En medio de abucheos y muestras de apoyo, Luis Arce votó en en el colegio Cervantes, del barrio paceño de Miraflores. Fue el primer candidato en emitir su voto.
“Esperamos que todo el día de hoy y los siguientes días transcurran de manera pacífica, apostamos a la vía democrática, por la solución democrática”, aseguró antes de retirarse.
Los cerca de 7,3 millones de bolivianos llamados a las urnas comenzaron a votar este domingo para elegir nuevos presidente y vicepresidente, casi un año después de que el mandatario Evo Morales renunciara en medio de una convulsión social derivada de denuncias de fraude en los comicios.
La votación, en las que Arce figuran como favorito comenzó oficialmente a las 08H00 locales (12H00 GMT) y se prolongará nueve horas, una jornada más extensa que la de 2019 debido a las medidas sanitarias tomadas para evitar la propagación del coronavirus.
El electorado también elegirá a 130 diputados y 36 senadores para renovar el Congreso bicameral. El ex mandatario Carlos Mesa, segundo en las encuestas, pelea por llegar a un balotaje.
Se prevé que los primeros resultados demoren en conocerse, después de que el Tribunal Supremo Electoral suspendiera el sábado por la noche el sistema de conteo rápido. La corte justificó esta decisión por la falta de garantías de que los resultados ofrecidos por este sistema coincidan con los datos oficiales.
Primero en las encuestas
Arce cació el 28 de septiembre de 1963 en La Paz en el seno de una familia de clase media. Sus padres eran profesores. Su origen y formación son diferentes a los de Morales, quien nació en una familia de modestos campesinos y pastores de llamas, trabajó durante toda su infancia, por lo que fue poco tiempo a la escuela, y su lengua materna es el aymara. En los deportes también son diferentes, pues al exministro le gusta el básquetbol, mientras que el expresidente ama el fútbol.
Despliega la bandera de la bonanza económica del gobierno de Morales (2006-2019), cuando él era ministro de Finanzas, y atribuye ese logro a la nacionalización de los hidrocarburos, en 2006. El ex mandatario indígena y leal amigo de Cuba y Venezuela afirma que su delfín es “garantía de la estabilidad, crecimiento económico y redistribución de riqueza”.
Economista de 57 años, Arce estudió en la estatal Universidad Mayor de San Andrés en La Paz e hizo una maestría en la universidad británica de Warwick. Trabajó 18 años en el Banco Central, donde ocupó diversos cargos, y fue ministro de Economía y Finanzas casi todo el periodo de Morales, con una pausa de 18 meses. Tiene un perfil más tecnócrata que político.
Bajo el gobierno de Morales, Bolivia elevó su Producto Interno Bruto de 9.500 millones de dólares anuales a 40.800 millones y redujo la pobreza del 60% a 37%, según datos oficiales. La bonanza permitió pagar bonificaciones a miles de mujeres embarazadas, escolares y ancianos, e inversiones millonarias para intentar industrializar el litio y el gas natural. “Tomamos decisiones adecuadas que llevaron a nuestro país a liderar varios indicadores económicos y sociales en la región”, dice el exministro, quien fue designado en enero abanderado presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS), honor que siempre había tenido Morales.
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