Con la adquisición de CGE, la principal operadora eléctrica de Chile, el régimen chino pasará a controlar desde Beijing más de la mitad de la distribución eléctrica del país, lo que ha despertado preocupación en distintos sectores.
En abril de 2019, el primer mandatario chileno, Sebastián Piñera, visitó China justo días después de liderar un evento de repudio contra Nicolás Maduro en la frontera de Venezuela y Colombia, junto a su par colombiano, Iván Duque, y en presencia del propio Juan Guaidó. Tras esto, y mientras desarrollaba su gira por Asia, fue consultado sobre su opinión sobre China, país que posee un régimen comunista. Al respecto, Piñera respondió: “Llevamos 50 años de relaciones diplomáticas con China. Cada uno tiene el sistema político que quiera darse. Lo que importa en este caso es que entre China y Chile estamos buscando, con pragmatismo, caminos, colaboración que beneficia a ambos pueblos”, dijo.
En los medios chilenos, y desde varios sectores, la respuesta del Presidente fue considerada una contradicción. Sin embargo, el mismo mandatario defendió su opinión. “Chile tiene relaciones no solamente diplomáticas, sino que, de amistad con todos los países del mundo, y las tenemos con Estados Unidos, las tenemos con Europa y también las tenemos con China”, remarcó.
En ese momento, Piñera sostuvo que aquella reunión “con las principales autoridades públicas del Gobierno Chino, y con los principales empresarios e innovadores chinos, es algo que le hace bien a mi país, que les hace bien a los chilenos, y por eso estamos aquí”.
En la misma oportunidad, Sebastián Piñera quien viajó acompañado por diversos empresarios e incluso junto a sus hijos algo por lo cual fue duramente cuestionado en Chile, también mantuvo una reunión con su par chino, Xi Jinping. Con él, firmó un acuerdo con una hoja de ruta estratégica para 2019-2022, en el que se incluye el trabajo en 14 iniciativas en materias como economía y comercio, transporte, política, ciencia y tecnología, innovación, agricultura y telecomunicaciones. Además, suscribió un acuerdo sobre defensa comercial y un protocolo para la exportación de peras desde Chile a China.
Lo anterior sirve para poner en contexto, la auspiciosa relación que el país andino mantiene con el régimen Chino. Desde la perspectiva comercial, esto ha quedado en evidencia especialmente en los últimos dos años, en los que China se ha transformado en uno de los mayores socios inversores extranjeros. Un logro para la administración Piñera, que confirma una oficina dependiente del Gobierno chileno instalada a cargo promover las relaciones comerciales con el país asiático: China Desk Invest Chile. Lo confirmó al diario La Tercera Alicia Zhu, una ejecutiva de promoción de inversiones de la misma repartición. “A pesar de la pandemia se han incorporado cinco nuevos proyectos provenientes de China a nuestra cartera, sumando 27 iniciativas por US$ 4.470 millones al cierre del primer semestre de 2020”, detalló.
Lo último y uno de los anuncios más rimbombantes para la economía chilena es la venta de la más importante empresa distribuidora de electricidad CGE a la empresa estatal china State Grid International Development Limited (SGIDL). Con el acuerdo, China se posicionaría en un mercado considerado como estratégico en Chile, algo que ha despertado críticas desde diferentes sectores de la política. Así, el senador oficialista de Renovación Nacional (RN), Rodrigo Galilea, declaró que “es del todo desaconsejable que una empresa estatal, de cualquier país, sea dueña de empresas chilenas que son monopolios regulados por el Estado y cuando tu contraparte es una empresa que es de un Estado no cuesta nada que ese país envíe a su embajador a pedir mejores condiciones tarifarias”, declaró.
Con esta última incursión de SGIDL en Chile, en el rubro eléctrico, adquiere en total el 96% de la mayor distribuidora energética, y pasaría a controlar el 52% de la comercialización eléctrica nacional en el segmento de distribución en general y el 57% en el de distribución doméstica.
La estatal china ya se había apropiado estos últimos años de gran parte de las empresas de energía eléctrica en este país, en sus distintos segmentos: en generación con Pacific Hydro, en transmisión con Transelec y en distribución con Chilquinta, esta última adquirida a fines de 2019 por $2.000 millones de dólares.
Debido a esta agresiva monopolización de empresas del mismo rubro, la compra de CGE tendrá que atravesar la barrera de las reglas de la Fiscalía Nacional Económica y el Tribunal de la Libre Competencia. Pero las autoridades chilenas confían en lograr cerrar definitivamente la compra a febrero de 2021.
El ministro de Energía del Gobierno de Piñera, Juan Carlos Jobet, frente a esta compra señaló: “es una clara y nueva señal de que los inversionistas están mirando con buenos ojos las modernizaciones del sector energía y que confían en la institucionalidad y las reglas del juego de nuestro país”.
Y parece una postura generalizada. El canciller Andrés Allamand, respondió a los críticos de la avanzada comercial China en Chile advirtiendo que es algo natural propio de las buenas relaciones que se mantienen con los asiáticos desde hace 50 años. “Chile tiene políticas de Estado de largo plazo donde siempre hemos reafirmado nuestro compromiso con una economía abierta y no discriminatoria. Hay países que efectivamente limitan la inversión extranjera en ciertas áreas. En todo caso, prestamos atención a las regulaciones y razones que adoptan otros países en la materia. (…) “En el caso concreto de esa inversión (Eléctrica) hay que considerar que es un sector muy regulado, donde cada compañía opera solo en su área de concesión. El Estado fija las tarifas y vigila muy celosamente que se cumplan todas las normativas”, declaró.
Por su parte, el ministro de Economía, Lucas Palacios, hace un llamado a confiar en las “sólidas” instituciones encargadas de regular los mercados de su país. “Chile tiene una legislación e instituciones sumamente robustas, con reglas que rigen tanto para las empresas locales como para las foráneas. Este marco jurídico cautela el buen desarrollo de las distintas actividades económicas, las cuales están sujetas a nuestras regulaciones en defensa de los intereses de nuestro país”, sostiene Lucas Palacios, advirtió.
El senador Galilea menciona en su advertencia, que Australia se ha enfrentado a China por asuntos comerciales, que el Reino Unido decidió no incluir a Huawei en el despliegue de su red 5G, decisión que también evalúa Brasil uno de los principales países de destino de inversión asiática, y que Estados Unidos limitó la expansión de Tik Tok en su territorio, entre otros.
Un mecanismo para restringir el acceso de capitales o estados extranjeros en ciertas actividades existen en varios países como Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia, pero no en Chile, por ser conceptualmente una economía abierta. Sin embargo, ha trascendido que algunos personeros de gobierno admiten que Chile lo estaría estudiando, para implementar así algún tipo de filtro específico para futuras operaciones comerciales, especialmente las que se dirigen a controlar las denominadas empresas estratégicas, como lo es la distribución de la electricidad.
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