El ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez murió esta madrugada. Hace sólo una semana, el doctor “Tabaré Vázquez fue el protagonista de una extensa y emotiva entrevista realizada junto a Ignacio González (29), creador de EL LEGADO, donde recordó sus orígenes, su trayectoria profesional como médico, y su carrera política. El mítico líder de la izquierda también reflexionó sobre sus conquistas y sus errores en el poder, y temáticas más personales como la partida de María Auxiliadora y su combate actual contra el cáncer”, indicó America Business por medio de un comunicado.
Si bien el ciclo televisivo abordó los diferentes momentos de Vázquez en la política -desde sus inicios hasta el final de su segundo mandato-, el momento más emotivo de la entrevista fue cuando se habló de su salud.
Vázquez, quien se convirtió en el primer mandatario de izquierda en la historia de Uruguay al ganar las elecciones de 2004 como candidato del Frente Amplio, sostuvo que se encontraba “en la etapa final” de su vida. Golpeado por las muertes de su esposa, de su madre, su hermana y su padre, el ex presidente uruguayo llegó a decir que ya no creía en Dios. Por eso, el periodista le preguntó, ante esta etapa de su vida, cómo era surelación con Dios y la religión: “A veces creo que hay Dios, a veces creo que no hay Dios. Que somos una ventanita que se abre a la vida y salimos al escenario. Pero muchas veces quiero, desearía, que hubiera un Dios. Pero hasta ahí puedo llegar”.
En esa línea, recordó dos momentos vinculados a la religión que lo marcaron. El primero, con el papa Juan Pablo II; el segundo, con el actual Pontífice, Francisco. “Hablando con Juan Pablo II, él me dijo en determinado momento -yo era intendente de Montevideo, del Partido Socialista-, con su tono de voz, en español: ‘Un gobernante, antes de ser de izquierda o de derecha, debe ser profundamente humano’. Eso me sirvió para reivindicar el humanismo como forma fundamental de urbanización en nuestra humanidad. Y la última, la reunión con Francisco. Impagable. ¡Qué hombre Francisco! ¡Qué entereza! ¡Qué voluntad! Me atreví a hacerle una pregunta: ¿cómo concibe usted a Dios? Y él, muy rápidamente, me respondió: ‘Ah, no. Yo hasta Jesucristo llego’”, relató, entre risas.
Asimismo, destacó el “enorme apoyo” que recibía a diario de parte de sus cuatro hijos: Álvaro, Fabián, Ignacio y Javier: “Cuando hablo de mis hijos se me cae la baba. Me siento muy orgulloso de ellos, muy agradecido. Y en estos momentos con un apoyo enorme por parte de ellos. Es un legado de María Auxiliadora”.
Tabaré Vázquez también tuvo emotivas palabras para María Auxiliadora Delgado, quien fue su esposa durante más de 50 años y murió en julio de 2019: “Fue todo en mi vida. Me atrevo a decir, sin dudarlo, que yo no hubiera logrado el desarrollo de mis actividades sin ella. Fue el factor total. Lo que hice, sin dudas, fue por el respaldo de ella, mis hijos, y mi familia. Sin ella no hubiera sido nada”
“Cuando se fue me dejó una riqueza enorme, una familia maravillosa y un ejemplo de vida inigualable”, agregó.
Su origen humilde, sus inicios en política y la llegada al poder
El ex presidente uruguayo nació en el humilde barrio de La Teja, en Montevideo. Allí se crió en “una casa muy humilde, de chapa, pero con una enorme dignidad”. “Dignidad que mis padres supieron darle con trabajo, honradez, y pensando en el futuro de sus hijos; sobre todo dejarnos una educación para que pudiéramos salir adelante”.
Un episodio que sufrió de muy chico lo marcó y lo condujo a su primer gran pasión: la medicina: “Era chico y estaba muy asustado, tosía permanentemente, no podía respirar, vino el doctor y para mí fue como una revelación. Fue como si entrara la salvación. Yo nunca aspiré a hacer una carrera política, lo mío era la medicina, y la proyección social que la hicimos desde arbolito y el Club Progreso”.
Pese a no haberlo buscado, después de años de medicina y trabajos sociales en el club de su barrio, llegó la oportunidad de ingresar al mundo de la política. Sobre esa época de cambio, el ex mandatario indicó que estaba convencido de tener “una experiencia importante en la forma de buscar un relacionamiento con la gente”, pese a pertenecer a otro ámbito. Por eso, buscó “establecer un diálogo que fuera modificando la vieja estructura de los discursos políticos”. “No tener miedo a dialogar con la gente. Cuando iniciamos la campaña pedí que no me armaran un escenario”.
“Uno aprende mucho hablando con la gente. Es lo que tiene que tener el político, el gobernante. Porque finalmente somos funcionarios de la población. La gente que ve el problema generalmente tiene una buena solución para enfrentar las dificultades que le presenta ese problema”, explicó.
Su primer gran cargo político lo ejerció entre 1990 y 1994, como Intendente Municipal de Montevideo. Luego, en 2005 se convirtió en el primer presidente de la izquierda uruguaya con el Frente Amplio (FA), cargo que culminó en 2010. Entre 2015 y 2020 cumplió su segundo mandato. “Lo primero que sentí fue una gran responsabilidad, una felicidad enorme, pero como marco de todo eso un profundo agradecimiento al pueblo uruguayo que había confiado en mí para conducir el país (...) Asumí como quisiera que me recordaran, como un presidente serio, responsable, y como un presidente que hizo el máximo de sus esfuerzos por cumplir los compromisos que habíamos adquirido en la campaña electoral”.
Sobre su gestión, comentó: “Algunas cosas logramos, otras no, nos quedaron cosas pendientes. Pero una nación, un país, es una construcción permanente”. En ese sentido, dijo que le hubiese gustado “disminuir un poco más la pobreza extrema que tenemos, y terminar con esos ranchitos tan humildes de nylon y chapa, de bloques, porque los conocí de adentro”. “Me hubiera gustado dejar mucha más gente en mejores condiciones en la vivienda”.
Los “tres mitos” que derribó al llegar a la presidencia y el ejemplo democrático de Uruguay
Cuando el periodista le pidió un mensaje para el pueblo uruguayo, Vázquez sostuvo que “es casi hablar de un legado”. Pero optó por hacer referencia a los “mitos que había sobre la izquierda” si el Frente Amplio llegaba al poder.
“El primero de ellos, que si la izquierda llegaba al poder del gobierno nacional, los uruguayos y las uruguayas la íbamos a pasar muy mal porque se iban a retirar inversiones, se iban a cerrar empresas… Ese mito lo derrumbamos. Porque llegamos al Gobierno, disminuyó la pobreza, disminuyó la marginación, hubo políticas de inclusión, se atendió la discapacidad, entre otras políticas... Y se puso como centro, a la persona. Lo fundamental fue gobernar con, y para la gente. No sucedió lo que aquel mito decía. Segundo punto, se hablaba que iba a venir una gran conflictividad social, que iba a generar una ruptura en la sociedad. No sucedió, fue todo lo contrario. Vivimos 15 años de tranquilidad social. No hubo muertos en las calles, no hubo heridos; hubo canales de diálogos. Tercer mito que se derrumbó: iba a estar atentada la democracia uruguaya. El país más democrático de América, yo diría. Hoy tenemos una fortaleza institucional total en dos niveles: en las instituciones propias del Estado, pero también en nuestro sistema de partidos políticos. Tenemos junto a Inglaterra los partidos políticos más viejos del mundo. Y yo estoy absolutamente convencido que la base de una democracia está en la fortaleza de sus partidos políticos. Y mi chapeau a los partidos tradicionales por todo lo que hicieron por el país”.
En esa importancia que subrayó respecto a la solidez democrática, el ex presidente recordó el “ejemplo” que demostró su país en la última transición: “Fue muy buena la transición y la relación con Lacalle Pou. El presidente fue un caballero, y contribuyó enormemente a esa imagen de Uruguay democrático, que se presenta ante el mundo como un ejemplo en la región, pero también como un ejemplo en el mundo (...) Fue un buen ejemplo de Uruguay hacia el mundo”.
Respeto que también mostró cuando se refirió a su relación con los otros ex presidentes de Uruguay: Luis Lacalle Herrera, Julio María Sanguinetti, Jorge Batlle, y José “Pepe” Mujica”.
“Partiendo de la base que tenemos posiciones políticas e ideológicas distintas. Con el doctor Julio María Sanguinetti, por quien siento un gran respeto, es un estadista, sin lugar a dudas, un hombre de una cultura muy vasta, coincidimos en algunos aspectos vinculados a la pintura (...) Con el doctor Lacalle Herrera (fue presidente cuando Tabaré fue intendente), muy buen vínculo. Él marcó su posición, nosotros la nuestra. En una reunión que tuvimos yo le hablé de unas políticas sociales, sobre todo de viviendas, y me dijo ‘no, no, no. Yo voy a crear un ministerio de vivienda, vos dedicate a la luz, a esto, a lo otro’. Logramos cosas juntos muy importantes. ‘Tres Cruces’ lo hicimos entre el gobierno nacional y la intendencia, y tenemos una relación hasta afectuosa (...) Con el doctor Jorge Batlle también tuvimos una muy buena relación”.
“Y con mi querido amigo y compañero Pepe Mujica una excelente relación de muchísimos años atrás. Pepe tiene sus características brillantes, notables. Ha sido, y es, una figura internacional de lustre. No somos iguales, pero tenemos una ideología y un pensamiento de fondo que va en la misma dirección y en el mismo sentido”, comentó.
Crisis con Argentina por Botnia, y el emotivo mensaje de Alberto Fernández
Entre 2005 y 2010, periodo de la primera presidencia de Vázquez, Argentina y Uruguay mantuvieron un conflicto a raíz de la autorización del gobierno uruguayo para construir dos plantas de pasta de celulosa en su territorio y sobre las aguas binacionales del río Uruguay, cerca de Fray Bentos (Uruguay) y Gualeguaychú (Argentina).
