“Lastimosamente los hospitales de La Paz tienen oxígeno para 48 horas más. Pese a los esfuerzos que estamos haciendo, los bloqueadores hasta han hecho zanjas para evitar que pasen los cisternas que cargan oxígeno”, informó ayer el representante del Ministerio de Salud en La Paz René Sahonero. La situación de desesperación también se vive en Cochabamba, explicaron las autoridades.
Según detalló Página Siete, en La Paz se consumen al menos 30 toneladas de oxígeno por día, por lo tanto la última dotación es muy poca. “El Hospital Los Andes logró llenar el viernes sus tres botellones que durarán hasta el lunes, el Boliviano Holandés tiene como máximo 400 metros cúbicos que abastecerán para el mismo periodo y el Hospital del Niño tiene la cuarta parte de sus tanques de seis metros cúbicos para dos días”, explicó Sahonero.
El Hospital del Norte cuenta con oxígeno máximo hasta mañana al igual que el Santiago Segundo de la CNS. Los hospitales municipales Cotahuma y La Portada -que atienden a pacientes con Covid-19- tampoco cuentan con ese insumo, agregó el periódico.
“A La Paz se le acaba el oxígeno. Necesitamos con urgencia que se deje pasar los carros con los tanques de ese elemento vital”, pidió Sahonero, al calificar como “un acto criminal” el bloqueo a los camiones que cargan esos tanques.
Grupos afines a Morales iniciaron el lunes pasado bloqueos de caminos en rechazo a la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de postergar los comicios al 18 de octubre invocando razones sanitarias.
Anoche, en algunas zonas de Santa Cruz (este) se registraron enfrentamientos entre quienes bloqueaban las vías y grupos rivales. El gobierno también denunció que opositores que mantienen los cortes saquearon camiones que transportaban alimentos.
Ante el aumento de las tensiones, las autoridades bolivianas advirtieron sobre el uso de las fuerzas de seguridad para poner fin a los cortes de rutas.
Los bloqueos están provocando cuantiosas pérdidas económicas y graves riesgos sanitarios, pues impiden el paso de cisternas con oxígeno medicinal vital para atender a pacientes con coronavirus y con otras patologías. Con 11 millones de habitantes, Bolivia registra casi 88.000 contagios de coronavirus y más de 3.500 fallecidos.
El viernes pasado, la canciller boliviana, Karen Longaric, denunció ante el Consejo Permanente de la OEA “acciones violentas e inhumanas” en protesta por la reprogramación de los comicios, entre ellas ataques a ambulancias y “dinamitazos” e “incendios” que según dijo impidieron el paso de material médico esencial.
“En los últimos días tenemos que lamentar el fallecimiento de personas por falta de oxígeno debido al bloqueo de carreteras y ataque a transporte de insumos”, dijo por su parte el jefe nacional de Epidemiología de Bolivia, Virgilio Prieto. Por esta causa, 23 pacientes murieron en La Paz, tres en Cochabamba y cinco en Oruro, señaló, al alertar sobre una tendencia de “expansión desmedida” del nuevo coronavirus en el país.
“Ante esta alarmante situación, el gobierno solicita que los organismos internacionales censuren estas flagrantes violaciones de los derechos humanos”, instó Longaric, durante una sesión extraordinaria del órgano ejecutivo de la OEA pedida por La Paz y realizada de manera virtual.
“Las manifestaciones y bloqueos promovidos por grupos afines al ex presidente Morales están poniendo en peligro la vida de miles de bolivianos, y esto no puede ser consentido por la comunidad internacional”, dijo Longaric ante la OEA. “Morales siembra caos”, afirmó sobre el exmandatario, asilado en Argentina desde diciembre tras 14 años en el poder (2006-2019).
Tras la presentación, los miembros de la OEA, excepto Argentina y México, manifestaron su respaldo al gobierno interino de Bolivia. “Es bajo pretender obtener réditos políticos del sufrimiento del pueblo ante el COVID-19. Es inmoral e indigno jugar a la política con la vida, e infame que grupos de intereses miserables y mezquinos violen los derechos humanos”, manifestó el secretario general Luis Almagro, en una sesión virtual.
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