Brasil sumó 1.341 nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas y alcanzó un total de 74.262 fallecidos, mientras que los infectados ascienden a 1.931.204 tras notificar 43.245 nuevos contagios en el mismo periodo, según informó el consorcio de medios de prensa brasileños, que recolecta estadísticas de los ministerios de salud en los 26 estados del país al considerar a las oficiales como poco confiables.
Tras golpear las capitales y el sudeste brasileño, la pandemia avanza ahora con fuerza hacia las demás regiones del país y se ha intensificado sobre todo en el sur y el centro-oeste.
El sureño estado de Paraná, considerado una referencia en el control del virus a inicios de la pandemia, ya contabiliza más de 1.100 fallecidos y 45.000 contagiados, lo que llevó a las autoridades regionales a volver a imponer medidas restrictivas en diversas localidades.
La situación también es delicada en el estado de Mato Grosso, en el centro-oeste, donde los más de 1.100 muertos y 29.000 infectados presionan al sistema público de salud.
Por otro lado, en otras regiones de Brasil, un país de dimensiones continentales y con 210 millones de habitantes, la pandemia empieza a dar signos de estabilización, pese a los elevados indicadores nacionales.
Es el caso de Río de Janeiro, el tercer estado con el mayor número de casos de COVID-19 y que ha completado casi cuatro semanas con su curva de muertes en descenso pese a que inició prematuramente la desescalada de las medidas de aislamiento social.
En Sao Paulo, la región más poblada de Brasil, con unas 46 millones de personas, y que concentra el mayor número de decesos y contagios en el país, los números igualmente parecen estar cediendo, ya que el estado tuvo caídas en el número de muertes por tercera semana consecutiva.
Sin embargo, Sao Paulo acumuló hasta este martes unos 18.700 fallecidos y sobrepasó los 386.000 casos de coronavirus después de que registrara el segundo mayor número de muertes diarias desde comienzos de la pandemia.
La región contabiliza, además, más de 15.000 pacientes ingresados en hospitales por COVID-19 -lo que supone el nivel más alto de internados desde el inicio de la crisis sanitaria- en medio del plan de reapertura de la economía iniciado en junio.
Desde la semana pasada los bares, restaurantes y salones de belleza han sido autorizados a funcionar en algunos municipios, entre ellos la capital paulista, que permitió además la reapertura de parques, plazas y gimnasios desde este lunes.
Con información de EFE
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