En 2006, una expedición privada recuperó la esvástica nazi y el águila de popa del acorazado Admiral Graf Spee junto con su telémetro, hundidos en las afueras del puerto de Montevideo tras un combate épico en diciembre de 1939.
Había sufrido 70 impactos de buques de guerra británicos en la Batalla del Río de la Plata. Desde entonces, estos objetos están almacenados en un galpón de Uruguay.
La jueza interviniente falló ordenando su inminente subasta pública y que el producto sea distribuido por mitades entre los rescatistas y el estado uruguayo.
En su resolución, no ha dispuesto ninguna deferencia por las instituciones y los oferentes individuales cuyo objetivo se identificaría claramente como pedagógico, extraer las lecciones del Holocausto y otros genocidios.
“Tanto Alemania, a través de sus diplomáticos como el Centro Wiesenthal, dejamos debidamente establecida la postura que estos elementos no deben servir a un mercado de extrema derecha y supremacistas blancos en crecimiento. Le urgimos a las autoridades uruguayas que aseguren que la exhibición de estos símbolos sirvan como advertencia a las futuras generaciones de lo que nunca debe repetirse”, sostuvo el doctor Shimon Samuels, Director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal.
Por su parte, el doctor Ariel Gelblung, Director para América Latina, concluyó: “El pasado 27 de enero, Uruguay adoptó la Definición de Antisemitismo de IHRA sosteniendo que era el mejor homenaje a las víctimas del nazismo. Hoy debe poner en práctica dicha medida, que incluye la prevención de la utilización pública de símbolos que rememoren la limpieza étnica. En virtud de la citada adopción, debe advertirse a los potenciales compradores que de no darse a los objetos el destino de advertencia, la subasta deberá considerarse nula”.
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