Más de 7 millones de bolivianos concurren otra vez este domingo a las urnas para elegir por voto a los gobernadores de los nueve departamentos y a los alcaldes de los 336 gobiernos municipales, entre ellos el de la ciudad de El Alto, la segunda más poblada del país y el histórico bastión electoral del MAS de Evo Morales, que puede terminar cedido a la ex presidenta del Senado Eva Copa, quien se alejó recientemente del expresidente por disputas de candidaturas.
“Mi salida del MAS no tiene retorno”, ha dicho reiteradamente en la tensa campaña electoral alteña la joven mujer aymara que es vista por analistas políticos como el posible mayor fenómeno político de los comicios de este domingo y como una de las potenciales rivales del partido de Morales en las presidenciales que se realizarán dentro de cinco años.
Hasta 2019 Eva Copa era una senadora del MAS de muy bajo perfil y casi desconocida en el país. Fue con la salida de Evo Morales y con el inicio del gobierno transitorio de la expresidenta Jeanine Añez cuando su figura se hizo más pública y relevante, ya que resultó elegida presidenta del Senado, cuando los líderes más relevantes del masismo se alejaron de los principales cargos públicos, se asilaron o se fueron del país.
En esa etapa crítica de la vida política de Bolivia, hace 15 meses, Eva Copa juró como presidenta del Senado y su figura fue clave para acordar con el gobierno transitorio la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales y la pacificación momentánea del país, que estaba convulsionado por la renuncia de Evo Morales antes de la conclusión de su mandato, tras una protesta de 21 días debido a denuncias de un fraude electoral.
La senadora del MAS entró entonces en escenario y se la vio viabilizar junto al Poder Ejecutivo y el Legislativo la transición, la convocatoria a nuevas elecciones, la aceptación de la renuncia de Morales y la pacificación del país.
Durante ese periodo convulsionado por una profunda crisis política, Eva Copa se convirtió también en un factor de oposición y de resistencia al gobierno transitorio de Jeanine Añez, cuando existió la posibilidad de un alargamiento del mandato provisional por las postergaciones de las elecciones debido a la pandemia de coronavirus. En la línea de Evo Morales y del MAS, Copa también bloqueó desde el Senado créditos conseguidos por el gobierno de Añez, como uno del FMI. Copa se quejó entonces de falta de coordinación de poderes por actitudes arbitrarias de la mandataria y de sus colaboradores, y denunció persecución política judicial. La senadora también respaldó la campaña del actual presidente Luis Arce y desde que se hizo visible como líder de la renovación del MAS empezó ya a perfilarse como posible candidata de ese partido a la alcaldía de El Alto, la ciudad en la que vive y a la que representaba en el Senado.
Con el retorno del MAS al poder y en el inicio del mandato de Luis Arce, Copa se puso en carrera preelectoral, junto a decenas de otros precandidatos de su partido a la alcaldía alteña.
Pese a mostrarse como la precandidata masista con mayor apoyo popular de El Alto, no consiguió ser la elegida para postular a la alcaldía alteña por el MAS. Con el apoyo de Evo Morales, el designado para ser candidato fue el dirigente sindical y campesino aymara Zacarías Maquera.
Esta decisión fue el factor de discordia que produjo la ruptura de Copa con Morales y la cúpula del MAS, por lo que decidió alejarse del partido y aceptar la invitación de la agrupación Jallalla, que tenía como candidato a la gobernación al fallecido líder aymara Felipe Quispe, uno de los que siempre disputó con Evo Morales el apoyo del nacionalismo popular indígena en Bolivia.
De compañera a adversaria
Eva Copa ha explicado insistentemente que su alejamiento del MAS se debió a las acciones de la cúpula del MAS, que tiene capturado, según ella, al expresidente Morales, después del retorno de su asilo de Argentina. Por su lado, los dirigentes masistas decidieron su expulsión, en tanto que el ex mandatario cuestionó la que considera “una traición” de la ex senadora Copa. Otros dirigentes masistas la han amenazado con juicios y la acusaron de haber apoyado al gobierno transitorio. La respuesta de Copa ha sido de rechazo a esas versiones.
Durante la campaña, al menos cinco encuestas han anticipado una victoria amplia de Eva Copa en la elección de la alcaldía de El Alto, con por lo menos el 80% de la intención de voto, lo que le daría un poder absoluto. En contrapartida, el apoyo a Maquera, que es el candidato avalado por Morales en el MAS, no ha llegado al 10 por ciento en la intención de voto de la ciudad que le dio al expresidente y a Luis Arce una votación siempre superior al 70 por ciento.
La gestión de Morales como Presidente se apoyó siempre en el amplio respaldo que le daban los alteños y que se repitió en la votación de octubre del año pasado, que le devolvió el gobierno al MAS, con Luis Arce como nuevo Presidente.
Con esos antecedentes, el propio Evo Morales se incorporó activamente a la recta final de la campaña masista en El Alto, pero la preferencia en las encuestas se inclinó ampliamente por Copa.
Se queja de la “guera sucia”
La ex senadora y ahora candidata de Jallalla ha protestado airadamente en la parte final de la campaña por la “guerra sucia” de su ex jefe político, ya que la han acusado incluso de recibir financiamiento de la embajada de EEUU y de representar a los partidos opositores de la derecha.
Aunque algunos analistas políticos consideran que Eva Copa puede convertirse en el mayor fenómeno electoral de este domingo y, por lo tanto, ser la opción de competencia del MAS en las futuras elecciones presidenciales de 2025, ella dice tener puesta la mira solo en el presente, que es el triunfo en la competencia por la alcaldía de El Alto.
“En estas elecciones lo más notable será el nacimiento de una nueva opción política surgida desde el mismo campo del nacionalismo popular, que ha estado en manos del MAS, pero que puede tener una competencia como Eva Copa. En cambio, la oposición todavía no tiene una alternativa fuerte”, comentó el politólogo Carlos Saavedra.
Para otros analistas como Marcelo Silva, la mayor debilidad que tiene por ahora Copa para convertirse en una opción política nacional de futuro es que Jallalla es una estructura partidaria emergente, a diferencia del MAS, que sigue fuerte.
Eva Copa es una profesional de 34 años formada como trabajadora social en la Universidad Pública de El Alto, donde se desempeñó como dirigente estudiantil. A los 27 años se incorporó al MAS y fue elegida senadora por La Paz.
En las elecciones de este domingo también compiten con grandes posibilidades de ser elegidos como autoridades regionales algunos líderes de la oposición, como Manfred Reyes Villa, que aspira a la alcaldía de Cochabamba, y Luis Fernando Camacho, que postula a la Gobernación de Santa Cruz. Otra de las figuras políticas que compiten en la elección es la ex presidenta Jeanine Añez, como candidata a la Gobernación de Beni.