El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou informó este jueves que las fronteras uruguayas estarán “básicamente cerradas” durante el verano. “A raíz de informes que hemos tenido, va a ser un verano restringido. Es un decisión difícil para nosotros, pero los elementos son contundentes”, expresó el mandatario.
Lacalle Pou reconoció que, por la decisión, “la pérdida de ingresos va a ser importante”. Pero anticipó la voluntad de “forzar dentro de lo posible, de manera responsable, lo fiscal”.
Las declaraciones tuvieron lugar en el marco de una conferencia de prensa en la Torre Ejecutiva, en la que Lacalle Pou abordó el avance de la pandemia de COVID-19. La cantidad de casos positivos han aumentado durante los últimos días y actualmente registra 444 personas que cursan la enfermedad, cifra récord para el país sudamericano cuyo abordaje de la pandemia ha sido elogiado a nivel global.
Uruguay registró este jueves 38 nuevos casos positivos. Son 23 menos que los 61 del miércoles, la cantidad más alta desde el inicio de la pandemia. En total, Uruguay ha reportado poco más de 2.700 contagios y solo 53 muertes desde que declaró la emergencia sanitaria el pasado 13 de marzo.
Un punto de preocupación para la administración de Lacalle Pou está en la ciudad binacional de Rivera/Livramento que comparte con Brasil, uno de los países más afectados por el COVID-19 a nivel global con casi 5,3 millones de transmisiones y más de 155.403 decesos.
De hecho, el presidente informó en la conferencia de prensa que se suspenderán por dos semanas las clases presenciales en la ciudad. Ya se había determinado en días anteriores la suspensión de grandes eventos, aumentado los requerimientos de uso de mascarillas y reducido la cantidad de personas que pueden ingresar a los comercios al mismo tiempo.
No obstante, tanto Lacalle Pou como el ministro de Salúd Pública, Daniel Salinas, enfatizaron en que la situación está “lejos de estar fuera de control”. “Estamos lejos de decir que se ha perdido el hilo epidemiológico”, expresó Salinas. El funcionario indicó a su vez que “no hay noción de nexo en el 10 por ciento de los casos” registrados en Rivera y que se agregarán más rastreadores a los esfuerzos de contenimiento de ser necesario.
Más allá de ello, Salinas advirtió sobre una “sensación irreal de seguridad” respecto al COVID-19 en el país. Hacía referencia a imágenes que tomaron estado público y mostraban grandes grupos de personas en playas públicas. Otro de los problemas, dijo el ministro, es que después de más de siete meses de emergencia sanitaria “la gente está cansada”.
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