Centenares de manifestantes se congregaron este martes en el centro de Lima y marcharon hacia el Congreso en protesta contra la juramentación de su titular, Manuel Merino, como nuevo presidente de Perú, tras la destitución de Martín Vizcarra. En ese marco, se registraron choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad desplegadas allí.
Movilizados a través de las redes sociales, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, se reunieron desde primera hora de la mañana del martes portando banderas y carteles en protesta por la destitución de Vizcarra y la subsecuente asunción de realizó Merino, a quien califican de golpista y usurpador.
La Policía Nacional había levantado cercas de metal para impedir el paso peatonal hacia la sede del Parlamento, ubicado cerca de la céntrica plaza San Martín, anticipándose a la movilización de la ciudadanía, que manifestó a travpes de distintos canales su indignación por la decisión del Congreso.
En varios puntos de acceso al centro histórico de Lima grupos de jóvenes se enfrentaron con la Policía para avanzar hacia el Congreso, lo que fue impedido por los agentes con el uso de gases lacrimógenos.
Banderas con señales de luto, carteles con la mención de “Este presidente no me representa” o “Congreso usurpador” son algunas de las muestras de repudio que portan los manifestantes en el centro de la capital peruana.
El enojo de amplios sectores de la ciudadanía por la destitución de Vizcarra se vio también reflejado durante la noche del lunes, considerando el masivo apoyo que recibió un joven detenido por la Policía por darle un puñetazo en el rostro al legislador Ricardo Burga, del partido Acción Popular, entre los promotores de la destitución presidencial.
En pocas horas, las redes sociales del agresor multiplicaron sus seguidores por varios miles, quienes expresaron respaldo y admiración.
Manuel Merino juró al cargo de presidente de la República, después de que Vizcarra fue destituido por “permanente incapacidad moral”, a raíz de una acusación de presunta corrupción cuando fue gobernador regional de Moquegua entre 2011 y 2014.
En concreto el proyecto para remover al mandatario peruano fue aprobado con 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, superando los 87 votos necesarios.
En esa línea, prácticamente todas las bancadas del Congreso se mostraron desde un inicio muy hostiles al mandatario durante su comparecencia. Lo acusaron de “mentiroso”, “inmoral”, “corrupto” y de ser de hecho el responsable de toda la inestabilidad política que vive el país.
Por su parte, Vizcarra declaró el lunes que deja el poder “con la frente en alto” y descartó entablar acciones legales para resistir la decisión del Congreso.
“No quiero que de ninguna manera se pueda entender que mi espíritu de servicio al pueblo haya sido tan solo una voluntad de ejercer el poder”, añadió, afirmando que demostrará la “falsedad” de las acusaciones en su contra en las investigaciones que debe hacer la fiscalía.
En una suerte de “remake” de un juicio del que salió airoso el 18 de septiembre, Vizcarra finalmente tuvo un destino similar al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczysnki (2016-2018), quien no pudo completar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del parlamento.
(Con información de EFE)
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