El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pronunció este martes una frase homofóbica para reiterar su desdén sobre la pandemia de COVID-19: “Tienen que dejar de ser un país de maricas”, dijo.
“Todo ahora es pandemia, hay que acabar con eso. Lamento los muertos, los lamento. Todos nos vamos a morir un día, aquí todos van a morir. No sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas. Tenemos que enfrentar de pecho abierto, luchar”, dijo el mandatario en el Palacio del Planalto, sede del gobierno federal.
Las declaraciones tuvieron lugar durante un discurso oficial sobre el turismo. “Ustedes se fueron al suelo en esa pandemia, que fue sobredimensionada”, dijo a los presentes, en referencia al golpe que a sufrido la industria turística a nivel mundial como consecuencia de las restricciones sanitarias impuestas este año.
La pandemia de COVID-19 ha dejado más de 160.000 muertos y 5,6 millones de casos positivos en Brasil. En términos nominales, ocupa el tercer lugar en la lúgubre lista de transmisiones a nivel global, y el segundo en la de fallecidos. No obstante, con respecto a la primera, analistas e investigadores han insistido que hay un alto número de casos no notificados.
Bolsonaro ya había dominado los titulares referidos al COVID-19 durante la mañana al tomar como una victoria personal la interrupción en Brasil de la fase de estudios de la vacuna CoronaVac, desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, luego de que se reportara la muerte de uno de los voluntarios para los testeos.
“Muerte, invalidez, anomalía... esta es la vacuna que (el gobernador de Sao Paulo Joao) Doria quería obligar a los paulistas a tomar. El presidente dijo que la vacuna jamás podría ser obligatoria. Otra que gana Jair Bolsonaro”, declaró el mandatario en su cuenta de Facebook.
Bolsonaro adjuntó un enlace sobre la suspensión de la vacuna en respuesta a un usuario de redes sociales que preguntaba si el gobierno compraría y produciría la vacuna en caso de que los ensayos -actualmente en fase 3- muestren que es eficaz y segura.
La Agencia de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) brasileña anunció el lunes que “decidió interrumpir el ensayo clínico de la vacuna CoronaVac tras un incidente adverso” el 29 de octubre, aunque el instituto responsable por los ensayos y el gobierno de Sao Paulo, cuyo gobernador Joao Doria es el principal adversario político de Bolsonaro, aseguran que el fallecimiento no tiene ninguna relación con la vacuna. Sin embargo, la policía local indicó que la principal hipótesis que maneja es un suicidio o una sobredosis, por lo que no estaría relacionada a la aplicación del inoculante. No obstante, a la noche del martes (hora local) los ensayos continúan suspendidos en el país sudamericano.
Bolsonaro se ha referido al modelo de Sinovac como la vacuna de “ese otro país”. El mes pasado, canceló un acuerdo de compra de 46 millones de dosis que había anunciado su propio ministro de Salud. “El pueblo brasileño no será el conejillo de indias de nadie”, dijo el mandatario, que promueve la vacuna que está desarrollando la Universidad de Oxford con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca.
Con información de AFP
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