Chile registró este domingo 5.734 nuevos casos de covid-19 y 100 muertos, lo que eleva el balance total en un año a 891.110 infectados y 21.674 decesos y demuestra que la segunda ola de la pandemia surgida tras las vacaciones del verano austral está lejos de contenerse.
Es el cuarto día consecutivo que se superan los 5.000 nuevos casos, unas cifras que no se veían desde junio del año pasado, cuando el país atravesaba una situación crítica, con la red sanitaria al borde del colapso y la mayoría de la población en cuarentena total.
Actualmente, hay 33.290 pacientes que se encuentran en etapa activa, lo que significa que pueden contagiar la enfermedad, y 2.015 personas hospitalizadas en cuidados intensivos, de las cuales 1.739 están con apoyo de ventilación mecánica, informó el Ministerio de Salud.
La virulencia de la segunda ola obligó a las autoridades a anunciar nuevas cuarentenas totales en grandes ciudades, como Concepción, Valparaíso o La Serena, y el confinamiento durante los fines de semana en la Región Metropolitana, a la que pertenece la capital y donde viven 7 de los 19 millones de habitantes del país. Este fin de semana, por tanto, está confinada el 90 % de la población de Chile, que en las últimas 24 horas registró una tasa nacional de positividad -el número de contagios de covid-19 detectados por cada 100 test PCR realizados- del 8,2 %.
Para frenar la pandemia también se adelantó una hora el toque de queda para todo el mes de marzo, que comenzará a las 22:00 horas, siendo aún más rígido para los restaurantes y el comercio detallista, que deben cerrar su atención al público entre semana a las 20:00 horas.
Pese a los malos datos, Chile sigue avanzando en su exitoso proceso de vacunación y durante la próxima semana se espera que 5 millones de personas hayan recibido al menos una dosis de la vacuna.
Según el registro One World Data de la Universidad de Oxford, Chile es el país que más rápido vacuna del mundo, con 1,4 dosis diarias por cada 100 habitantes, seguido por Israel, con 1,04 dosis.
¿Qué hay detrás del éxito de Chile?
Funcionarios y expertos dicen que la explicación está en negociaciones tempranas y simultáneas con varias farmacéuticas, contactos previos con algunas compañías y un sólido sistema de vacunación que cubre la totalidad de los 4.000 kilómetros de su territorio.
Durante los primeros meses de la pandemia, en 2020, los titulares eran que Chile se había convertido en uno de los países más afectados por el virus en la región, sólo detrás de Brasil y Perú, y abundaban las críticas a las autoridades por ser incapaces de ubicar y mantener aislada a la gente para evitar la propagación del COVID-19.
En paralelo, sin embargo, se desarrollaba otra historia que pocas personas sabían, que había comenzado muchas semanas antes y que tiempo después ayudaría a garantizar el acceso rápido a las vacunas.
El ministro de Ciencias, Andrés Couve, dijo a la AP que las negociaciones formales con las farmacéuticas empezaron en abril, un mes después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al COVID-19 como una pandemia. Para mayo, comentó, ya le habían presentado al presidente Sebastián Piñera una hoja de ruta con algunos planes para adquirir las vacunas una vez que fueran desarrolladas, y eso incluyó considerar la participación del país en los ensayos clínicos.
Pero una parte de la historia para conseguir las vacunas se remonta a octubre de 2019, en China, dos meses antes de que la nación asiática anunciara los primeros casos del nuevo coronavirus. Ese mes, el doctor Alexis Kalergis, bioquímico y director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia de la Universidad Católica, acudió con dos colegas chilenos a un congreso internacional de inmunologia en Beijing.
Ahí se reunió con varios colegas expertos, incluidos con algunos de la empresa china Sinovac Biotech Ltd, que muy pronto sería clave para el desarrollo de la vacuna contra el nuevo coronavirus.
Cuando China anunció en enero de 2020 que había identificado un nuevo virus, Kalergis pensó en los expertos de Sinovac a los que vio en Beijing y comenzó a contactarlos
“Trabajamos en vacunas y sabemos que el tipo de herramientas de salud que se requiere para una enfermedad de este tipo son justamente las vacunas”, dijo Kalergis a la AP. “Y aprovechando la experiencia, los contactos y el interés que manifestamos fue que se estableció, fue que iniciamos conversaciones con Sinovac”.
El inmunólogo dijo que habló con el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, sobre la necesidad de involucrar al gobierno. Sánchez se reunió con funcionarios de los ministerios de Salud, Ciencias y de la cancillería, a quienes explicó la necesidad de iniciar negociaciones formales lo antes posible. Entonces llegó abril e iniciaron las negociaciones.
A la cabeza de las negociaciones quedó Rodrigo Yáñez, subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales. Desde el principio, dijo a la AP, se acordó hablar con distintas compañías, laboratorios e instancias globales, como la ONU, y siempre sin cerrarse a ninguna posibilidad.
“Lo central del programa de vacunación en Chile y de la estrategia de búsqueda de vacunas ha sido justamente este pragmatismo, esta flexibilidad”, dijo a la AP. Buscaron siempre, añadió, “distintas alternativas y no poner todos los huevos en la misma canasta”.
En junio, mucho tiempo antes que cualquier país latinoamericano, Chile ya había asegurado un contrato con Sinovac, que se comprometió a hacerle entregas preferenciales una vez que la vacuna fuera autorizada, según contó Kalergis.
Además, en diciembre de 2020, Chile fue parte de los ensayos clínicos de la vacuna de Sinovac con 2.300 personas, en su mayoría personal médico. La nación sudamericana también participó en las pruebas de AstraZeneca, Janssen y de CanSino, otra farmacéutica china.
Actualmente, Chile ha comprado poco más de 35 millones de dosis. Hasta ahora, Sinovac ha prometido 14 millones de dosis, Pfizer 10,1 millones y AstraZeneca cuatro millones, además de que el gobierno adquirió otras 7,8 millones a través del mecanismo internacional Covax, que busca el acceso equitativo de vacunas en el mundo. De momento, las autoridades han invertido 200 millones de dólares y estima inyectar 100 millones más.
“El sistema de atención primaria de salud de Chile es el más importante de Latinoamérica” y durante el proceso de vacunación “ha demostrado su absoluta fortaleza”, dijo a la AP la doctora Mercedes López Nitsche, directora del Programa de Inmunología, de la facultad de Medicina de la Universidad de Chile y del programa nacional Núcleo Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.
Esta no es la primera vez que Chile muestra la fortaleza de su sistema de vacunación: entre marzo y abril de 2020, mientras el virus se extendía en el mundo, el país vacunó a ocho millones de personas contra la influenza.
El subdirector del a Organización Panamericana de la Salud, Jarbas Barbosa, atribuyó el éxito chileno a que “es un país de alto ingreso” y a que tuvo “una buena planificación y utilizó de una manera inteligente los recursos que tiene para hacer acuerdos bilaterales con algunos productores”.
(Con información de EFE y AP)
SEGUIR LEYENDO: