“La Armada de Chile tiene instrucción de estar atenta a la situación de proteger el mar territorial”, dijo en una declaración Román Zelaya, subsecretario de pesca dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, quien se refirió así al desplazamiento de naves asiáticas que se acercan amenazantes a las 200 millas de territorio marítimo chileno.
Provenientes desde el norte, ya con registro formal frente a las costas de Ecuador -en las afueras de las Islas Galápagos- y de Perú, la flota de barcos chinos superaría los 300. Varios de ellos ya han sido denunciados por la ejecución de pesca ilegal. Lo anterior, no es nuevo, ya que en los últimos cuatro años, al menos 22 embarcaciones, 18 de ellas chinas, han ingresado a la zona marina protegida más grande del continente, denominada Nazca-Desventuradas, en Chile.
Esta última es una más de las diez “zonas de conservación” que existen en el país y que lo transforma en uno de los cinco primeros con mayor cantidad de kilómetros protegidos, según registra la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Sin embargo, pese a lo anterior, ninguno de los parques marinos cuenta con un efectivo plan de administración que garantice el resguardo de las 200 millas marítimas en las cuales no pueden acceder embarcaciones no acreditadas.
Ya el pasado 24 de septiembre, desde la embajada de Estados Unidos en Perú, se emitió una alerta por la presencia de los 300 barcos chinos. Se encontraban en ese momento a unas 230 millas de las costas de la ciudad de Pisco.
Un mes antes, desde Ecuador, también se advirtió y comprobó que la flota estaba estacionada en las afueras de la reserva marina de Galápagos. Ante tales afirmaciones, la autoridad chilena emitió un comunicado de prensa en el que declaró estar “alerta”.
“El control fronterizo y el combate a la pesca ilegal son dos aspectos esenciales, y en eso estamos trabajando todas las instituciones del Estado”, advierte Zelaya, el subsecretario de pesca chileno.
Infobae conversó con uno de los representantes de los pescadores artesanales de la ciudad costera de Coronel, en la región del Bio Bio, localidad ubicada a 530 kilómetros al sur de Santiago. Andrés Sepúlveda, a sus 49 años, se dedica hace cuarenta a la pesca artesanal. Espera con preocupación el paso de los “chinos” como le dicen, debido a que en los últimos años se ha hecho frecuente el paso de estas embarcaciones.
“A los que más afecta la pesca ilegal, cuando llegue esta flota china, es a los que andan pescando albacora, porque es una especie que se encuentra más o menos a la altura por donde ellos pasan. Se supone que la autoridad chilena resguarda las 200 millas, y si pasa afuera de eso, no hay nada que hacer”, declara Sepúlveda.
Y si bien el resguardo de las 200 millas está garantizado, Sepúlveda cuenta que de igual manera la llegada de estos barcos los perjudica, por el tipo de extracción que utilizan, aún cuando esté a mayor distancia de la que delimita el territorio marítimo chileno.
“Como le digo, a los albacoreros es a los que más perjudica, porque los chinos no andan buscando solamente el calamar de humboldt, ellos vienen con la ley de caiga lo que caiga se lo llevan todo. Si bien andan a la siga del camarón de humboldt, se llevan lo encuentran, porque allá en sus mares no les queda nada”, advierte.
El principal perjuicio que reclaman los pescadores artesanales de Chile es el impacto en su capacidad de producción. Una condición que ya se ve perjudicada, según dice, por las normativas que rigen la actual Ley de Pesca de Chile.
“Nosotros, a decir verdad, nos sentimos perjudicados desde que se aprobó la ley corrupta de Pablo Longueira. Porque los pescados en mi país tienen nombre desde antes que nazcan. Con esta ley que le entrega derechos de pesca a unas pocas familias ricas. El mar prácticamente les pertenece. Entonces, a nosotros que hacemos pesca artesanal de merluza, de anchoa, sardina, sierra y jurel nos perjudica más. Nos dejan con lo mínimo”, dice Andrés.
El pasado 1 de octubre, la ONG Oceana advirtió a través de un comunicado que el mismo enjambre de pesqueros que ya estuvo en Ecuador y Perú, ahora se dirige a Chile. El organismo agregó a los antecedentes ya conocidos que algunas de estas embarcaciones estarían apagando sus sistemas de posicionamiento satelital para actuar con impunidad en su ilegal extracción.
César Astete, director de la campaña de Pesquerías de esta ONG, hizo énfasis en la necesidad de frenar la amenaza de la que es considerada la principal potencia pesquera mundial, que llega hasta las costas del pacífico. “Hace un mes aproximadamente, se viene realizando un monitoreo y seguimiento de la flota pesquera internacional de estas cerca de 300 naves de pabellón chino, y actualmente se encuentra a 390 millas de la zona económica exclusiva”, señala.
Por su parte, desde la Asociación de Industriales Pesqueros (ASIPES), representada por Macarena Cepeda, su presidenta, han mostrado su preocupación, haciendo un llamado a las autoridades a defender la sustentabilidad del mar de Chile.
“Nuestra preocupación es económica y estratégica. Hoy las biomasas disponibles en el mar son muy atractivas para todas estas flotas que persiguen recursos por todos los océanos del mundo, por tanto no podemos permitir que estas flotas extranjeras pongan en riesgo o destruyan el trabajo de años por recuperar responsable y sustentablemente los recursos de Chile”, planteó.
Para las próximas horas, la Armada de Chile ya convocó a una conferencia de prensa en Valparaíso, en la que presentará ante la opinión pública un plan de acción especial que busca resguardar los intereses naturales y económicos del país e informará, además, el protocolo con en el que esperan monitorear la situación de la flota china que se aproxima al territorio marítimo chileno.
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