El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció este martes que trabaja en colaboración con Chile, Colombia, Ecuador y Perú contra las actividades de pesca ilegal de China en el Océano Pacífico.
“Nos preocupa mucho que la pesca ilegal china haya tenido lugar frente a las costas de Ecuador, como ya ha ocurrido en otras partes del mundo”, agregó Pompeo.
Pompeo se reunió este lunes en Washington con el canciller ecuatoriano, Luis Gallegos, con quien abordó los esfuerzos contra la corrupción, la seguridad y el combate a la pesca ilegal. El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Cale Brown, aseguró que Pompeo expresó el “fuerte apoyo” de Estados Unidos a los esfuerzos de Ecuador por combatir la pesca ilegal en sus aguas territoriales y promover la cooperación regional sobre el tema.
En agosto pasado, Estados Unidos ya respaldó los esfuerzos del Gobierno ecuatoriano para evitar que una flota de embarcaciones con bandera china practique la pesca ilegal y “depredadora” alrededor de la Reserva Marina de las Galápagos.
Pompeo indicó entonces que Ecuador había advertido sobre la presencia de “cientos de embarcaciones” con bandera china que pescaban cerca de la reserva natural dedicándose a la captura de tiburones por sus aletas junto a otras muchas especies protegidas.
La semana pasada, cuatro países sudamericanos unieron fuerzas para combatir la pesca ilegal de grandes flotas chinas frente a sus costas. Chile, Colombia, Ecuador y Perú amenazaron con tomar medidas “para prevenir, desalentar y enfrentar de manera conjunta” la pesca ilegal cerca de sus zonas económicas exclusivas en el Pacífico.
Aunque la declaración conjunta no hizo mención específica a China, los grupos ambientalistas Greenpeace y Oceana han advertido repetidamente sobre la creciente presencia de enormes flotas pesqueras chinas en el área.
El cuarteto sudamericano dijo que impulsará “la cooperación y el intercambio de información en tiempo real” para destacar la pesca ilegal frente a sus costas.
En el mes de julio, Ecuador presentó una queja ante China por una enorme flota pesquera de 300 buques frente a Galápagos, diciendo que alrededor de la mitad de ellos habían apagado sus sistemas de rastreo para que no pudieran ser localizados.
Tras ello, los barcos chinos se dirigieron por aguas internacionales hacia el sur, cerca de las zonas económica exclusivas de Perú y Chile, según la ONG internacional Oceana.
De acuerdo con la mayoría de los expertos, las acciones depredadoras de la flota pesquera de China violan las aguas soberanas de América Latina, porque roban peces y diezman especies enteras. También han denunciado la “continua negativa” del régimen chino a reconocer esos abusos y a estar a la altura de su responsabilidad en virtud del derecho internacional para ponerles fin.
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