Brasil creó en agosto 249.388 puestos de trabajo formales, lo que supone el segundo mes consecutivo de generación de empleo tras cuatro en negativo por las medidas de aislamiento impuestas para contener la pandemia de coronavirus, según informó este miércoles el Gobierno.
El resultado de agosto es fruto de la diferencia entre las contrataciones, que llegaron a 1.239.478, y los despidos, que sumaron 990.090, según los datos divulgados por el Ministerio de Economía.
Los puestos de trabajo formales generados fueron significativamente más altos que los de julio (131.010) y reflejan una tímida recuperación económica del país, uno de los más afectados del mundo por la pandemia del coronavirus con 4,8 millones de casos y 142.921 fallecidos hasta ahora.
“Brasil generó 250.000 empleos en agosto. Es algo que no sucedía desde agosto de 2010. Realmente estamos recuperándonos en forma de 'V', el mercado de trabajo lo registra”, señaló el ministro de Economía, Paulo Guedes.
El Ministerio de Economía registró un crecimiento de los puestos de trabajo formal en las cinco actividades económicas que fueron analizadas, con destaque para la industria (+90.227) y comercio (+49.408).
Ambos sectores, junto a los servicios, fueron los más afectados entre marzo y mayo de este año, cuando los gobernadores y alcaldes adoptaron las medidas de aislamiento social más rígidas para hacer frente a la diseminación del virus y las cuales comenzaron a ser relajadas en junio.
Pese a la mejora de los datos en julio y agosto, el resultado todavía es negativo en el acumulado en los primeros ocho meses del año, período en que se perdieron 849.387 puestos de trabajo formales.
Asimismo, nuevos datos de desempleo divulgados este jueves por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística muestran que la tasa de desempleo en el trimestre concluido en julio llegó al 13,8%, lo que supone la mayor tasa desde 2012.
Según esos datos, un total de 13,1 millones de personas se encuentran actualmente sin empleo en Brasil, país que todavía siente los duros efectos de la crisis económica y sanitaria de la COVID-19.
El Gobierno y el mercado brasileño prevén este año una caída de la economía brasileña de alrededor del 5%, aunque los pronósticos son más optimistas que los de algunos organismos internacionales como el Banco Mundial, que proyecta un derrumbe del 8%.
El récord anterior de desempleo, de 13,7%, databa del primer trimestre de 2017, cuando Brasil venía de dos años consecutivos de recesión económica.
El impacto del covid-19 no solo disparó el desempleo, medido en la cantidad de personas que buscan trabajo. El de personas “desalentadas”, que desistieron de hacerlo por falta de oportunidades, llegó también a un récord de 5,8 millones (frente a 5,683 millones en junio) y supone un 20% más que en el mismo periodo de 2019.
“Aparte de sacarle el trabajo [a la gente], la pandemia imposibilitó su búsqueda, sea por las medidas restrictivas, por la parada de las actividades económicas o por cuestiones de salud personal”, dijo Adriana Beringuy, encargada de la encuesta del IBGE.
Los estudios muestran un repunte de la actividad desde julio, con perspectivas de atenuación de la debacle económica.
Los analistas consultados semanalmente por la encuesta Focus del Banco Central prevén una contracción de 5,04% del PIB brasileño este año. Hace dos meses, la proyección era de un derrumbe de 6,5%.
La producción industrial tuvo en julio un incremento mensual del 8%, aunque en los primeros siete meses del año siguió mostrando una fuerte contracción del 9,6%.
Contrariamente a los indicadores de producción y consumo, “el mercado laboral no da aún señales consistentes de recuperación”, lo cual puede “plantear restricciones a la velocidad futura de la recuperación económica”, indicó este mes el Banco Central en su Informe Trimestral de Inflación.
La población ocupada retrocedió a 82 millones, el menor contingente de la serie histórica, lo cual supuso la destrucción de 7,2 millones de puestos de trabajo frente al periodo febrero-abril de este año y de 11,6 millones frente al periodo mayo-julio de 2019.
Crece la popularidad de Bolsonaro
La popularidad del presidente Jair Bolsonaro ha crecido hasta el 40%, el mayor nivel desde el inicio de su mandato, a pesar de su polémica gestión de la pandemia y su política ambiental, según un sondeo divulgado la semana pasada por la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
La encuesta, elaborada por el instituto Ibope, muestra un aumento de once puntos en el porcentaje de brasileños que califican la gestión del mandatario de “óptima” o “buena”, frente al 29% que así opinaba en diciembre del año pasado.
“La popularidad del presidente Jair Bolsonaro revierte la tendencia de caída que persistió durante el año pasado y mejora entre diciembre de 2019 y septiembre de 2020”, señaló el CNI en un informe.
El resultado refleja una tendencia al alza en la popularidad de Bolsonaro que ya anticipó otro sondeo, de la firma Datafolha, divulgado a mediados de agosto y que fijó la tasa de aprobación del gobernante en el 37 %.
Según el Ibope, el índice de rechazo al jefe de Estado presentó una caída de nueve puntos, desde el 38% registrado en diciembre hasta el 29% actual, mismo porcentaje que evalúa hoy su gestión como “regular”.
Por otro lado, un 50% de los brasileños aprobó su manera de gobernar, frente al 41% de la encuesta de diciembre pasado.
Asimismo, el porcentaje de los brasileños que confía en Bolsonaro creció del 41% hasta el 46% en el mismo período, un dato aún inferior a cuando comenzó su mandato, el 1 de enero de 2019 (51%).
Según el CNI, la tasa de aprobación del Gobierno de Bolsonaro mejoró “principalmente entre los entrevistados con hasta un salario mínimo”, que en Brasil es de aproximadamente 200 dólares, y entre aquellos “con menor grado de estudios”.
Las áreas mejor evaluadas del Ejecutivo son Seguridad Pública (51%), combate al hambre y a la pobreza (48%), Educación (44%) y Salud (43%), de acuerdo con la encuesta.
Según los especialistas, la subida en los índices de popularidad de Bolsonaro se debe a la distribución de subsidios durante la pandemia para los trabajadores informales, desempleados y familias vulnerables, una política que el Gobierno ha prorrogado hasta diciembre de este año.
La encuesta del Ibope es fruto de entrevistas a 2.000 personas realizadas entre el 17 y el 20 de septiembre en 127 municipios del país y tiene un margen de error de dos puntos.
Con información de EFE y AFP
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