El presidente del Perú, Francisco Sagasti, anunció este jueves un acuerdo con el laboratorio Pfizer para recibir 20 millones de vacunas contra el covid-19 e informó además que el primer lote de un millón de dosis de la inmunización de Sinopharm embarcará rumbo al país andino el 13 de febrero.
“Ya cerramos el acuerdo con Pfizer para que nos entregue 250.000 dosis de vacunas en marzo y 300.000 en abril, como parte de un total de 20 millones que se entregarán en los meses siguientes”, detalló Sagasti mediante un mensaje a la nación.
El mandatario añadió que, hasta el mes de junio, el país contará “por lo menos con un mínimo de 5.050.000 dosis de Pfizer”.
El Ministerio de Salud, a través de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), avaló esta semana el registro sanitario condicional de esta vacuna para que pueda ingresar y ser comercializada en el país, durante la emergencia sanitaria decretada por la pandemia.
Pfizer es la segunda vacuna autorizada por la Digemid, que previamente ya había otorgado una licencia excepcional a la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinopharm.
Mientras el país espera la llegada de las primeras vacunas, el Gobierno impuso desde el pasado 31 de enero una cuarentena obligatoria de 15 días en las diez regiones del país más azotadas por la segunda ola de contagios de covid-19, entre ellas Lima.
Perú se encuentra de nuevo con su frágil sistema sanitario colapsado ante el acelerado incremento de casos de coronavirus, lo que ha hecho que los fallecimientos repunten a niveles similares a los de la primera ola, cuando el país fue uno de los epicentros mundiales de la pandemia.
Tras registrar en las últimas 24 horas un total de 184 nuevas muertes y más de 5.600 casos de covid-19, el país ya acumula cerca de 1,16 millones de casos confirmados y más de 41.530 fallecimientos por la enfermedad, según el último registro oficial.
El país de los incas se sumó así a otras naciones del continente que ya cerraron acuerdos con Pfizer. El primer gobierno en hacerlo fue el de Sebastián Piñera. Chile anunció a fines de diciembre que había firmado los contratos y antes de fin de año empezó a aplicar las dosis a su ciudadanía. Según se informó oficialmente, el entendimiento comprende el arribo de más de 10 millones de componentes.
Semanas después, cerró otro entendimiento para la adquisición de 4 millones de vacunas chinas Sinovac, que ya se encuentran en el territorio. De hecho, el país trasandino inició esta semana una campaña de vacunación masiva en el que espera inmunizar a más de 100 mil personas por día.
La estrategia es similar a la elegida por Uruguay, cuyo presidente Luis Lacalle Pou anunció recientemente que cerraron acuerdos para comprar vacunas de Pfizer y Sinovac, aunque empezarán a ser aplicadas recién en marzo.
Rafael Radi, coordinador del grupo de asesores del gobierno, planteó que la vacuna de Pfizer será utilizada para “blindar al personal de salud y las poblaciones vulnerables” en una primera etapa. Y luego la campaña masiva se realizará con Sinovac.
¿Y Argentina?
A diferencia de Chile, Uruguay y Perú, la Argentina ha tenido problemas para cerrar acuerdos con Pfizer pese a que fue uno de los primeros laboratorios con los que entabló negociaciones.
Esta semana, el ministro de Salud, Ginés González García, brindó en el Congreso la versión oficial sobre por qué no se llegó a un entendimiento y acusó a la compañía de haberse “portado muy mal” con los argentinos.
En ese sentido, detalló que las complicaciones surgieron a raíz de la ley aprobada por el Congreso que reglamentaba la compra y aplicación de las vacunas en el marco de la emergencia sanitaria.
“Esa ley tuvo un pronto despacho, creo que salió por unanimidad. Y hubo un agregado al proyecto original, que estaba en la potestad de los diputados, vinculado al tema de la negligencia que hizo que cuando les remití una nota para querer firmar el acuerdo, Pfizer me dice que con ese artículo no lo puede firmar”, explicó el ministro de Salud.
Concretamente, se refirió al artículo 4 de la ley 27.573 que faculta al Poder Ejecutivo a incluir “cláusulas que establezcan condiciones de indemnidad patrimonial respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias” pero con “la excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia”.
“Obviamente, les mando una carta diciendo que aparecían nuevas condiciones en la negociación, que me parecía una cosa muy difícil”, continuó el ministro, e insistió en que Pfizer puso su mayor énfasis en el tema de la negligencia. “No querían que directamente estuviera la palabra”, agregó.
González García luego explicó que pidieron ayuda a la Secretaría de Legal y Técnica para ver si existía alguna forma de adecuar la ley a las necesidades de Pfizer a través de la reglamentación de la ley. Pero esta alternativa no resultó viable sin modificar el espíritu de la ley.
“Queríamos adecuarnos a cualquier condición, siempre que no significara resignar soberanía o cambiar las leyes”, dijo.
Por otro lado, el ministro especuló con que se trató de “una estrategia” de la empresa para no comprometerse a hacer una entrega ya que no tenían las vacunas suficientes. En ese sentido, señaló que han tenido problemas y retrasos en muchos países.
“Lamentablemente, Pfizer se comportó muy mal con nosotros y no tuvo ninguna correspondencia con la actitud que nosotros tuvimos, primero en hacer el ensayo clínico, ley específica”, concluyó.
Mientras tanto, la Argentina mantiene un acuerdo con Rusia para la compra de dosis de Sputnik V. Sin embargo, la producción de los componentes y su arribo en la Argentina está demorado. Por ese motivo, el presidente inició conversaciones con laboratorios chinos. Pese a las complicaciones, González García planteó que a mediados de año el país alcanzará la inmunidad de rebaño.
Con información de EFE
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