El Banco Mundial (BM) informó este martes que prevé una expansión económica del 3,7% en América Latina y el Caribe este año, mejorando su previsión anterior de un crecimiento de 2,8% para la región, muy golpeada por la pandemia del coronavirus.
“Se espera que la actividad económica regional crezca un 3,7% en 2021, a medida que se flexibilicen las iniciativas para mitigar la pandemia, se distribuyan vacunas, se estabilicen los precios de los principales productos básicos y mejoren las condiciones externas”, indicó el organismo multilateral al revelar sus perspectivas económicas mundiales.
Sin embargo, recalcó que la recuperación, que llegará luego de una década de crecimiento lento, “será muy leve”.
Y advirtió que un escenario negativo, con retrasos en la distribución de la vacuna contra el covid-19 y efectos económicos secundarios, podría reducir el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) a 1,9%.
“El panorama presenta riesgos adversos”, señaló.
Según las previsiones del Banco Mundial, varios factores podrían hacer disminuir el ritmo de actividad.
Mencionó entre ellos “la imposibilidad de contener la pandemia, problemas relacionados con la deuda y el financiamiento externo, el resurgimiento de tensiones sociales, daños económicos ocasionados por la pandemia cuya gravedad no se previó, y perturbaciones relacionadas con el cambio climático y los desastres naturales”.
El organismo también alertó sobre el deterioro de la confianza de los inversionistas y la disminución de la capacidad crediticia en toda la región.
En 2021, el Banco Mundial pronostica una expansión económica en todos los países de América Latina y el Caribe, excepto en Nicaragua y Surinam, donde anticipa una contracción de 0,9% y 1,9%, respectivamente.
Para Brasil, primera economía latinoamericana, espera un crecimiento de 3%, impulsado por un repunte del consumo y la inversión privada.
En México, confía en una expansión del 3,7%, en particular tras la entrada en vigor del T-MEC, el nuevo tratado de libre comercio norteamericano.
Argentina y Colombia, en tanto, crecerán 4,9% cada una según el Banco Mundial. En ambos países, espera una expansión del PIB por una mayor demanda interna. Y señala que la economía argentina se beneficiará de una menor incertidumbre sobre la reestructuración de su deuda.
Para América Central, el crecimiento esperado en 2021 es de 3,6%, sustentado por un mayor ingreso de remesas, que llegan fundamentalmente de Estados Unidos, y la reconstrucción después del embate de los huracanes Iota y Eta. La recuperación del turismo respaldará la expansión en el Caribe, que se pronostica en 4,5%.
El Banco Mundial recordó el fuerte impacto que ha tenido la pandemia en América Latina y el Caribe. “Se calcula que la economía regional se contrajo un 6,9% el año pasado”, indicó el organismo con sede en Washington.
Señaló en especial una caída de 8% interanual en el volumen de bienes exportados desde la región en los primeros tres trimestres de 2020, así como una detención en el ingreso de turistas y una exacerbación de la inseguridad alimentaria dada la disminución generalizada de ingresos.
Malas señales para la economía global
A diferencia de la previsión para América Latina, el Banco Mundial divulgó este martes un diagnóstico pesimista de la economía mundial, afectada por el covid-19, y advirtió que su recuperación dependerá en gran medida de la rapidez con que se desplieguen campañas masivas de vacunación.
La institución redujo su previsión de crecimiento en el mundo para 2021, aunque considera que la caída de la economía en 2020 fue “menos fuerte” de lo temido, con un retroceso de 4,3% frente al 4,5% pronosticado en junio pasado.
Se espera que el PIB mundial crezca un 4% este año, una reducción de 0,2 puntos porcentuales en comparación con la última proyección.
Las nuevas previsiones son reflejo del panorama sanitario a finales de 2020 en todo el globo, donde siguen incrementándose los contagios de covid-19 y han surgido nuevas variantes del coronavirus, todo lo cual conduce a nuevas restricciones que perturban aún más la actividad económica, particularmente en Estados Unidos y Europa.
Estos contratiempos, cuya consecuencia es la ralentización del crecimiento, también han provocado, según el Banco Mundial, una reducción “considerable” de ingresos públicos y privados. Por un lado los ingresos fiscales han caído y por otro los despidos masivos han afectado el poder adquisitivo de los hogares.
Con información de AFP
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