Brasil registró en las últimas 24 horas 45.403 nuevos casos de coronavirus, con lo que superó la cifra de 2 millones de contagiados, según informó este jueves el Ministerio de Salud.
La nación gobernada por Jair Bolsonaro confirmó su primer caso de COVID-19 el pasado 26 de febrero y desde entonces el mandatario ha defendido una política de no realizar cuarentenas para no frenar la economía.
El 19 de junio, casi cuatro meses del primer caso, las cifras oficiales señalaron que Brasil había superado el primer millón de contagios y se acercaba a las 50.000 muertes por la enfermedad que aún no tiene vacuna y que tampoco se conoce con certeza cómo se contagia.
Y este jueves, 16 de julio, el ministerio de Salud confirmó que el país ya había contabilizado dos millones de infecciones de COVID-19 y más de 76.000 muertes. Es decir que el crecimiento exponencial de la propagación del virus hizo que se detectara otro millón de casos en sólo 27 días.
Estos números confirman al gigante latinoamericano, con su población de 210 millones de habitantes, como uno de los nuevos epicentros globales de la pandemia y como el segundo país en el mundo con más infectados y más muertes después de Estados Unidos.
El virus avanza a velocidades diferentes en cada estado y los números permanecen altos pese a que las regiones inicialmente más afectadas ya pasaron por el pico de la curva de contagios.
Sao Paulo se mantiene como el estado más afectado con 393.176 contagios y 18.540 fallecidos. Y en Paraná (sur) y Mato Grosso (centro-oeste), que hasta ahora parecían relativamente a salvo, el avance de la pandemia ya comienza a generar alertas y a obligar a las autoridades a adoptar nuevas medidas preventivas.
El contagiado más famoso de Brasil es el presidente Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia. Contrario a las cuarentenas aplicadas en los estados brasileños, llegó a referirse al COVID-19 como una “gripecita”.
El jefe de Estado informó el miércoles que volvió a dar positivo en un nuevo test de coronavirus, enfermedad que se le diagnosticó el 7 de julio, por lo que permanecerá en cuarentena en su residencia oficial. El lunes había declarado que esperaba ansioso los resultados porque no soporta quedarse en la casa.
Durante los últimos meses, Bolsonaro, de 65 años, desafió casi a diario al virus circulando por las calles en plena cuarentena, acudiendo a actos públicos sin la máscara preceptiva, abrazando y besando a partidarios sin cuidado alguno y desdeñando de la enfermedad.
Con información de EFE
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