El nivel de deuda de América Latina alcanzó el 79% del PIB, diez puntos porcentuales más que el último año, y más de la mitad de los fondos comprometidos por el FMI para contrarrestar la crisis derivada de la pandemia se concentran en la región, dijo el viernes Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un encuentro virtual con un reducido grupo de medios.
Consultada sobre la posibilidad de una nueva crisis de deuda en la región, Georgieva se mostró cauta. ”La deuda ha ayudado, pese al terrible impacto de la pandemia, para mitigar la crisis por ahora, aunque ha tenido como consecuencia la subida de los niveles de deuda en Latinoamérica”, explicó.
Precisó que en la región la deuda ha crecido en diez puntos porcentuales, hasta el 79% del PIB, en apenas un año. Para la directora del Fondo, sin embargo, el mayor peligro es el bajo crecimiento de la región, por lo que pidió reformas para reimpulsar la economía y no quedarse atrás a nivel global.
”Pronosticamos recuperaciones y crecimientos positivos en Latinoamérica, vemos que las previsiones del 4 % ayudarán a las obligaciones de duda y estabilizar la situación en ese aspecto, pero también es cierto que el crecimiento comparado el 5,5% global es menor”, advirtió Georgieva.
Con todo, la funcionario “felicitó” a Latinoamérica por tomar medidas fiscales para contrarrestar la pandemia desde un primer momento, “también usando diferentes instrumentos del Fondo como líneas de crédito o financiación de emergencia”.
En total, el organismo ha comprometido en la región más de 127.000 millones de dólares, del total de cerca de 250.000 comprometidos a nivel global. Entre ellos se destacan la líneas de crédito abiertas con Chile, de 23.000 millones de dólares, y Perú, 11.000 millones; más la renovación del existente con México de 61.000 millones, así como el apoyo explícito a todos los países de Centroamérica, excepto Belice.
Incluso Costa Rica y Panamá, dos de las economías regionales más prósperas, han llamado a las puertas del FMI.
En Latinoamérica, sólo Brasil y Uruguay no han recurrido al Fondo para amortiguar el golpe económico de la pandemia, además de Argentina, actualmente inmersa en negociaciones para un nuevo programa de rescate, y Venezuela que mantiene una tirante relación con el organismo.
Además, Georgieva indicó que la crisis provocada por la pandemia del covid-19 amenaza con provocar “una década” e incluso “una generación perdida”, especialmente dada la “enorme divergencia” en la recuperación económica y en el acceso a las vacunas.
”El año pasado el gran riesgo económico fue el confinamiento. Ahora son las grandes divergencias y la recuperación desigual”, subrayó Georgieva, la directora gerente del FMI.
En concreto, expresó su preocupación de que la magnitud de la crisis provoque “una década y una generación perdida”, y advirtió del creciente riesgo de “agitación social” en los países en desarrollo. Como causa, Georgieva apuntó que “la capacidad de respuesta está siendo muy diferente” dependiendo del país.
Las economías avanzadas han desplegado paquetes de estímulo fiscal por valor del 25% de su producto interior bruto (PIB), mientras que las economías en desarrollo solo han podido emplear el 10%.
Además, agregó que 110 países de los 189 miembros del Fondo, la mayoría emergentes y de bajos ingresos, no alcanzarán sus niveles de PIB previos a la pandemia hasta 2023.
A ello se suma el desigual acceso a las vacunas, con los avanzados ya inmersos en planes de inoculación masivos y los en desarrollo en lista de espera, algo que calificó de “dramático”. ”En África -sostuvo como ejemplo- solo un país ha comenzado ya la campaña de vacunación: Marruecos”.
En enero, el Fondo revisó al alza las previsiones de crecimiento económico mundial al 5,5 % en 2021, tres décimas más de lo anticipado en octubre, gracias a las expectativas de recuperación por la vacuna y el apoyo fiscal adicional en Estados Unidos y Japón.
Con información de EFE y Reuters
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