Crece la expectativa en Bolivia por el pronunciamiento de Carlos Mesa sobre los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo, después que la presidenta interina, Jeanine Añez, diera por ganador al candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce.
Tras una jornada que se desarrolló en paz, con “civismo” y una alta participación de votantes, la incertidumbre se apoderó de los bolivianos que veían pasar las horas sin que el órgano electoral diera a conocer los resultados de las votaciones, mientras un par de sondeos a boca de urna dan como ganador en primera vuelta a Arce.
Mesa confiaba en llegar a una segunda vuelta, en la que podría unir a la oposición al MAS. El domingo, el ex presidente señaló que no harían ningún pronunciamiento hasta no tener algún anuncio oficial, pero las expresiones de la presidente interina, Jeanine Áñez, podrían adelantar una declaración.
Pasada la medianoche, Áñez reconoció que aunque no se trata del cómputo oficial, la victoria de MAS se ve segura y felicitó a sus candidatos. Incluso, les pidió que gobiernen “pensando en la democracia”.
Tampoco se ha manifestado Luis Fernando Camacho, candidato que se ubicaba en el tercer lugar en las encuestas y que en las últimas semanas recibió fuertes presiones para abandonar la carrera electoral.
A su vez, el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002) también saludó al MAS por la presunta victoria: “Más allá de mis enormes diferencias, como demócrata, los felicito y les deseo éxito, ante el enorme desafío económico que se avecina”
La encuestadora de la Fundación Jubileo, ligada a la Iglesia Católica y otras instituciones académicas dio a Arce un 53% de votos y a Mesa 30,8% con base en conteos rápidos no oficiales con un margen de error de menos de dos puntos. A su vez, la encuestadora Ciesmori dio otro conteo rápido en el que Arce obtiene un 52,4% sobre Mesa, que obtendría 31,5 % en base a un 95% de la muestra del recuento de escrutinio. La presunta diferencia de más de 20 puntos hace imposible una segunda vuelta, por más que los conteos oficiales al 15% de las mesas todavía mostraban a Mesa en la delantera.
Arce celebró la victoria
Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras que Evo Morales lo hizo desde Argentina, cuando el recuento oficial de votos iba por poco más del 7 por ciento.
Ante la impaciencia por conocer los resultados, la presidenta interina pidió a los ciudadanos y partidos políticos tener “madurez” para esperar los resultados oficiales. Agradeció asimismo a los ciudadanos, las autoridades electorales y las fuerzas del orden por contribuir a que esta jornada fuera “un día de fiesta pacífica y democrática”.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, destacó que la jornada de votación concluyó de manera “pacífica y participativa”, que era lo que necesitaba el país “para afianzar su democracia”.
Tras el cierre de los puestos de votación, las autoridades desplegaron en todo el país un operativo militar y policial para garantizar la seguridad hasta que se conozcan los resultados oficiales.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su reconocimiento al “pueblo boliviano por la actitud cívica al acudir masiva y pacíficamente a ejercer su derecho al voto”.
“En este contexto en el que el cómputo avanza con lentitud, reiteramos nuestro llamado para que, tanto la ciudadanía como los diferentes actores políticos, esperen con paciencia los datos oficiales. Los próximos días serán cruciales para el futuro de Bolivia”, señaló.
En el mismo sentido, la delegación de la Unión Europa (UE) felicitó “al pueblo boliviano por haber protagonizado una jornada electoral participativa y en paz” e hizo un llamado a que se preserve la calma mientras se conocen los resultados, para evitar que se desvirtúe el proceso electoral.
Por contra, Morales desde Argentina expresó sus sospechas sobre “el levantamiento del Direpre a pocas horas del día de las elecciones” y luego de que “las empresas encuestadoras se niegan a publicar los resultados a boca de urna”.
Unos 7,3 millones de bolivianos estaban habilitados para sufragar en el país, donde el voto es obligatorio, para decidir entre cinco candidaturas a presidente, vicepresidente, senadores y diputados.
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