Chile endureció las sanciones para quienes no respeten la cuarentena en búsqueda de detener los contagios

La normativa, aprobada en tiempo récord en el Congreso, impone una pena de hasta tres años de cárcel a quienes infrinjan el confinamiento y de cinco años si la persona sabe que está en fase de infección

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Personal vestido con trajes de protección contra el coronavirus, ejecutan un entierro en Chile
Personal vestido con trajes de protección contra el coronavirus, ejecutan un entierro en Chile

Chile endureció las sanciones para quienes no respeten la cuarentena -con penas de hasta cinco años de cárcel-, en un intento desesperado por contener el avance de los contagios de coronavirus, que el pasado jueves superaron los 225.000 mientras se acerca a los 4.000 muertos.

A un mes de la imposición de la cuarentena general en Santiago, no se ha logrado disminuir la movilidad en esta ciudad, sobre todo en los sectores más poblados y más vulnerables de una capital donde viven siete de los 18 millones habitantes del país.

Las zonas con mayor densidad poblacional en la periferia, con mayor uso de la red de transporte público, así como también conjuntos de edificios altos con varios apartamentos por piso, conocidos popularmente como "guetos urbanos", se han convertido en foco de contagio en estas comunidades que albergan gran número de migrantes.

La cuarentena en Santiago no ha logrado disminuir más allá de 30% la movilidad, cuando los expertos señalan que para bajar el ritmo de los contagios la movilidad debe reducirse en al menos un 50%.

“Mientras mayor sea el nivel de cumplimiento de las cuarentenas, menor será la duración necesaria de las mismas y menor el grado de restricción de la libertad y alteración de la vida de las personas”, dijo el presidente Sebastián Piñera, al promulgar el jueves una ley que aumenta las sanciones a quienes no respeten el confinamiento obligatorio.

El presidente chileno Sebastián Piñera asiste a una reunión en la casa de gobierno en Santiago, tras el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Santiago de Chile.
El presidente chileno Sebastián Piñera asiste a una reunión en la casa de gobierno en Santiago, tras el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), en Santiago de Chile.

La normativa, aprobada en tiempo récord en el Congreso, impone una pena de hasta tres años de cárcel a quienes infrinjan el confinamiento y de cinco años si la persona sabe que está en fase de contagio, imponiendo, además, multas a los empleadores que obliguen a una persona a trabajar.

La normativa fue promulgada en momentos que los contagios y fallecidos no ceden en el país después de tres meses del primer contagio reportado.

El parte oficial del jueves contabilizó 4.475 nuevos contagios en las últimas 24 horas y 226 fallecidos inscritos, para un total de 225.103 infectados y 3.841 fallecidos. La tasa de positividad entre el numero de personas que se hicieron el test bordea el 24%, de acuerdo al reporte oficial, aunque expertos afirman que ésta alcanza ya al 50%.

"Disminuir la movilidad es fundamental para disminuir la diseminación del virus y obviamente para evitar que éste siga avanzando", dijo el ministro de Salud, Enrique Paris el jueves.

- Poca adhesión a la cuarentena -

Una normativa laxa en la entrega de permisos de salida, la autorización para seguir funcionando a miles de empresas, el mal uso de los permisos y la demora en la entrega de las ayudas estatales a las clases trabajadoras más pobres son factores que contribuyen a la escasa adhesión al confinamiento estricto en Chile.

Bajo el último decreto de cuarentena oficial para Santiago, el 15 de mayo, 174.000 empresas de un total de 427.000 fueron autorizadas a seguir operando, lo cual provoca que cerca de 2,3 millones de trabajadores sigan movilizándose por la ciudad.

Los rubros permitidos para salir a trabajar son laboratorios, farmacias, veterinarias, bancos, empresas de correo y entregas a domicilio, supermercados, panaderías, centros de abastecimiento y ferreterías, entre otros. En Santiago pueden haber tres farmacias-perfumerías en menos de 500 metros y durante la crisis todas han permanecido abiertas.

Una calle semivacía en medio del brote de coronavirus en Santiago, Chile
Una calle semivacía en medio del brote de coronavirus en Santiago, Chile

También es posible realizar compras de todo tipo en línea a las tiendas por departamento locales, mueblerías y una cadena extranjera de artículos deportivos.

Esta semana redujeron de cinco a dos el número de permisos de salida por semana y la instauración de un permiso único de trabajo, al que se sumaron funcionarios públicos, servicios de alimentación y comercio que sean esenciales.

De acuerdo a un reporte de las Fuerzas Armadas, que están a cargo de controlar la cuarentena, de los 2,5 millones de controles callejeros que se hicieron la última semana, sólo el 0,5% de las personas no contaba con un permiso para trabajar.

(Con información de AFP)

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