Al menos diez años han retrocedido los mercados laborales de Latinoamérica por la crisis del COVID-19, que ha destruido al menos uno de cada diez puestos de trabajo, ha disparado el desempleo al mayor nivel de las últimas décadas y ha marcado mínimos históricos en ocupación y participación laboral.
El escenario corresponde a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que este jueves presentó su informe “Panorama Laboral 2020” para América Latina y el Caribe, un documetno que confirmó una vez más que la región ha sido la más afectada por la pandemia en términos económicos y cuyas consecuencias en el mercado laboral no tienen precedentes.
“Hemos retrocedido diez años en diez meses”, afirmó el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinicius Pinheiro, quien indicó que el retroceso se tradujo más que nada en la pérdida de los avances registrados en años pasados en la participación de las mujeres en el mercado laboral y la reducción del trabajo infantil.
“Los impactos han sido devastadores y llegamos al 2021 con el empleo en cuidados intensivos. Esta crisis es muy diferente a otras por su magnitud y amplitud, ya que afecta a todos los sectores”, agregó el funcionario de la OIT, cuyo informe ofrece el peor panorama laboral de la región desde su publicación anual desde 1994.
MÁS DE 30 MILLONES DE DESEMPLEADOS
El informe estimó que Latinoamérica acabará el 2020 con una tasa de desempleo del 10,6 %, equivalente a 30,1 millones de personas, lo que supone un aumento de 2,5 puntos porcentuales sobre 2019. La cifra implica 5,4 millones más de desempleados que el año pasado y el mayor nivel de desocupación de las últimas décadas.
La desocupación juvenil subió 2,7 puntos porcentuales hasta el 23,2 %, un nivel nunca antes visto: cerca de uno de cada cuatro jóvenes estaba sin empleo al término al tercer trimestre de 2020.
La previsión para 2021 no es mejor, pues el desempleo podría llegar al 11,2 % debido a que la mayor parte de los que perdieron su trabajo no buscaron un nuevo empleo inmediatamente y quedaron, por lo tanto, al margen del mercado laboral a la espera de la reactivación económica para volver a reinsertarse. En esa situación se encuentran unos 23 millones de personas que no solo perdieron su empleo sino que también quedaron fuera del mercado laboral por un tiempo indefinido.
“Es una crisis tan abrupta e incomparable que la desocupación solo cuenta una parte de la historia”, determinó la OIT al registrar una inédito descenso de la tasa de participación laboral de -5,4 puntos porcentuales hasta el 57,2 %, un mínimo histórico al término del tercer trimestre de 2020.
LAS MUJERES, PARTICULARMENTE AFECTADAS
Las mujeres se vieron afectadas en mayor número que los hombres, pues el descenso de la participación femenina en el mercado laboral de Latinoamérica fue de -10,4 % frente al -7,4 % de los hombres.
Por su parte, la tasa de ocupación también marcó otro mínimo histórico al caer -6 puntos porcentuales hasta el 51,2 %.
El empleo asalariado total y el empleo por cuenta propia cayeron -6,8 % y -8,9 %, respectivamente, pero el impacto también fue fuerte en otras categorías ocupacionales como los empleadores (-9,8 %) y el servicio doméstico (-19,4 %), un sector eminentemente femenino.
La contracción del empleo fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6 %) y comercio (-12 %), pero también en la construcción (-13,6 %) y la industria (-8,9 %), mientras que el menos afectado fue la agricultura (-2,7 %).
El prolongado cierre de escuelas, el más largo de la historia de Latinoamérica, ha hecho además que haya unos 300.000 niños en riesgo de caer en el trabajo infantil, advirtió Pinheiro, quien dijo que será un asunto “a mirar con lupa” en el 2021.
LO PEOR PARECE HABER PASADO
No obstante, el peor momento de la crisis parece haber quedado atrás en el segundo semestre de 2020, pero el director de la OIT para el Cono Sur, Fabio Bertranou, recordó que “aún estamos muy por debajo de la situación previa a la pandemia”.
“Lo que queda claro es que la crisis dejará por muchos años algunas cicatrices y efectos duraderos. Cuando hay trabajadores que se quedan sin empleo por un tiempo prolongado, pierden habilidades y se generan dificultades para tener una inserción plena”, agregó Bertranou.
Por países, Perú, que padecerá la mayor recesión de Latinoamérica al caer su producto interior bruto (PIB) un 12 %, también será el más afectado en su mercado laboral, donde la ocupación caerá -14,5 puntos hasta el 55,1 %, la participación bajará -12,9 puntos hasta el 59,6 % y el desempleo subirá 3,7 puntos hasta el 7,8 %.
Estos crudos efectos de la pandemia se deben a las condiciones preexistentes del mercado laboral de Latinoamérica, que potenciaron las consecuencias de la crisis como es el caso de la informalidad, el limitado espacio fiscal, las grandes brechas de protección social y la alta desigualdad.
SIN SALUD NO HAY TRABAJO
El informe también trazó las pautas que los mercados laborales se recuperen lo antes posible y se reformen para evitar una caída similar ante un nuevo embate similar al del covid-19.
Lo primero para la OIT es que “no hay un dilema entre preservar la salud y la actividad económica, pues sin salud no hay ni producción ni consumo”, apuntó Pinheiro, quien también consideró fundamental el diálogo social porque “nadie va a salir de esto solo, por su propia cuenta”.
El “Panorama Laboral 2020” exhortó así a repensar el modelo de inserción económica internacional, promover el desarrollo tecnológico con sostenibilidad ambiental, impulsar el emprendimiento y la formalización, y contar con políticas de empleo que respondan a las nuevas realidades.
Con información de EFE
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