Un estudio preliminar realizado por investigadores brasileños alertó que la variante amazónica del coronavirus puede sortear los anticuerpos producidos por la vacuna china Coronavac, fabricada por el Instituto Butantan y principal antídoto utilizado en la campaña de vacunación contra el COVID-19 en el gigante sudamericano.
Los científicos que llevaron a cabo la investigación aclararon que los datos son preliminares, dado que se recolectaron a partir de una muestra de tan solo ocho voluntarios, ahora deberán ser confirmados por una investigación más amplia.
Según informó el periódico brasileño Estadao, el estudio fue realizado por científicos de la Universidad de San Pablo y de la Universidad Estatal de Campinas, conocida como UNICAMP. Fue publicado este lunes en la sección de “preimpresiones” (artículos aún no revisados por otros científicos) de la revista científica The Lancet.
La investigación
Los científicos recolectaron plasma de ocho participantes que habían recibido las dos dosis de la vacuna Coronavac hace unos cinco meses y probaron la actividad neutralizante de los anticuerpos presentes en el plasma contra la variante brasileña P.1 y contra la cepa más común en Brasil (la B) antes de que apareciera la nueva.
Fue allí cuando observaron que el nivel de anticuerpos capaces de detener el virus fue menor para la variante P.1 que para la cepa B, estando por debajo del límite de detección en la prueba.
Los científicos señalaron, sin embargo, que esta diferencia no puede considerarse estadísticamente significativa porque la muestra de voluntarios fue pequeña y el nivel de neutralización en ambos casos fue “bastante bajo”.
Igualmente, indicaron que “los resultados sugieren que P.1 (la variante brasileña) puede escapar de los anticuerpos neutralizantes inducidos por una vacuna de virus inactivado” contra Sars-CoV-2 (como es el caso de Coronavac).
Por otro lado, afirmaron que la protección de Coronavac contra casos severos de COVID-19 (visto en estudios clínicos) indica que los anticuerpos neutralizantes no son el único factor protector contra la enfermedad y que las respuestas de otras células de nuestro sistema inmunológico, como los linfocitos T o B de memoria, pueden reducir la gravedad de la enfermedad incluso si hay tal reducción en la actividad de los anticuerpos.
Sugieren que, para prevenir la transmisión de la nueva cepa, puede ser necesario aplicar una dosis de refuerzo de la vacuna, actualizada para esta u otras variantes que se presenten.
Las conclusiones de otros dos estudios
La variante brasileña del COVID-19, bautizada como P.1, podría tener una carga viral hasta diez veces más elevada y es capaz de evadir el sistema inmune de aquellas personas que ya tenían anticuerpos contra el coronavirus, revelaron otros dos estudios preliminares realizados por investigadores brasileños e ingleses.
“Probablemente hace las tres cosas al mismo tiempo: es más transmisible, invade más el sistema inmune y probablemente debe ser más patogénica”, dijo este lunes en declaraciones a la agencia de noticias EFE Ester Sabino, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo (USP) y coordinadora del grupo de la USP que participó en la investigación desarrollada por el Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento y Diagnóstico de Abrovirus (CADDE).
Este estudio preliminar, publicado el pasado viernes, sugiere que la nueva variante originaria del estado de Amazonas es entre 1,4 y 2,2 veces más transmisible que los linajes que la preceden y “probablemente” es uno de los factores que están detrás de la segunda ola del coronavirus en Brasil.
Los científicos concluyeron, además, que la nueva cepa es capaz de evadir el sistema inmune y causar una nueva infección en parte de los individuos ya infectados por el coronavirus, concretamente entre el 25 y el 61%.
“No se pueden explicar tantos casos a no ser por la pérdida de la inmunidad”, resaltó Sabino, quien coordinó el estudio junto con el investigador Nuno Faria, de la Universidad de Oxford.
El estudio preliminar, basado en un modelo matemático realizado por el Imperial College London, está basado en el análisis de genomas de 184 muestras de secreción nasofaríngea de pacientes diagnosticados con COVID-19 en un laboratorio de Manaos entre noviembre de 2020 y enero de 2021.
La capital del estado de Amazonas ha sido el epicentro de la pandemia en Brasil tanto en la primera como en la segunda ola del coronavirus y vive un colapso sanitario desde finales del año pasado debido a la explosión de casos y de ingresos por coronavirus.
La investigación, que contó con el apoyo de la Fundación de Amparo a las Investigaciones del Estado de San Pablo (Fapesp), todavía no ha sido revisada por otros científicos ni publicada en revistas científicas.
Asimismo, otro estudio divulgado también el pasado viernes por investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz de la región amazónica indica que la carga vírica en el organismo de los individuos infectados con la P.1 puede ser hasta diez veces mayor.
Brasil, uno de los países más castigados del mundo por la pandemia, acumula 10.587.001 contagios desde que registró el primer caso de la enfermedad, el 26 de febrero del año pasado, y 255.720 muertes desde que contabilizó la primera víctima, el 12 de marzo de 2020.
Tales cifras confirman al gigante latinoamericano, con sus 210 millones de habitantes, como uno de los epicentros globales del COVID-19 y como el segundo país con más muertes por la enfermedad en el mundo, superado tan sólo por Estados Unidos, y como el tercer con más contagios, por detrás del país norteamericano e India.
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