El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzará un nuevo programa que pretende ayudar a los países latinoamericanos a acceder a más vacunas contra el COVID-19. Lo anunció este jueves Mauricio Claver-Carone, su presidente, en una conferencia de prensa virtual de la que participó Infobae.
Con la excepción de Chile, que ya vacunó a más del 20% de su población y que está administrando más dosis diarias por habitante que ningún otro país en el mundo, las campañas de inoculación vienen muy rezagadas en el resto de la región. Desde México hasta Argentina, prácticamente todos están por debajo de las 5 dosis cada 100 personas —Brasil acaba de superar esa proporción—, y no hay señales de aceleración en el corto plazo.
“Necesitamos que las vacunas lleguen a la región para salvar vidas y reactivar la economía”, dijo Claver-Carone durante la rueda de prensa, en la que recordó que el BID puso a disposición USD 1.000 millones para financiar las distintas etapas de las campañas de inmunización: desde la compra hasta el almacenamiento y la distribución. “Hemos estado trabajando específicamente con nueve países que nos pidieron una ayuda adicional: Argentina, Bahamas, Belice, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá y Trinidad y Tobago”, agregó.
“No hay mayor crisis hoy que la democratización de las vacunas”, afirmó el estadounidense. “En los países desarrollados hay un cuello de botella en la producción y se reservaron la mayor parte del suministro, así que el mecanismo COVAX ha sido más lento de lo esperado y América Latina ha quedado rezagada”, dijo, en referencia al programa coordinado por la OMS para garantizar la provisión de vacunas a países en desarrollo.
Claver-Carone explicó que una de las razones del rezago que se ve en los países menos ricos son las condiciones que piden los laboratorios para firmar contratos. Por eso, el BID ofrecerá un sistema de garantías, que busca cubrir a los estados ante eventuales problemas y dar un reaseguro a las empresas.
“Nos dimos cuenta de que en las negociaciones con las farmacéuticas, éstas les pedían cláusulas de indemnidad, a lo que luego se sumaron muchas otras cosas, como la creación de fideicomisos para garantizar cualquier problema de responsabilidad, y ahora vemos que incluso están pidiendo nuevos marcos regulatorios”, dijo Claver-Carone.
“Lo que estamos anunciando hoy —continuó— es un instrumento financiero que servirá como garantía para los términos y condiciones en las que se entregan las vacunas, ante cualquier contingencia. El BID es la primera institución financiera internacional en crear un producto de este tipo”.
En concreto, este instrumento financiero pretende cubrir los requerimientos de los laboratorios sin exponer a los estados. “Es como una póliza de seguro, tanto para los países como para las farmacéuticas, que están pidiendo ciertas provisiones de responsabilidad. Como esto es difícil para los estados por sus marcos legales o porque nunca lo han hecho, lo que ofrecemos es un instrumento que provee esa garantía en caso de que se activen las cláusulas de responsabilidad”.
El funcionario fue bastante crítico con los laboratorios, a los que, sutilmente, acusó de aprovecharse de la desesperación de los gobiernos por vacunar a su población. “La región está desesperada, necesita las vacunas. Y, voy a ser honesto, las farmacéuticas lo saben. Hay una progresión en los términos que están exigiendo, que se vuelven más y más onerosos. Primero dicen ’necesitamos que creen un fideicomiso para respaldar (la compra)’; luego dicen ’ahora necesitamos que cambien todo su marco regulatorio y aprueben leyes que garanticen provisiones de indemnidad’. Se vuelve cada vez peor”.
El gobierno argentino fue uno de los que expresó sus reparos a las condiciones que le exigía Pfizer para venderle la vacuna que desarrolló junto a BioNTech. Ginés González García, ex ministro de Salud, dijo en diciembre del año pasado que el laboratorio había pedido “condiciones inaceptables” para firmar los acuerdos. Evitó dar detalles porque rigen cláusulas de confidencialidad, pero lo que trascendió fue que Pfizer pretendía tener inmunidad jurídica ante eventuales consecuencias adversas de la vacuna.
Claver-Carone se refirió a los planteos del gobierno argentino, uno de los nueve con los que el BID está trabajando más de cerca para brindar asistencia financiera. “Nos enteramos de sus preocupaciones en las negociaciones que mantuvieron con las farmacéuticas. Es uno de los países que nos expresaron sus inquietudes y tendrá acceso a este instrumento. Esperamos trabajar conjuntamente para resolver cualquier problema que pueda tener”.
El funcionario se mostró optimista con el efecto que puede tener esta nueva herramienta financiera. “Esperamos que esto ayude en las negociaciones bilaterales entre los países y las farmacéuticas. Hemos estado hablando con algunas de las compañías para ver de qué otras maneras el banco puede acelerar el despliegue de las vacunas en la región. Literalmente estamos trabajamos día y noche”, dijo el titular del BID.
“Esto podría romper el cuello de botella más significativo que existe en las negociaciones. Y no vamos a parar aquí. Vamos a seguir innovando, tratando de ser creativos”, agregó. De todos modos, trató de matizar su entusiasmo: “Tampoco creo que vaya a ser una bala de plata”.
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