CanSino Biologics de China está en conversaciones con Rusia, Brasil, Chile y Arabia Saudita para lanzar una prueba de fase III de su vacuna experimental para el COVID-19, dijo el sábado uno de sus fundadores.
Las cifras oficiales de China, exitosas según los reportes para la reducción de las infecciones por COVID-19, ha hecho más difícil la realización de ensayos de vacunas a gran escala, ya que necesita una población que esté siendo afectada por la pandemia para evaluar su efectividad. Hasta ahora sólo unos pocos países han aceptado trabajar con ella.
“Estamos contactando con Rusia, Brasil, Chile y Arabia Saudita (para el ensayo de fase III) y todavía está en discusión”, dijo Qiu Dongxu, presidente ejecutivo y cofundador de CanSino, en una conferencia sobre el desarrollo de medicamentos antivirales en Suzhou, en el este de China.
Qiu dijo que es probable que su prueba de fase III comience "muy pronto" y que la compañía planea reclutar 40.000 participantes.
Su candidata a COVID-19, Ad5-nCov, se convirtió en la primera en China en pasar a las pruebas en humanos en marzo, pero se está quedando atrás de otras posibles vacunas en términos de avance de los ensayos: dos vacunas experimentales desarrolladas por Sinovac Biotech y una unidad del Grupo Farmacéutico Nacional de China (Sinopharm) ya están aprobadas para ensayos de fase III.
Qiu dijo que su ensayo de fase II, en el que participaron 508 personas, ha dado resultados “mucho mejores” que los de la fase I en cuanto a la seguridad de las vacunas y la capacidad de desencadenar una respuesta inmunológica, pero no reveló pruebas específicas.
Pese a que los resultados todavía no estaban publicados, en junio Beijing anunció que comenzaría a aplicar esta vacuna experimental a su ejército.
El ejecutivo dijo que su nueva fábrica en construcción en China le permitirá producir de 100 millones a 200 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus por año a principios de 2021.
El ejército chino, cuya unidad de investigación colabora en el desarrollo de la vacuna candidata, aprobó su uso militar el mes pasado, mientras que las dos vacunas experimentales de Sinopharm se ofrecen a los empleados de las empresas estatales que viajan al extranjero.
Brasil, sede de varios ensayos
El gigante sudamericano, el segundo país más afectado por la pandemia después de EEUU, está en contacto con varios proyectos de la vacuna. A inicios de julio aprobó los ensayos de la empresa china Sinovac y que se aplicará a 9.000 voluntarios en seis estados (San Pablo, Brasilia, Río de Janeiro, Minas Gerais, Rio Grande do Sul y Paraná).
Además, Brasil también está probando una posible vacuna desarrollada por la compañía farmacéutica AstraZeneca con investigadores de la Universidad de Oxford, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el principal candidato del mundo y el más avanzado en términos de desarrollo, con cerca de 2.000 participantes. Sobre este proyecto, el gobierno de Jair Bolsonaro ya llegó a un acuerdo con la Universidad de Oxford para adquirir 100 millones de vacunas contra el coronavirus. El viceministro de Salud, Elcio Franco, anunció el pacto. “Se prevé la compra de tres lotes, el primero de los cuales para entrega en diciembre próximo”. La universidad británica está testeando en territorio brasileño
En la última jornada, Brasil registró 1.071 muertes por COVID-19 con lo que el balance total de víctimas subió hasta los 71.469, mientras que el número de casos ya sobrepasa los 1,83 millones de infectados.
(Con información de Reuters)
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