La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó esta semana un informe sobre el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus en el mercado laboral. Los resultados arrojaron datos alarmantes para América Latina. De acuerdo al reporte, en el primer semestre del año la región registró pérdidas en horas de trabajo equivalentes a 65 millones de puestos laborales.
El descenso en horas de trabajo en el segundo trimestre para América Latina y el Caribe fue del 20 por ciento, equivalente a unos 55 millones de empleos de tiempo completo para una semana laboral de 40 horas, y de 47 millones de empleos en semanas de 48 horas de trabajo promedio, explicó el documento.
En los primeros tres meses del año, en tanto, el porcentaje fue del 3,6 por ciento de las horas laborales totales, lo que equivale a unos 10 millones de empleos en una semana de 40 horas y 9 millones en semanas con promedio de trabajo de 48 horas.
A nivel continental -es decir, agregando América del Norte- el total para el primer semestre del año asciende a horas equivalentes a 93 millones de puestos de trabajo.
Las cifras reflejan el fuerte impacto que han tenido las cuarentenas en las economías de la región, considerando que fueron impuestas durante los últimos días del primer trimestre y, en la mayoría de los casos, se extendieron en gran medida durante el segundo.
La OIT, en tanto, estimó que durante la segunda mitad del año la cantidad de horas laborales perdidas ascenderá al equivalente a 70 millones de puestos de trabajo.
A nivel global global, el organismo indicó que las medidas impuestas durante la pandemia han costado un equivalente a 400 millones de empleos a tiempo completo en todo el planeta.
El impacto en América supera a Europa y a Asia. Tanto el “viejo continente” como Asia Central vieron una reducción el 13,9 por ciento de sus horas de trabajo, mientras que en China y el resto de Asia la cifra fue de 13,5 por ciento.
Según informó la OIT, la disminución mensual de las horas trabajadas (en relación con el anterior período) superó el 50 por ciento en Colombia; en México estuvo cerca del 40 por ciento, y, en Brasil, “los datos disponibles públicamente permiten inferir un límite inferior de cerca del 25 por ciento”.
En Perú, que impuso una fuerte cuarentena, la disminución se acerca al 80 por ciento: “Esto puede ser debido a que las zonas urbanas se ven sustancialmente más afectadas por las medidas de contención”, aclara el organismo.
Vinicius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y El Caribe, presentó el informe en una videoconferencia y enfatizó en que “la pandemia no puede ser excusa para el empeoramiento de las condiciones laborales”. En este sentido, expresó que una clave para balancear la necesidad de reabrir las economías con las medidas sanitarias de aislamiento, pueden ser los protocolos de salud y seguridad en el trabajo.
“A medida que el confinamiento se flexibiliza, la salida son los protocolos bastante rígidos hasta que esté disponible una vacuna”, expresó.
En su informe la OIT propone una estrategia al respecto, basada en cuatro pilares: estímulos a la economía con política fiscal y monetaria activa y flexible; y apoyo a las empresas y empleos extendiendo la protección social, incentivando el mantenimiento de los empleos, con ayudas y alivios fiscales a las compañías. Otros pilares son la protección sanitaria en los lugares de trabajo y la búsqueda de soluciones mediante el diálogo social entre autoridades, sindicatos, gremios empresariales e instituciones laborales.
Por su parte, el organismo advirtió que la pandemia sumió a América Latina y el Caribe “en una crisis económica y social sin precedentes”, dejando “un récord de 41 millones de desempleados”. Esto, indica el informe, provocará un aumento de la desigualdad y la pobreza en la región.
“Llegamos a un récord histórico de 41 millones de personas, algo nunca visto en América Latina y el Caribe, es la cifra más alta en la historia de la región”, dijo Pinheiro, quien hizo referencia a las limitaciones estructurales de la región. En concreto, habló de una la alta informalidad laboral, el poco espacio para medidas fiscales y la debilidad de los sistemas de salud y de protección social.
La OIT calcula que alrededor del 60% de los trabajadores actualmente empleados en América Latina y el Caribe se encuentran expuestos a posibles pérdidas de empleo, de horas trabajadas y de ingresos.
Sin embargo, el organismo aclaró que las tasas de desempleo no describen la magnitud de la crisis, puesto que hay “fuertes tránsitos desde la actividad hacia la inactividad como consecuencia del confinamiento o la falta de oportunidades laborales”.
El reporte presentado esta semana indica una tasa de desocupación del 13%, respecto al 8,1% de 2019. Pinhero precisó que a los 26 millones de desocupados que buscaban empleo en la región antes de la pandemia se han sumado “15 millones de personas más que han perdido su empleo” durante estos meses de cuarentena.
Esto representa, “una caída bruta de la tasa de ocupación en todos los sectores”.
El reporte de la OIT subraya además que un 40 % del total del empleo en la región se desarrolla en sectores económicos de alto riesgo, como el alojamiento, gastronomía y comercio, mientras que otro 17% lo hace en sectores de riesgo medio-alto, en los que se requieren un menor nivel de capacitación.
Por ejemplo, en Chile, la tasa de desocupación subió al 11,2%, de marzo a mayo de 2020, mientras que en Lima esta llegó al 13,1% en el mismo trimestre, de acuerdo a las cifras reflejadas en el documento.
El informe completo de la OIT
MÁS SOBRE ESTE TEMA: