La policía se ha visto superada por el accionar de los criminales que atacan por sorpresa en maniobras estudiadas previamente, y que afectan a conductores y conductoras que llegan especialmente de noche, en horarios siempre establecidos y estudiados por los hampones.
El caso registrado en las últimas horas, se registró en Peñalolén, a unos 15 kilómetros de Santiago centro, en la capital de Chile. En general, los ataques por portonazo se registran con mayor incidencia en el sector oriente de la región metropolitana, donde por lo general los delincuentes consiguen adelantarse a la llegada de los conductores a sus viviendas, lugar en el que abren de forma manual o automática los portones de acceso y, aprovechando la espera, abordan y amenazan con armas, bajan a sus víctimas y roban los automóviles.
Sin embrago, hechos emblemáticos con este tipo de fórmulas, también se suceden en los barrios del poniente de Santiago, incluso, en el resto del país cada vez con más frecuencia. A juicio de Sergio Soto, jefe de Unidad de Análisis Criminal de la Fiscalía Occidente, organización que pertenece al Poder Judicial chileno, en contexto de la pandemia el comportamiento delictual ha tenido un cambio y reveló que por ejemplo en Maipú, ubicada en el otro extremo de la región metropolitana, en los últimos meses hay “un aumento de 45% de delitos de robo con intimidación y robo con violencia”, cifra que “durante la cuarentena ha tenido un registro de un 71% de aumento”, con crímenes como los portonazos, las encerronas y los asaltos a personas.
La nueva víctima tenía 53 años. Puso resistencia cuando se encontró con los delincuentes. Un enfrentamiento que provocó la agresión con cuchillos de los atacantes, lo que la dejó con heridas graves que más tarde le costaron la vida. Desde Carabineros, el capitán Danilo Vauhnik, oficial de ronda de la Prefectura Oriente, detalló que “una mujer adulta, momentos en que se encontraba ingresando a su domicilio, es interceptada por sujetos premunidos de armas blancas, quienes la abordan con el objetivo de sustraer su automóvil, le provocan lesiones a la víctima producto de la resistencia, es trasladada al hospital Doctor Luis Tisné Brousse, en donde finalmente fallece”, agregó.
Desde la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) el comisario Orlando Calderón contó que la mujer había salido a trabajar y que la familia no se había percatado de lo sucedido hasta que escucharon bocinazos y los gritos de la víctima pidiendo auxilio. Por su parte, desde el Poder Judicial, la Fiscal María Cecilia Pino informó que “este procedimiento es bastante complicado, porque tenemos un robo, específicamente un portonazo, resultando una persona fallecida. Estamos investigando las distintas líneas del caso”.
Una historia más que se suma a las de cientos de víctimas. Por tratarse de un delito que no está tipificado por una legislación todavía, sólo se conocen cifras macro, como parte de los delitos con violencia registrados en Chile. Por lo mismo, la Cámara de Diputados aprobó, hace algunas semanas, un proyecto que aumenta las penas a los delitos de robo y receptación de vehículos motorizados o de los bienes que se encuentran al interior de estos. Una iniciativa que se conoce “ley antiportonazos”.
La iniciativa contiene medidas especiales, entre ellas, aumentos de penas y consideración de situaciones agravantes, tales como, la receptación o la presencia de menores en los vehículos. Asimismo se considera la instalación de dispositivos GPS y otros de seguridad, y la responsabilidad para las concesionarias de rutas de informar del paso de vehículos con denuncias de robos a requerimiento de la autoridad.
Otra innovación de los criminales en Chile es el delito utiliza el método de la “encerrona”. La subcomisario jefe de la Oficina de Análisis de la Jefatura Nacional Contra Robos y Focos Criminales, Macarena Ortega, señaló que la “encerrona” “es una mutación del portonazo, que a su vez parte porque los vehículos que están recién ingresando al país tienen mayor seguridad”. “Antes, los delincuentes se robaban los autos estacionados en la calle, pero ya ahora tuvieron que empezar a optar por otras metodologías, en las que hay intimidación, uso de armas. Hacen que el conductor se baje, se suben al auto y posteriormente huyen del lugar”, explicó.
Los últimos hechos que han salido a la luz, que incluso han afectado a personalidades del mundo del espectáculo y la política chilena, parecieran tener un común denominador: se realizan en autopistas o lugares escondidos. Aunque la subcomisario enfatiza: “Ocurren en cualquier lugar y a cualquier hora. Pero sí hemos visto que se da mucho en autopistas, porque así es más fácil huir”. “En las autopistas hay lugares que son sumamente estrechos y los delincuentes aprovechan eso, que hay poca visión. Entonces se colocan por delante y otro por atrás, obligando a la víctima a reducir la velocidad”, explicó. Sobre el uso de los vehículos robados, la subcomisario detalló que “los ocupan posteriormente para otras cosas, para hacer tour delictual y cometer otros delitos, los pueden blanquear o venderlos por piezas”.
Agregó que “en muchas ocasiones los usan para ostentar, porque son vehículos de alta gama. Hemos visto que muchos suben fotos a redes sociales desde el interior de los autos”. Respecto del perfil de quienes realizan este tipo de robos, señala que se trata de “bandas organizadas que generalmente usan a menores de edad que son inimputables para cometer el delito como tal”. Los “portonazos” comenzaron en Chile entre 2012 y 2013, mientras que el fenómeno de la “encerrona” se dio con fuerza durante el 2019. No obstante, la modalidad clásica de esperar fuera de domicilio para robar sigue dándose.
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