La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador) se reunirá este domingo 17 para decidir si autoriza el uso en el país, por condiciones de emergencia, de las dos únicas vacunas cuyos laboratorios iniciaron procesos para registrar sus productos en Brasil. Se trata de la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac y de la desarrollada conjuntamente por el laboratorio británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
En un comunicado, la Anvisa indicó que la Dirección Colegiada de la entidad se reunirá el 17 de enero “para decidir sobre los pedidos de autorización en carácter de emergencia, temporal y experimental” de los dos antídotos que serán producidos en el país por los laboratorios estatales Instituto Butantan y la Fundación Fiocruz.
Cinco directores de Anvisa participarán en esta reunión de forma excepcional, que está prevista que comience a las 10 de la mañana y durará cinco horas. En esta evaluación final, si al menos tres directores votan a favor del uso de emergencia, las vacunas pueden ser usadas en Brasil, y el gobierno puede comenzar el Plan Nacional de Inmunización.
El Instituto Butantan, vinculado al Gobierno del estado de Sao Paulo y que trabaja desde hace varios meses en el desarrollo de la vacuna china, y la Fundación Fiocruz, que hace lo propio con la de AstraZeneca y la universidad británica de Oxford, realizaron pruebas de sus antivirus en miles de voluntarios.
Con un 50,4 % y un 70 % en promedio de eficacia, las vacunas de Sinovac y AstraZeneca, respectivamente, son las apuestas firmes de Brasil para reducir el número de hospitalizaciones y muertes por covid-19, después de un aumento disparado de los casos en plena segunda ola de la pandemia sin nunca haber controlado la primera.
De las 354 millones de dosis de vacunas anticovid que el Ministerio de Salud tiene confirmadas para este año, 212,4 millones son del producto de AstraZeneca y otros 100 millones de Sinovac. De este total, Brasil ya tiene almacenadas en el país 6 millones de vacunas de Sinovac y espera recibir el lunes 2 millones del producto de AstraZeneca importadas desde India para poder iniciar la campaña de inmunización con 8 millones de dosis.
A finales de enero el país ya podrá contar con las vacunas que se producirán directamente en el país. La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de estudios médicos vinculado al Ministerio de Salud, tiene licencia para producir la vacuna de Oxford en Brasil y capacidad para fabricar más de 15 millones de dosis mensuales. El Instituto Butantan, vinculado a la gobernación de Sao Paulo, tiene licencia para fabricar la vacuna de Sinovac y planea producir hasta 50 millones de dosis en el primer semestre de este año.
Otros dos antídotos, el del consorcio estadounidense-alemán Pfizer-BioNTech y el de la belga Janssen, brazo europeo de la multinacional norteamericana Johnson & Johnson, realizan también en Brasil estudios de tres fases con voluntarios, pero ninguno ha pedido al regulador su uso de emergencia hasta el momento.
Las vacunas Sputnik V, desarrollada en Rusia y con un principio de acuerdo con el Gobierno del estado de Paraná (sur), y Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech y que pretende ser adquirida por las clínicas particulares, pueden entrar en el cuadro de vacunas a pesar de no haber tenido estudios previos en el país.
El Gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha sido blanco de críticas por no contar con una fecha de inicio de la campaña de vacunación pese a que varios países ya comenzaron a inmunizar a sus poblaciones, entre los cuales algunos latinoamericanos como Argentina, Chile, México y Costa Rica.
Brasil es uno de los epicentros globales de la pandemia y el segundo país con más muertes por la enfermedad en el mundo después de Estados Unidos, con más de 204.000 víctimas, y el tercero con más contagios después de la nación norteamericana e India, con cerca de 8,2 millones de casos confirmados.
Con información de EFE
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