“Fueron momentos muy difíciles para el país y para el Gobierno. El señor presidente de Argentina en el momento, el doctor Néstor Kirchner, declara públicamente que la causa de Gualeguaychú salía de ser de la zona, para ser una causa nacional argentina. Ya la dimensión del conflicto subió la apuesta. Nosotros habíamos resuelto no innovar por 90 días la apertura de UPM 1, que era Botnia en ese momento. Pero ante esta situación, Uruguay no se podía quedar atrás, y di la orden que se autorizara el inicio de los trabajos de Botnia. Eso subió mucho más la apuesta; una escalada de tensión”, recordó el ex presidente uruguayo.
Sobre esa época de tensión entre los dos países, sostuvo: “No temí un conflicto bélico, pero sí una situación de querer llevarnos por delante, y aposté al camino diplomático. Y el respaldo que conseguimos, fue ni más ni menos que de Estados Unidos. Con Condoleezza Rice, siendo ella secretaria de Estado, tuve una entrevista en Chile, cuando asumió Michelle Bachelet. Ella me preguntó por el tema, y le dije: ‘Yo lo único que pretendo es que Estados Unidos diga que Uruguay y Estados Unidos son países y pueblos amigos, y se respetan’. Ella transmitió ese pensamiento al presidente Bush, y el presidente Bush lo expresó públicamente. Y ahí quedó. Yo no pedí que vinieran los marines, que vinieran submarinos atómicos al Río de la Plata. Eso aplacó las aguas. Después vino el juicio de La Haya, que le dio la razón a Uruguay, y el tiempo que demostró que OPM no contaminaba como decían del otro lado que iba a contaminar el río Uruguay”.
Pese a ese conflicto, el dirigente del Frente Amplio destacó que “Uruguay y Argentina son pueblos hermanos”: “Cuando se realiza un análisis de la relación entre Uruguay y Argentina, hay que hacerlo en dos niveles. Uno al nivel de los gobiernos, que cada gobierno, lógicamente, tiene que defender sus intereses. Pero la esencia, lo fundamental, está en la relación entre nuestros pueblos, que es maravillosa”.
Acto seguido, el conductor del programa especial le mostró a Tabaré un emotivo mensaje que le envió el actual presidente argentino, Alberto Fernández: “A Tabaré lo conocí cuando vino a visitarnos a Néstor y a mí en la campaña electoral que terminó poniéndolo en la presidencia de Uruguay poco tiempo después. Estábamos todos atentos a lo que pasaba en Uruguay, porque siempre había sido ese país bipartidista. La realidad es que con Tabaré eso empezó a cambiar. En aquellos años no vivimos el mejor de los tiempos, porque tuvimos el famoso conflicto con las pasteras con el Uruguay. Pero nunca dejé de tratar, nunca dejé de querer a mi querido Tabaré. Tabaré fue un gran presidente. Para la democracia uruguaya fue el hombre que puso una bisagra, permitiendo que haya un tercer partido, en este caso el Frente Amplio, que llegue al poder, y conviva con el respeto que convivió con otros sectores de la política uruguaya”.
“Tabaré ha dejado, y deja, una impronta enorme en la política de América Latina, en la política del Río de la Plata, en mi corazón, y en mi afecto”, concluyó su mensaje el jefe de Estado argentino.
“Alberto es una hermosísima persona. Un gran hombre. Es noble, sincero, que tiene la mejor intención para que su pueblo marche todo junto adelante. Siento un profundo cariño por él. Y el que piense que puede, de alguna manera, manejar a Alberto Fernández en sus convicciones se equivoca de cabo a rabo. Estoy seguro que está luchando enormemente, y va a salir adelante porque tiene una gran voluntad. Y lo digo de corazón, convencido”, respondió Vázquez.
La izquierda latinoamericana y su relación con líderes internacionales
El ex presidente uruguayo consideró que la izquierda latinoamericana “está en una etapa de transición para ubicar qué entendemos por izquierda latinoamericana”. “Yo creo que la tendencia sería marchar hacia una socialdemocracia, como en su momento lo planteó Marx”.
Asimismo, se distanció de de “los movimientos radicalizados a la izquierda, o a la derecha”: “Los extremos no son buenos, terminan tocándose; la ley del péndulo. Me parece que no fuimos capaces, porque no supimos, no pudimos porque no nos dejaron, de elaborar un proyecto latinoamericano propio para que nuestra gente viva mejor”.
Sobre su relación con los más altos líderes internacionales, comentó: “En mi vida ni había pensado ni soñado hablar con líderes mundiales. La vida me llevó a que tuviera diálogo con tres presidentes de Estados Unidos: Bush padre, cuando era intendente hizo una visita, le entregué las llaves de la ciudad de Montevideo en el Palacio Legislativo; con George Bush hijo, y con Obama. ¿Cómo podía soñar que iba a hablar con tres presidentes de la máxima potencia del mundo? Tuve entrevistas con Putin (Rusia), con Xi Jinping (China), con Merkel (Alemania), con el Rey de España -con el que ya no está, y con el que está ahora-. No lo hubiera soñado nunca”.
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