Ministro del Interior boliviano: “Jamás se detuvo a ningún diputado argentino, Fagioli mintió en Migraciones”

Arturo Murillo habló sobre la situación del parlamentario, quien finalmente ingresó al país por pedido del presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, y de la OEA

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El ministro del Interior de
El ministro del Interior de Bolivia, Arturo Murillo. EFE/ Martin Alipaz/Archivo

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, aseguró este sábado que no se detuvo al diputado argentino Federico Fagioli en el Aeropuerto Internacional de El Alto. “Anoche ha habido una corriente de desinformación indicando que se habría detenido a diputados argentinos. Eso jamás sucedió. Jamás la Policía Boliviana ni Inmigración detuvo a nadie”, afirmó el ministro, en rueda de prensa. “Sí se le dijo al señor Fagioli, diputado argentino, que no era bienvenido a Bolivia y que por favor regresara a su país. Él vino con otros diputados argentinos. Con los otros no hubo ningún problema”, agregó.

Además, Murillo explicó que Fagioli mintió a Migración sobre su flujo de ingresos a Bolivia, lo que se constituye en un delito, ya que negó haber entrado en el país en anteriores ocasiones, cuando sí lo hizo dos veces, en octubre y en noviembre de 2019.

Fagioli “no es bienvenido” en Bolivia, ya que falseó información sobre lo acontecido en las protestas de Sentaka y Sacaba de 2019. Sin embargo, se le permitió entrar tras la petición del presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, y de la Organización de Estados Americanos (OEA). Además ha recordado que Fagioli no pertenece a ninguna comisión oficial de observadores de las elecciones generales, sino que es un invitado de la presidenta del Senado (MAS), Eva Copa.

“Esperamos con los brazos abiertos absolutamente a todos los veedores que quieran venir. (...) Lo único que pedimos nosotros es que no hagan injerencia, que no vengan a meterse en problemas internos. Los bolivianos ya estamos lo suficientemente maduros como para resolver nuestros temas en las urnas”, sostuvo. “Quiero dejar en claro que la seguridad de absolutamente todos los observadores y los que no son observadores, de los que ha invitado el MAS, está absolutamente garantizada en nuestro país, porque nuestro país es 100% democrático”, afirmó Murillo en rueda de prensa recogida por la agencia de noticias oficial boliviana, ABI.

La delegación argentina está formada por cinco personas: tres diputados, un senador y la directora de Diplomacia Parlamentaria del país.

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, denunció lo sucedido al asegurar que la misión argentina fue “maltratada” y advirtió a la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, de que “es directa responsabilidad” de su Gobierno “preservar la integridad de la delegación”.

También el candidato presidencial por el Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones de este domingo, Luis Arce, condenó el “maltrato” que recibió Fagioli y exigió al Gobierno de Áñez que “respete los derechos de las delegaciones internacionales”. “Repudiamos la violencia y malos tratos ejercidos por el gobierno de facto de Áñez contra los legisladores argentinos que fueron invitados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, como veedores del proceso electoral”, ha afirmado Arce, favorito en los sondeos, a través de su cuenta en Twitter.

El diputado argentino Leonardo Grosso denunció maltratos en Bolivia

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, -quien realizó la invitación a los diputados argentinos- expresó este sábado su “solidaridad”, a través de las redes sociales. “Expreso mi solidaridad al diputado argentino Federico Fagioli, quien fue invitado por la Asamblea Legislativa para participar como veedor en las elecciones generales. Faltan pocos días para que Bolivia vuelva al camino de la democracia”, escribió en su cuenta de Twitter.

Las relaciones entre Bolivia y Argentina han sido tensas desde la asunción del peronista Alberto Fernández como presidente, ya que decidió acoger a Evo Morales como asilado en el país. Desde entonces, Argentina ha sido uno de los centros de operaciones del MAS en el camino a las elecciones presidenciales cuya primera vuelta se celebrará este domingo, lo que ha desatado una escalada de tensiones entre los Gobiernos de Áñez y Fernández.

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