Brasil registró en las últimas 24 horas 632 nuevas muertes por COVID-19, lo que llevó a que el total de fallecidos por la enfermedad superara los 80.000. La cantidad de nuevos casos positivos, en tanto, superó los 20.000, por lo que el total ya es mayor a 2,1 millones. Brasil es el país con la segunda mayor cantidad de decesos y transmisiones confirmadas a nivel global, solo después de los Estados Unidos.
De acuerdo a estos datos, y por segunda jornada consecutiva, el número de muertes registrado en 24 horas ha caído del millar, una cifra que se había establecido casi como promedio diario durante las últimas semanas. Sin embargo, el propio Ministerio de salud ha informado en otras ocasiones que las cifras de nuevos casos y fallecidos suelen caer los domingos y los lunes, debido a que durante los fines de semana se reduce el personal que trabaja en la recopilación de los datos.
Según las autoridades sanitarias, Brasil registra al día de hoy 1,4 millones de pacientes recuperados, mientras que otros 629.324 continúan en observación. Uno de ellos es el presidente Jair Bolsonaro, que anunció que contrajo la enfermedad hace casi dos semanas y desde entonces se ha mantenido aislado en la residencia presidencial, el palacio de Alvorada.
El domingo, Bolsonaro, quien siempre se ha mostrado reticente a seguir los consejos de las autoridades sanitarias, recibió el pasado domingo a algunos centenares de simpatizantes en los jardines del Palacio.
Separado por un espejo de agua de poco más de dos metros, el gobernante recorrió el extenso césped en donde estaban aglomerados sus seguidores, muchos de ellos sin mascarilla de protección y sin respetar el distanciamiento determinado por las autoridades, y a los gritos de “mito” levantó varias veces los brazos para saludar.
Brasil, precisamente por la fuerte incidencia que aún mantiene la pandemia, ha sido uno de los países escogidos para los ensayos clínicos de dos de las vacunas que se estudian actualmente en el mundo contra el Covid-19.
Uno de los estudios es liderado por la Universidad de Oxford, que este lunes anunció que la primera fase de su estudio reveló que su vacuna resultó “segura” y “entrena” el sistema inmunológico. Estos descubrimientos se consideran “muy prometedores”, si bien todavía es necesario llevar a cabo ensayos a mayor escala a fin de determinar si los anticuerpos son suficientes para ofrecer protección a largo plazo contra la enfermedad.
De hecho, Brasil forma parte de la tercera y última fase de los ensayos, que buscan determinar si la vacuna es eficiente y segura en una mayor cantidad de pacientes y de mayor riesgo.
La otra iniciativa en el país sudamericano tiene al frente al laboratorio chino Sinovac, que en conjunto con entidades científicas brasileñas se propone comenzar a aplicar el proyecto de vacuna a 9.000 voluntarios brasileños. Las dosis, en principio 20.000, llegaron este lunes a Sao Paulo y se prevé que empezarán a ser suministradas a partir de este martes a los primeros voluntarios, que son todos funcionarios del área de la salud.
Aún cuando representan las mayores esperanzas, las previsiones de los científicos en relación a las vacunas es que, en caso de que las pruebas de la llamada fase 3, la última del proceso experimental, arrojen resultados satisfactorios, la etapa de producción solamente podría comenzar a inicios o mediados del año próximo.
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