Los cubanos llegan asustados al 2021 y están a la expectativa del fuerte ajuste económico que inició este 1 de enero, cuando se cumplen 62 años del triunfo de la revolución y Estados Unidos aprieta con una nueva sanción.
Los ciudadanos de la isla se levantaron tras la cena de Noche Vieja con un fuerte aumento salarial (525% en el caso del mínimo), pero con la resaca por sustanciales alzas de precios, que incluyen a la canasta básica y la electricidad, así como una reducción de subsidios.
El 2020 fue un año “totalmente desafiante, pero en el cual juntos vencimos”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel en un video publicado el viernes en Twitter, en el que celebró el aniversario del triunfo de la Revolución cubana y expresó su confianza de que también lo harán en 2021.
Estados Unidos endureció por su parte este viernes el bloqueo que mantiene contra Cuba, al añadir a un banco cubano -el BFI- a su lista de entidades sancionadas, alegando que “beneficia desproporcionadamente” a los militares de la isla y ayuda a financiar la “injerencia” de La Habana en Venezuela.
La “nueva medida punitiva del Departamento de Estado (...) pretende reforzar un cerco económico que no ha podido destruir la Revolución Cubana en 62 años”, respondió en Twitter el ministro de relaciones exteriores, Bruno Rodríguez.
En la calle, los cubanos enfrentaban confusión por la unificación de sus dos monedas, que implica la eliminación en un plazo de seis meses del peso convertible (CUC) y la permanencia del peso cubano.
“Vengo yo a pagar con esto” y “no me lo aceptan y eso no lo dijo la televisión”, explica a la AFP Armando Espinosa, un escenógrafo de teatro de 62 años, mostrando un billete de 20 cuc.
Desde que el presidente anunció la reforma, el gobierno se empeñó en explicar con detalle las medidas para preparar a los ciudadanos para el llamado “día cero”.
“Todo mundo está preocupado, ¡el cubano vive del susto!”, dice Yusbel Pozo, un comerciante de 36 años. “El futuro es incierto”. “No sabemos lo que va a pasar. La corriente sube cinco veces, suben los alimentos”, dice desconcertado.
Las autoridades anticiparon un alza generalizada de precios de un 160%.
De acuerdo con el gobierno el salario mínimo de 2.100 pesos cubre 1,3 canastas básicas, pero el economista de la Universidad de La Habana Ricardo Torres señala que este cálculo se realizó en junio de 2019, antes de que llegara la pandemia y la fuerte escasez de productos durante 2020.
- El “ajedrez no contempla todo” -
“Se trabajó durante mucho tiempo” para “este gran cambio”, sin embargo hay aspectos que escapan al control del gobierno como la posibilidad de una inflación descontrolada, agrega Torres.
El académico también critica el avance de la dolarización estimulado con estas acciones.
Con las nuevas medidas habrá mucho más dinero en circulación y “el peligro que tenemos es que con todas las presiones inflacionarias que tenemos en la economía, lanzar más dinero sin un incremento de bienes y servicios puede desencadenar inflación por encima de lo que está” previsto, indica el experto.
Además, Cuba cuenta con una red de tiendas en las que sólo se puede comprar con cuentas en MLC (monedas libremente convertibles), que se cargan con dólares generalmente depositados fuera del país.
En estos establecimientos se venden una buena cantidad de productos de consumo cotidiano para los hogares que no están contemplados en la libreta de racionamiento, con la que los cubanos se abastecen de alimentos básicos como arroz, azúcar, huevo, pollo, aceite y otros.
Sin embargo, los dólares para esas cuentas no se pueden adquirir ni en bancos o casas de cambio dentro de Cuba.
“¿Cómo los hogares van a acceder a divisas? Los lanzas al mercado negro, pero incluso dices que no quieres mercado negro, eso es una contradicción, ahí tienes una vulnerabilidad”, de esta reforma económica, explica el académico.
El gobierno ha pensado detenidamente todos los movimientos del tablero, pero “en este ajedrez no se contempla todo lo que los hogares obtienen a través del mercado informal y ahí no hay control de precios”.
- “Todo es en puro dólar” -
El doloroso ajuste económico ocurre tras un desplome de PIB de 11% en 2020, la peor caída en 27 años, provocado por el duro golpe que recibió durante la pandemia la industria turística, motor de la economía de la isla y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense bajo la administración de Donald Trump.
“Mis hijos no pueden comer caramelos ni galleticas en este día de Reyes Magos. Todo es en puro dólar”, dice con pena Ariadna Rodríguez, de 28 años y trabajadora de un comedor público, que no tiene la suerte de estar entre el 50% de cubanos que recibe divisas de familiares o amigos del exterior.
“Ojalá qué se den cuenta que nos están machucando mucho”, dice mientras camina por la calle Amargura, en la turística zona de La Habana Vieja.
(Con información de AFP)
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