Cómo funciona el grupo bolsonarista “300 de Brasil” y cuál es el rol de su líder, Sara Giromini

Una periodista que se infiltró en el canal de Telegram de la organización reveló detalles sobre sus objetivos. "Vi que estaban entrenando personas para ir a Brasilia, para darles ‘sudor y sangre'", contó

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Sara Giromini
Sara Giromini

La semana pasada, un grupo de simpatizantes del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó fuegos artificiales contra la sede del Tribunal Supremo Federal, en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, al grito de “prepárense, bandidos del Supremo”, grabando la escena en videos que se divulgaron horas después.

El grupo, autodenominado “300 de Brasil”, ya había sido expulsado días antes de la Explanada de los Ministerios y de la plaza de los Tres Poderes, en donde se encuentra el Palacio de Planalto, la residencia oficial de Bolsonaro, tras haber levantado campamentos. Todo esto mientras que en las últimas semanas cobró fuerza el rumor de que el mandatario estaría preparando un autogolpe militar para frenar los intentos de contrapeso del Poder Judicial y Legislativo.

El lunes pasado, fue arrestada la líderes del grupo, Sara Fernanda Giromini, quien se hace llamar “Sara Winter”. Según consignó el periódico O Globo, la operación de la Policía Federal se llevó a cabo también en Brasilia y ella está acusada de participar tanto en las amenazas al tribunal como en un caso de divulgación de noticias falsas.

Este martes, salió a la luz en los medios brasileños que la periodista Jessica de Almeida decidió infiltrarse en el grupo de Telegram de la organización apenas “Sara Winter” anunció en Twitter el pasado 20 de abril la creación del “campamento más grande para el fin de la corrupción y la izquierda en Brasil”.

La comunicadora reveló detalles sobre cómo funciona el grupo y algunas pistas que servirán a la investigación que ya está en marcha por parte de la Oficina del Fiscal General (PGR).

Sara Giromini, más conocida como "Sara Winter"
Sara Giromini, más conocida como "Sara Winter"

Al infiltrarse en el proyecto de Sara Giromini, la periodista quedó impresionada con lo que vio. En pocos días, el grupo de Telegram contaba con más de 3.000 personas, y la organización advirtió a los participantes que debían dar “sudor y sangre” para “exterminar a la izquierda” y prepararse para enfrentarse físicamente si fuera necesario. Ya se había hablado incluso de la posibilidad de terminar en prisión, algo que finalmente sucedió con Sara y otros miembros del grupo.

Jessica narró que “al principio eran objetivos muy generales. Se hablaba de proteger la soberanía popular y esas cosas. Pero comencé a estar atenta cuando compartieron un documental sobre la Primavera Árabe. Luego vi que estaban entrenando personas para ir a Brasilia, para darles ‘sudor y sangre', para enfrentar la posibilidad de ir a prisión... Todo esto junto con una especie de entrenamiento. Y había además todo un juego de palabras: ‘No eres un militante, eres un militar'”.

Ese documental al que hace mención la periodista se llama “Cómo iniciar una revolución”. Las tácticas de guerra son los “198 métodos de acción no violenta”, del estadounidense Gene Sharp, publicado en el sitio web del ideólogo derechista Olavo de Carvalho, influyente del presidente Bolsonaro y sus hijos.

Las discusiones de los miembros de “300 de Brasil” también incluían acciones que iban desde la fabricación de carteles, folletos y panfletos; hasta el “acoso no violento” y la supuesta institución de un gobierno paralelo, detalló la comunicadora, de acuerdo a lo que reveló O Globo.

Y sigue: “El discurso adquirió un tono más extraño a medida que se divulgaban los detalles sobre el supuesto entrenamiento, un requisito previo para unirse al campamento de Sara (Giromini)”.

Luego narró que los organizadores informaron a los participantes que no podrían llevar teléfonos celulares a las sesiones de capacitación, que tuvieron lugar a partir del 27 de abril, y que la dirección no se divulgaría por adelantado.

Esa fue una gran señal de advertencia para mí. A los participantes se les dijo que usaran ropa cómoda para luchar contra otras personas. Ese fin de semana, las enfermeras y la fotógrafa Dida Sampaio fueron golpeadas (en una manifestación contra el gobierno por cómo encaró el coronavirus) y (el grupo de Sara) publicó que eso era solo el comienzo, que iban a elevar el tono. Entonces dije: “Wow, esto se está poniendo serio”, agrega Jessica.

Los medios brasileños informaron que la periodista denunció el caso a la Policía Civil de Brasilia y que, temerosa de ser perseguida, aceptó la ayuda del oficial de policía Leonel Radde, de Rio Grande do Sul, para llevar la denuncia al Ministerio Público.

El grupo lanzando fuegos artificiales contra el Tribunal Supremo

La reacción de las autoridades ante las manifestaciones del grupo

La reacción de las autoridades no se hizo esperar. El presidente del Supremo, José Antonio Dias Toffoli, lamentó los ataques y criticó el hecho de que hayan sido jaleados desde el propio Estado.

“Infelizmente, en la noche del sábado (13 de junio), Brasil sufrió un ataque más contra el Tribunal Supremo Federal, lo que simboliza un ataque contra todas las instituciones democráticas constituidas”, denunció a través de un comunicado.

Estas actitudes han sido estimuladas por una minoría de la población y por integrantes del propio Estado, pese al intento de diálogo que el Supremo ha intentado establecer con todos por el bien de la nación brasileña”, lamentó.

Por su parte, el magistrado del Supremo Alexandre de Moraes, actualmente dirigiendo una investigación sobre la difusión de noticias falsas y ofensas a las autoridades judiciales por parte de grupos “bolsonaristas”, repudió estos ataques y señaló que el Supremo “jamás se plegará a las agresiones cobardes de verdaderas organizaciones criminales financiadas por grupos antidemocráticos que no respetan la Constitución”.

En tanto, el por entonces ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, se reunió en la Explanada de los Ministerios con un grupo de simpatizantes del Gobierno de Bolsonaro, contraviniendo las normas de las autoridades del Distrito Federal que prohíben reuniones y aglomeraciones de este tipo a causa de la pandemia de la COVID-19.

Weintraub apareció sin mascarilla y generó un tumulto a su alrededor de simpatizantes que ansiaban tomarse fotografías a su lado. A los pocos días anunció que dejaría la cartera.

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