Una nueva manifestación fue convocada este sábado, tras una masiva movilización realizada 24 horas antes contra la falta de insumos para combatir el coronavirus y por el colapso de los hospitales ante el aumento de casos. La protesta terminó con enfrentamientos entre policías y ciudadanos, que dejaron al menos 26 heridos y un fallecido.
El Gobierno anunció esta mañana que el presidente pidió a los ministros que pongan sus cargos a disposición, y más tarde anunció cuatro cambios de gabinete. En un mensaje grabado el mandatario anunció que los cambios, que incluyen Salud, Educación, Ministerio de la Mujer y al responsable del Gabinete Civil, fueron tomados “en aras de la pacificación” y ante las expectativas de la ciudadanía.
“Soy consciente que la ciudadanía espera cambios y lo voy a hacer”, dijo en el mensaje dirigido al país y recogido por La Nación. “Voy a nombrar a nuevos ministros en la cartera de Salud, Mujer, Educación y Gabinete Civil y esta semana seguiremos evaluando otros cambios”, concluyó Abdo.
El mandatario también dijo que la libertad de expresión está garantizada en el país, si bien no hizo autocrítica de la actuación policial del viernes contra ciudadanos que denunciaban su gestión de la pandemia y la escasez de medicamentos en los hospitales públicos.
Mientras tanto, los principales partidos de la oposición acordaron este sábado que la salida a la crisis política pasan por el abandono del poder del presidente, y del vicepresidente, Hugo Velázquez, y por nuevas elecciones.
Los líderes de esas formaciones dieron a conocer ese planteamiento tras repudiar la actuación de la Policía del viernes frente al Congreso, cuando se dispersó con balines de goma, gases y camiones hidratantes un concentración de varios centenares de personas que denunciaban la falta de insumos y medicinas en los hospitales y la gestión del Gobierno ante la pandemia.
En ese sentido, la jerarquía católica lamentó el sábado los incidentes del viernes, y puso el acento en una indignación ciudadana ante factores como la “corrupción en la administración de los recursos públicos”.
La Conferencia Episcopal Paraguaya pidió en un comunicado que se escuche “la legítima indignación de la población”, en relación a esa manifestación frente al Congreso que fue reprimida por la Policía con balines de goma y en la que se denunció la falta de medicinas para enfrentar la covid-19.
Y enfatiza que el ejercicio de la autoridad se debilita “cuando la eficacia, la idoneidad, y la probidad moral de los que ocupan cargos no están a la altura de las exigencias”, dice la nota.
”Un factor transversal es la corrupción en la administración de los recursos públicos, que indigna gravemente al pueblo, debilita la credibilidad necesaria para generar unidad, dificultando un diálogo nacional positivo y enfocado en soluciones para todos”, señala la nota.
Hace dos semanas el Indice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional posicionó a Paraguay como el segundo país más corrupto de Suramérica, solo adelantado por Venezuela, un ránking que el Gobierno paraguayo prefiere tomar con distancia.
La atención sanitaria es otra de las debilidades del país, desnudadas durante la pandemia, que ha dejado unos 3.200 muertes y en las últimas semanas una aumento sostenido de los casos que han desbordado los hospitales y ambulatorios.
Con información de AFP, EFE
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