El presidente de Bolivia, Luis Arce, felicitó este martes a una universidad pública por haber producido dióxido de cloro para tratar el COVID-19, pese a las alertas sobre su uso hechas por entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Arce se refirió al asunto en un discurso durante la inauguración de unas instalaciones nuevas en la estatal Universidad Técnica de Oruro (UTO), en esa región andina.
“Contentos de ver cómo se ha ido industrializando y combatiendo el coronavirus con nuestra universidad. Felicitamos al rector, a todos quienes han participado en la producción de dióxido de cloro que ha sido muy útil para la población, especialmente en los centros mineros donde se han curado con dióxido de cloro”, sostuvo el gobernante.
El mandatario destacó que aquello se haya realizado “cuando había un gobierno detrás que perseguía a todos quienes estábamos en contra de ese gobierno de facto”, en alusión a la gestión transitoria de la expresidenta Jeanine Áñez, cuya Administración no aprobó el uso del dióxido de cloro contra el COVID-19.
Arce insistió en reconocer a la universidad “en ese trabajo de buscar soluciones prácticas y de alcance al pueblo boliviano y al pueblo orureño en particular para resolver ese tema”.
El partido de Arce, el Movimiento al Socialismo (MAS), promovió en la anterior legislatura una ley para regular la elaboración, venta, suministro y “uso consentido” del dióxido de cloro, un producto similar a la lejía, para prevenir y tratar el COVID-19.
El oficialismo impuso su mayoría parlamentaria para aprobar la norma que fue promulgada en octubre pasado por la entonces presidenta del Senado, Eva Copa, del MAS, y que finalmente entró en vigor durante la gestión de Arce.
ADVERTENCIAS Y POLÉMICAS
El Gobierno transitorio de Áñez había advertido de que no se usara ese producto por los riesgos para la salud, advertidos por organismos sanitarios internacionales y de varios países en distintos continentes, por efectos nocivos como la destrucción de tejidos en los sistemas respiratorio, gastrointestinal, hepático y renal.
Pese a aquellas advertencias, el producto se vende en farmacias del país con una notable demanda y ha provocado un debate entre quienes cuestionan su uso y quienes lo defienden.
Durante la pandemia del coronavirus se ha promocionado a través de las redes sociales y la web en varios países el consumo vía oral de soluciones de dióxido de cloro -directamente u obtenido a partir de clorito de sodio, también conocido como MMS (Miracle Mineral Solution)- para el tratamiento o la prevención de la infección por coronavirus.
Organismos como la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han alertado de que no hay evidencias de que sea eficaz para uso médico, no solo para tratar el coronavirus sino cualquier otra enfermedad.
En enero pasado, la Justicia argentina empezó a investigar a un médico que prescribió el producto, desautorizado en el país, a un paciente de coronavirus que terminó falleciendo en un hospital de Buenos Aires en el que estaba internado de gravedad.
El mismo mes, la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia ordenó a la modelo Natalia París el cese “de manera inmediata” de publicaciones relacionadas al consumo de dióxido de cloro para tratar o evitar el coronavirus, tras una polémica levantada por sus recomendaciones en ese sentido.
(Con información de EFE)
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