El Gobierno de Estados Unidos llamó este sábado a Bolivia a “defender” los derechos civiles interamericanos, aunque no hizo un comentario puntual sobre la reciente detención de la ex presidenta interina boliviana Jeanine Áñez.
“Instamos a nuestros amigos y vecinos en Bolivia a defender todos los derechos civiles y las garantías del debido proceso de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y los principios de la Carta Democrática Interamericana”, manifestó en su cuenta de Twitter Julie Chung, encargada de Latinoamérica en el Departamento de Estado.
Chung también dijo que “los estadounidenses y muchos en las Américas conocen por experiencia la necesidad de salvaguardar y renovar constantemente el gobierno democrático por y para el pueblo”.
No hubo, sin embargo, ninguna mención a la detención en la madrugada de este sábado de Áñez, aprehendida en la región amazónica de Beni y trasladada en un avión Hércules de la Fuerza Aérea de Bolivia hasta la ciudad de La Paz.
El viernes también fueron arrestados dos exministros en la misma región que fueron conducidos a la capital administrativa boliviana.
La ex presidenta y los exministros son acusados de “sedición y terrorismo” durante la crisis de 2019 tras las elecciones fallidas que derivaron en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
Esta mañana, Áñez fue trasladada de las celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en La Paz hasta la Fiscalía para declarar por el supuesto “golpe de Estado” en contra de Morales, quien gobernó el país entre 2006 y 2019.
A pesar de la importancia de estos hechos, Estados Unidos no emitió ningún comunicado y sólo se manifestó mediante el mensaje en Twitter de Chung, quien se limitó a citar dos de los instrumentos jurídicos más relevantes del derecho interamericano.
Bolivia ratificó en 1993 la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que Washington nunca ha suscrito, y también respeta la Carta Democrática Interamericana, a la que se adhieren los 34 países que son miembros activos de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa desde 1962).
El presidente estadounidense, Joe Biden, no ha aclarado cuál será su política hacia Bolivia. Ambos países mantuvieron una relación tensa durante los últimos años. Rompieron relaciones diplomáticas en 2008, cuando Morales expulsó a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y al entonces embajador estadounidense, Philip Goldberg, tras acusarlo de supuesta conspiración, algo que Washington negó y reaccionó echando al embajador boliviano, Gustavo Guzmán.
Tras ese incidente Washington y La Paz tuvieron relaciones únicamente a nivel de encargados de negocios hasta que, en 2019, el Gobierno interino de Áñez designó a Walter Óscar Serrate como representante de Bolivia en EEUU.
La Casa Blanca, sin embargo, no seleccionó a un embajador para Bolivia y, actualmente, la diplomática de mayor rango es Charisse Phillips, que tiene el título de encargada de negocios.
(Con información de EFE)
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