían a mediados de abril, pidieron en las últimas horas que se acelere esta campaña de manera de alcanzar a al menos nueve millones de los 19 millones de habitantes antes de esta elección.
Piñera indicó también que “la segunda vuelta de la elección de Gobernadores, que debía realizarse el domingo 9 de mayo, se realizará el domingo 4 de julio, junto con las primarias presidenciales”.
La nueva ola de coronavirus en el país tiene al límite al sistema sanitario chileno con una ocupación de camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que alcanzó el 95% en la red pública y privada a nivel nacional, que funcionan de manera integrada desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
Con información de AFP
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