El Banco de Desarrollo de América Latina CAF inició este miércoles su conferencia anual, centrada en debatir cómo la región puede salir de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, poniendo el acento en inversiones, inclusión social, integración regional y transformación del paradigma de desarrollo.
Todos los ponentes coincidieron en señalar que la prioridad en este momento es controlar la Covid-19 en la región, con la premisa de que una vacuna no estaría ampliamente disponible hasta 2022 y que el impacto económico seguirá notándose.
La primera de las tres jornadas de la 24 conferencia anual de la CAF, que este año se organiza en modo virtual y no en Washington, como es tradicional, contó como invitado principal con el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien recordó que su país, al igual que el resto de la región, se ha enfrentado a una pandemia “para la que no había hoja de ruta”.
“Hemos actuado con un concepto que ha cobrado una importancia vital: la libertad (...) Libertad solidaria y social”, explicó Lacalle, quien aseguró que el éxito de Uruguay a la hora de contener la pandemia se ha debido al pueblo uruguayo más que a su Gobierno, ya que ha actuado con responsabilidad.
El debate de esta primera jornada se centró en cómo abordar, no solo la salida de la crisis que ha provocado la pandemia, sino aprovechar la misma como una oportunidad para realizar reformas y mejoras en los fundamentos del desarrollo de la región para el futuro.
En opinión del mandatario uruguayo “no se debe tener miedo en empoderar al ciudadano” sin olvidar la transparencia, el apoyo en la opinión de los científicos y la generación de confianza entre la población.
Lacalle opinó que América Latina conseguirá salir de la crisis que ha precipitado la pandemia de Covid-19 con mayor integración y enfoque en “la igualdad, la solidaridad y la generosidad”.
“Acabemos con la ortodoxia de que un estado liberal no tiene sensibilidad social”, aseguró Lacalle, que en marzo, poco antes que la pandemia atenazara la economía global, puso fin a 15 años de Gobiernos de izquierda en Uruguay, uno de los países que mejor ha sabido contener al nuevo coronavirus.
El presidente de la CAF, Luis Carranza, apuntó que el coronavirus ha llevado al mundo a su crisis más grave en mucho tiempo y ha puesto en evidencia los grandes problemas de América Latina, como la desigualdad, la falta de integración y las carencias en inversión.
“Las brechas estructurales se han agravado y la desigualdad es más evidente. Los problemas de gestión pública en el ámbito sanitario han afectado a los más vulnerables y han deslegitimado a las autoridades”, señaló Carranza, quien recordó que una de las prioridades debe ser abordar las carencias en infraestructuras y los problemas fiscales.
El cambio climático, la próxima crisis
Invitados como el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz; la vicepresidenta del Banco Mundial (BM), Carmen Reinhart; o Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), coincidieron en que las estrategias de salida de la crisis deben perseguir no solo mayor igualdad, sino pensar en el cambio climático y la sostenibilidad.
“El cambio climático es un tema clave si no queremos que se convierta en un nuevo problema (como lo está siendo la pandemia del coronavirus)”, señaló Stiglitz.
Bárcena coincidió en que hay sectores productivos que se han desatendido en América Latina y que es necesario repensar el paradigma productivo, aumentar la inversión en sectores como el digital, medioambiental o de salud, al tiempo que se aumenta el comercio intraregional y su combate de la desigualdad.
La secretaria de la Cepal aseguró que las fórmulas para la recuperación deben ser más inclusivas, ya que Latinoamérica es la región más desigual del mundo. “La región está cansada de la cultura del privilegio, de las élites”, apuntó, al tiempo que recordó que existe un déficit de confianza que los Gobiernos regionales deben volver a ganar.
En opinión de Rebeca Grynspan, máxima responsable de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), cada vez es más evidente que la recuperación tras el parón económico al que ha obligado la pandemia en todo el mundo no será en forma de 'V' y que se requerirán planes a largo plazo y cambios de formas de pensar en gobernabilidad y desarrollo profundos.
Reinhart coincidió en este punto y señaló que es importante “no confundir los rebotes con la recuperación” y aseguró que para volver a las cifras económicas con las que se contaba antes de la crisis habrá que esperar más de cinco años.
La economista jefe del BM también advirtió de que algunos países tendrán que lidiar con una fuerte restricción del crédito, mientras que Stiglitz alertó que habrá países que si se mantienen las contracciones de empleo, crecimiento y baja demanda e ingresos fiscales se enfrentarán a la suspensión del pago de la deuda.
El BM espera que la economía latinoamericana sufra una contracción por encima del 7 por cierto del producto interior bruto (PIB) este año, mientras que países como Brasil, México o Perú siguen entre los más afectados a nivel mundial.
Algunos países han comenzado a reabrir sectores de la economía, como el turismo tímidamente, pero la baja demanda global sigue impidiendo una recuperación sólida.
Con información de EFE
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