El monumento está instalado justo al centro de la Plaza Baquedano, conocida popularmente como Plaza Italia. Ha sido escenario de una disputa que, para muchos, no tiene lógica y raya en lo absurdo. Sin embargo, para otros, es un símbolo de conquista que, aparentemente, tendrá como único perjudicado al propio monumento. Cada vez, el concreto de su base y el bronce de su diseño se esconde sobre más y más capas de pintura, sólo con el fin de demostrar quien controla el centro neurálgico de las movilizaciones en Chile.
La estatua está ubicada en el límite de dos de las comunas más importantes de la capital chilena. Providencia, la puerta de entrada al sector más acomodado, y Santiago centro, este último, el municipio principal de la Región Metropolitana, donde se instala la sede de gobierno, el Palacio de la Moneda, edifico del Ex Congreso Nacional, la Biblioteca Nacional y las principales reparticiones del Estado.
Por tratarse del punto de encuentro de las clases sociales de esta capital, la Plaza Italia es el hito capitalino en el que se convoca cada celebración importante. Cada victoria de la selección chilena, por ejemplo, se desarrolla aquí. Es el símil al obelisco en Buenos Aires o el Ángel de ciudad de México. Las concentraciones históricas se desenvuelven en este lugar.
Por lo anterior, hace un año, cuando se inició la revuelta social, el 18 de octubre de 2019, fue en esta plaza donde instaló el enfrentamiento, un campo batalla entre la policía y los manifestantes. Un nuevo rol de este sector, que tenía al monumento al General Baquedano como mudo testigo de los hechos. Poco a poco se transformó en el lugar más emblemático, y fue tomado por los manifestantes, quienes incluso, iniciaron recolección de firmas para renombrarla como Plaza de la Dignidad, trámite que se encuentra ingresado en la municipalidad de Providencia.
Plaza Baquedano refiere su nombre en homenaje al histórico General Manuel Baquedano, junto a su querido caballo Diamante. Este monumento fue inaugurado en 1928, obra del escultor Virgino Arias. Fue una donación, para la celebración del centenario de la independencia de Chile, en ese entonces era común que los gobiernos hicieran regalos que perduraran, y fue Italia quien entregó los fondos para la estatua del general considerado Genio de la Libertad.
Manuel Baquedano fue general del Ejército de Chile y ocupó el puesto de Presidente provisional del país en 1891, durante la guerra civil del mismo año. Para el Ejército se trata de una emblemática figura, que además tiene otro significado importante, ya que se encuentra la tumba del Soldado Desconocido, cuya cripta fue quemada como hoguera durante la revuelta del 2019.
Luego de que un grupo de encapuchados pintara de rojo la estatua del general Manuel Baquedano, el Ejército emitió una declaración en la que pide al Consejo de Monumentos Nacionales “agotar las medidas para que se proporcionen mayores estándares de seguridad al monumento, y en caso que ello no pueda ser garantizado, éste sea trasladado a un lugar público, cercano al Edificio Ejército Bicentenario, para que quede bajo la protección y resguardo del Ejército de Chile”.
La estatua, luego del primer pintado de rojo, fue restaurada inmediatamente la madrugada siguiente por disposición de la Intendencia Metropolitana. Sin embargo, al día siguiente, el pasado 17 de octubre, en medio de una nueva manifestación, otra vez la obra fue intervenida con colores rojos y rayados. La intendencia, nuevamente en horas de la noche y en víspera del aniversario del “18-O”, repintó de color negro el bronce y crema la mole de cemento. Una historia que parece que no va a terminar y que representa una disputa de control de un espacio emblemático, con profunda identidad patrimonial para el Ejército y que la ciudadanía pretende cambiar como símbolo de su lucha reivindicatoria.
Leer también