La tasa de desaprobación del Gobierno de Jair Bolsonaro creció hasta el 44 %, mientras que el rechazo a su gestión de la pandemia se disparó hasta el 54 %, en momentos en que Brasil vive un momento crítico con buena parte de sus hospitales al borde del colapso, según un sondeo publicado este miércoles.
La encuesta, elaborada por el Instituto Datafolha, muestra que el índice de desaprobación del mandatario aumentó cuatro puntos desde enero pasado y continuó por encima de su popularidad, que bajó levemente del 31 % al 30 %.
Por otro lado, un 54 % de los brasileños desaprueban la gestión del mandatario en la crisis sanitaria, porcentaje que supera el 48 % del sondeo de enero y supone un nuevo récord negativo, pues sobrepasa el 50 % registrado en mayo del año pasado.
Asimismo, la población que considera “óptimo o bueno” su trabajo en torno a la pandemia se redujo del 26 % al 22 %.
Bolsonaro ha minimizado desde el inicio la gravedad del COVID-19, que ya deja en el país más de 280.000 fallecidos y más de 11,6 millones de casos, lo que sitúa a Brasil como la segunda nación más golpeada por la pandemia, tan solo superada por Estados Unidos.
El martes, Brasil volvió a marcar un nuevo máximo diario de decesos asociados a la enfermedad al registrar 2.841.
Un día antes, Bolsonaro anunció a su cuarto ministro de Salud desde el inicio de la pandemia, el cardiólogo Marcelo Queiroga, quien sustituirá en el cargo al general del Ejército Eduardo Pazuello, cuya errática gestión del COVID-19 está siendo investigada en la Justicia.
Actualmente, la situación de la red pública de hospitales es crítica, con tasas de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) iguales o superiores al 80 % en 25 de los 27 estados brasileños.
En este contexto, un 43 % de los encuestados cree que Bolsonaro, que llegó a calificar al COVID-19 de “gripecita” y censura el uso de mascarilla, es el “principal culpado” de la grave situación sanitaria por la que atraviesa el país, agravada además por la circulación de nuevas variantes más infecciosas.
En la mala imagen del presidente brasileño también influyó la lenta campaña de vacunación, que empezó a mediados de enero, con algo de retraso respecto a otros países vecinos.
Hasta la fecha han recibido la primera dosis un 6,5 % de la población, y la segunda, apenas un 2,3 %. No obstante, el Gobierno mantiene su compromiso de que este año vacunará a los 212 millones de brasileños.
Otro de los factores negativos es el fin, desde principios de este año, de las ayudas para paliar los efectos económicos de la pandemia, aunque el Gobierno y el Congreso pretenden retomarlas próximamente ante el empeoramiento de la crisis sanitaria.
Los resultados de la encuesta fueron obtenidos a partir de entrevistas por teléfono a 2.023 personas entre los días 15 y 16 de este mes. El margen de error es de dos puntos.
(Con información de EFE)
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