Las autoridades brasileras rescataron en días recientes a una mujer negra que llevaba casi 40 años viviendo en condiciones de esclavitud al servicio de la casa familiar de un profesor universitario.
Su nombre es Madalena Gordiano, es negra y tiene 46 años, pero desde que tenía 8 había estado viviendo en condiciones similares a la esclavitud, luego de que su madre la entregara a una familia blanca de Patos de Minas.
La promesa era que la adoptara, le dieran educación y una mejor calidad de vida, pero nada de eso sucedió, desde muy niña a Madalena se le encargó con el trabajo doméstico de la casa, un trabajo por el que no recibía remuneración digna, tampoco contaba con derechos laborales como días de descanso o vacaciones y confinada a una habitación de menos de 3 metros de largo por 2 de ancho sin ventilación.
Su historia fue revelada el domingo pasado por el periódico Globo 1 de Brasil, que reportó el rescate de la mujer por parte de la Fiscalía laboral, la Policía Federal y el Ministerio de Trabajo de ese país.
Cuando llegó a la casa familiar, Madalena primero trabajó para la matriarca de la familia, luego fue ‘heredada’ a su hijo, Dalton César Milagres Rigueira, un profesor del Centro Universitario de Patos de Minas (Unipam) que ha raíz del escándalo está siendo investigado por mantener en condiciones de esclavismo a su empleada doméstica.
La mujer fue finalmente rescatada el pasado 27 de noviembre, cuando la Policía Federal allanó en medio de un operativo la residencia de Milagres Rigueira. Ahí encontró a Madalena y la trasladó a un albergue para mujeres víctimas de la violencia.
El profesor y su familia enfrentan cargos por esclavismo y trata de personas, también por otros delitos como la apropiación indebida, lo que les pone enfrente una posible pena de hasta 20 años de prisión. Por lo pronto, Milagres Rigueira fue separado de su cargo en la Universidad de Patos de Minas.
Una historia de sufrimiento
A los 8 años de edad Madalena Gordiano vivía parte de su vida en las calles, forzada a pedir limosna y comida en las casas de las personas con más recursos pues la suerte de la cuna la hizo nacer en un hogar pobre y con otros ocho hermanos.
Un día cualquiera llegó a la casa de la maestra Maria das Graças Milagres Rigueira para pedirle comida.
“Fui a pedir pan, porque tenía hambre, ella dijo que no me lo daría si no vivía con ella”, les contó Madalena a los medios brasileros Fantástico y Globo1.
Tanto el marido de Maria como la madre de Madalena -que no contaba con los recursos para mantenerla- estuvieron de acuerdo con adoptar a la niña. Sin embargo, la adopción nunca se formalizó y por el contrario cuando la pequeña llegó a la casa se vio forzada a abandonar la escuela y ocuparse de las labores del hogar.
“Ayudé a limpiar la casa, cocinar, lavar el baño, lavar la casa. No jugaba, ni siquiera tenía una muñeca”, dijo Madalena.
Duró 24 años trabajando en esa casa hasta que pasó al hogar del hijo de Maria, el profesor Dalton César. De ahí fue rescatada por las autoridades.
De acuerdo a testimonios anónimos de vecinos del profesor, Madalena tenía muy poca interacción con otras personas en las residencias contiguas, por lo que llamó la atención que empezara a pasar notas escritas en servilletas o pedazos de papel en donde pedía dinero para comprar cosas de aseo personal básico.
“La familia tenía una vida económicamente tranquila y al mismo tiempo tenía una persona que vivía en el lugar, trabajaba para ellos y que necesitaba productos básicos. Esto llamó mucho la atención del barrio”, dijo el revisor fiscal Humberto Moteiro Camasmie.
Las quejas fueron presentadas ante el Ministerio del Trabajo que adelantó investigaciones y constató las condiciones precarias en las que vivía la mujer, por eso procedió a rescatarla y llevarla a un refugio.
Según los medios brasileros Madalena llegó a casarse con el tío de la esposa de la maestra que la recogió cuando era niña, pero nunca convivió con su pareja, que fue un excombatiente de las fuerzas armadas y murió al poco tiempo del casamiento dejando dos pensiones que sumaban unos 8.000 reales (USD 1.552) mensuales.
Madalena nunca recibió ese dinero, y contó que su jefe controlaba su cuenta, dándole únicamente unos 200 o 300 reales al mes, entre 38 y 58 dólares mensuales.
De acuerdo con la oficina del fiscal general se están adelantando audiencias con los empleadores de Madalena a un ritmo urgente para alcanzar un acuerdo de reparación por los daños morales y materiales causados a ella y a la sociedad.
La familia del profesor emitió una respuesta ante el escándalo mediante un comunicado dado a conocer por su abogado en los siguientes términos: “Con respecto a todas las interpretaciones posibles y válidas y al derecho de manifestación en una democracia, la defensa informa que aún no ha tenido acceso a todos los elementos que involucran a Madalena. La revelación prematura e irresponsable, por parte de inspectores y agentes estatales, ante de un proceso que por sentencia reconoce la culpabilidad, viola los derechos y datos sensibles de esa familia y atenta contra su seguridad personal. La defensa continuará, discreta y seria, actuando exclusivamente dentro de los límites constitucionales y el debido proceso. y una reflexión cuidadosa, después de conocer todos los hechos, nunca creará daño “.
El esclavismo en el trabajo no es algo ajeno en Brasil, desde 1995 hasta la fecha unas 55 mil personas han sido rescatadas como esclavas en el país, la mayoría de ellas trabajando el campo. Solo el año pasado, 14 personas fueron rescatadas del trabajo doméstico en condiciones esclavismo, el cual por estar arraigado culturalmente en la sociedad es más difícil de identificar.
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