Bruno Covas, de 40 años, dio un nuevo paso para emular la carrera política de su idolatrado abuelo, Mario Covas, al ser reelegido este domingo como alcalde de Sao Paulo, la ciudad más populosa de Brasil y Suramérica. Acompañado por las memorias y las enseñanzas de su fallecido abuelo, Bruno se probó por fin a sí mismo en la urnas siendo protagonista principal.
En abril de 2018 había pasado de segundo edil a regidor por la renuncia de su mentor, Joao Doria, quien abandonó la alcaldía conquistada en 2016 para presentarse a las elecciones de gobernador de Sao Paulo a finales de 2018.
Elegido ahora como cabeza de cartel, Bruno Covas liderará los próximos cuatro años el principal polo económico y cultural de Brasil, pero también una metrópolis que afronta graves problemas de tráfico, precariedad de vivienda, contaminación y violencia. Los desafíos son formidables, tanto los personales como los políticos.
“Es difícil escoger uno. Gobernar Sao Paulo ya es un desafío por sí solo, pues 12 millones de personas viven aquí”, apuntó el alcalde reelegido en una reciente entrevista con EFE.
Bruno Covas está combatiendo un tumor en los ganglios linfáticos mediante inmunoterapia, después de haber erradicado dos en el aparato digestivo; y sigue en alerta por una segunda oleada de la covid-19, después de que la enfermedad ya haya dejado 14.000 muertes en la ciudad.
En sus dos años y medio de gestión, el alcalde fue de menos a más. Recibió muchas críticas en el inicio de su mandato por su supuesta poca implicación en los asuntos de la ciudad, aunque todo cambió cuando recibió el diagnóstico de cáncer digestivo en octubre de 2019.
Ni siquiera las duras sesiones de quimioterapia, que le eliminaron dos de los tres tumores y le cambiaron bruscamente su fisonomía, le retiraron del día a día del Ayuntamiento. Tampoco la covid-19, que le diagnosticaron el pasado junio sin presentar síntomas.
PERNOCTAR EN EL AYUNTAMIENTO
Su popularidad aumentó cuando Sao Paulo se convirtió en epicentro de la pandemia, no sólo de Brasil, sino de Suramérica.
“Vivimos la peor inundación en 70 años y la mayor crisis sanitaria de los últimos 100 años”, aseveró Covas, quien fue aplaudido por montar hospitales de campaña que evitaron una saturación en la unidades de cuidados intensivos, aunque censurado por no lograr reducir las aglomeraciones.
En la primera fase de la covid-19, el alcalde pasó casi tres meses durmiendo en las propias dependencias del Ayuntamiento para implicarse más en las decisiones. Divorciado y con un hijo de 15 años, consagró todo su tiempo a la gestión pública, algo que le ayudó a “pensar menos en su enfermedad”.
Ahora, su holgada victoria frente a Guilherme Boulos -líder emergente de la izquierda- eleva su peso político en Brasil como una de las principales voces opositoras al presidente Jair Bolsonaro.
LINAJE COVAS
Bruno Covas es nieto de Mario Covas, antiguo alcalde y gobernador de Sao Paulo fallecido en 2001. Esta carismática figura del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centroderecha) ha perseguido siempre la carrera de Bruno.
Considerado del ala progresista de este partido del expresidente Fernando Henrique Cardoso, Mario Covas, candidato presidencial en 1989, influyó desde el principio en su nieto Bruno.
Cuando era un adolescente se mudó de la costera Santos hasta el palacio Bandeirantes, sede del gobierno regional del estado de Sao Paulo, del que Mario era entonces el principal inquilino.
La meta del joven Bruno era aprender política con su idolatrado abuelo, que, además de gobernador de la región entre 1995 y 2001, fue alcalde paulistano entre 1983 y 1986.
En ambos periodos introdujo profundas reformas y un plan de privatizaciones, aplaudidas por muchos y criticadas por otros, especialmente los del sector público.
“Vine a vivir a Sao Paulo porque quería convivir con mi abuelo, que era político. En ningún momento pensé en desistir (por el diagnóstico de cáncer). Mientras la población me deje, es lo que quiero hacer”, reveló.
El joven Bruno estudió en el elitista colegio Bandeirantes de Sao Paulo y se graduó en Derecho y Economía. Líder de las juventudes del PSDB desde finales de los 90, obtuvo un escaño en el parlamento regional de Sao Paulo en 2006, cuando contaba con apenas 26 años.
En 2011 integró el gobierno del estado paulista como responsable por la secretaria de Medio Ambiente. En 2014, ganó su acta como diputado federal. Votó a favor de la controvertida destitución de la presidenta progresista Dilma Rousseff en 2016.
A finales de ese mismo año, se presentó como segundo edil en la candidatura de Joao Doria, que venció contra todo pronóstico al regidor de izquierdas Fernando Haddad.
La disputa de Doria para el estado de Sao Paulo le abrió las puertas de la alcaldía que acaba de retener, como hubiese deseado su abuelo, del que cuelga un retrato en su despacho en la Alcaldía.
Con información de EFE
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