Entre el 4 y el 23 de septiembre pasado el Ejército de Brasil realizó una serie de maniobras en los alrededores de las ciudades de Manacapuru, Moura y Novo Airão, en Amazonas y cerca de la frontera con Venezuela. Los ejercicios, bautizados como “Operación Amazonas 2020”, involucraron a 3.600 soldados y numerosos sistemas de armas, en una demostración de fuerza que llega en medio de crecientes tensiones entre Brasilia y Caracas.
La maniobras de gran escala generaron, también, críticas en la prensa brasileña por su alto costo en momento de fuerte recesión económica causada por la pandemia de coronavirus. El periódico O Globo indicó que sólo en combustible se gastaron unos 6 millones de reales (poco más de un millón de dólares).
El vicepresidente y militar retirado, Hamilton Mourao, justificó este miércoles la movilización de hombres y equipos al señalar que “si no se entrena, se pierde el partido”.
“Es normal dentro del Ejército, se hace anualmente en todos los comandos militares de la zona. La regla básica es la siguiente: entrenamiento difícil, combate fácil. El Ejército tiene que estar preparado para cualquier situación, si no entrena... Es como un equipo de fútbol: si no entrena, pierde el partido”, indicó en un comunicado citado por O Globo.
Las maniobras coincidieron en septiembre con la visita del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, a Brasil. “Fue una coincidencia”, indicó Mourao, quien luego también intentó moderar una posible escalada de tensiones con Venezuela.
“El gobierno brasileño no mantiene relaciones tensas con Venezuela. Nosotros, simplemente, no estamos de acuerdo con el actual gobierno allá, el de Maduro, porque consideramos que es una dictadura que no respeta los derechos humanos del pueblo venezolano, pero no tenemos problemas con Venezuela”, explicó.
De cualquier manera, las maniobras, coordinadas por el Comando Militar da Amazônia (CMA), constituyeron el “mayor ejercicio militar en el Amazonas”, de acuerdo a la revista especializada Tecnologia & Defesa, y fueron usadas para probar con éxito la última versión del lanzacohetes múltiples de fabricación local Astros II (Artillery Saturation Rocket System, o Sistema de artillería de saturación con cohetes), a una corta distancia de la caliente frontera con Venezuela.
En la "Operación Amazonas 2020″ participó una batería de estos lanzacohetes, pertenecientes al 6º Grupo de Misiles y Cohetes del Comando de Artillería del Ejército de Brasil, indicó esta publicación, que participó de la cobertura oficial del ejercicio.
En total se realizaron 20 disparos con el sistema Astros II (Mk6), descrito como “el arma disuasiva más poderosa del Ejército de Brasil” y surgido del programa Astros 2020, el 15 de septiembre pasado en el kilómetro 61 de la ruta AM-010, de acuerdo a información oficial provista por el CMA de las Fuerzas Armadas brasileñas.
Se dispararon cuatro cohetes de 180 milímetros SS-40, los cuales tienen un alcance de unos 35 kilómetros, y 16 cohetes de 127 milímetros SS-30, con un alcance similar.
“La artillería de cohetes brasileña está muy bien posicionada en el panorama de fuerzas de disuasión de América Latina”, dijo el general de Brigada Valério Luiz Lange, citado por el periodista Antonio Ximenes.
El Astros II es un lanzacohetes múltiple autopropulsado desarrollado y fabricado por la empresa brasileña de defensa Avibras. Su primera versión entró en servicio en 1983 y ha sido exportada a numerosos países de Medio Oriente, incluyendo Irak, que los utilizó en combate en la guerra contra Irán (1980-1988) y en la primera Guerra del Golfo (1990-1991). También se ha vendido a Angola y Malasia, entre otros.
Se trata de un sistema que puede disparar diferentes tipos cohetes no guiados de distinto alcance, además de misiles guiados y de crucero, estos últimos en fase de desarrollo. Cada vehículo puede cargar entre 4 y 32 cohetes, dependiendo su tamaño, y, aunque no se caracterizan por la precisión, en combate estas armas se utilizan para saturar una zona en poco tiempo y con una gran cantidad de cohetes cargados de explosivos, lo cual produce enormes daños y un efecto psicológico en el enemigo.
Por esta razón, aunque se trata de una pieza de artillería destinada al fuego indirecto con cohetes, son también considerados un arma “disuasiva”.
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