El ministro de Exteriores de Uruguay, Ernesto Talvi, ha acordado con el presidente, Luis Lacalle Pou, su salida de la cartera y ha ahora sí reconoció que Venezuela “no es una democracia”.
La salida de Talvi, que ha ostentado el cargo poco más de 100 días, se produce luego de una polémica que surgió cuando se negó a calificar como “dictadura” al régimen de Nicolás Maduro por considerar que, en virtud de su cargo, debía usar un “lenguaje respetuoso”. El comentario de Talvi generó tensiones internas en el Gobierno uruguayo, que ratificó su postura de que en la nación caribeña “no hay democracia”.
Lacalle Pou prometió durante la campaña electoral que cambiaría la política exterior de las anteriores administraciones del Frente Amplio, anticipando, entre otras cosas, su reconocimiento al líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como “presidente encargado” de ese país.
En este contexto, en una rueda de prensa recogida por el diario local ‘El País’, Talvi ha especificado que aún no hay fecha para su salida del Ministerio de Exteriores. “No hemos puesto plazos”, ha señalado, al tiempo que ha precisado que lo que quiere es “llegar a otro rol dentro de la coalición” del Gobierno uruguayo.
Respecto a Venezuela, ha añadido que en el país latinoamericano “se violan sistemáticamente los Derechos Humanos”. Asimismo, ha apuntado que se acordó “evitar el uso de los términos que se habían usado en campaña o aún antes de entrar en la política porque sentíamos que había una oportunidad de abrir una puerta para contribuir a un diálogo que permita una salida democrática en Venezuela”.
“¿Quieren saber lo que me dijo el presidente cuando hablamos de esto? ‘Ernesto, tú y yo pensamos lo mismo sobre el régimen venezolano. Yo puedo decir ciertas cosas, tu no. Haz lo que sea necesario para cumplir con tu trabajo’”, ha agregado Talvi.
Por su parte, Lacalle Pou cumplió la promesa que hizo en enero pasado, antes de asumir, de que iba a flexibilizar regulaciones para atraer a empresarios argentinos: su intención, según dijo, era que 100.000 locales lleven su dinero al país vecino y que, incluso, se muden allí.
Así lo hizo hoy por medio de un decreto que indica que todos los extranjeros que quieran tener su residencia fiscal en su país a partir del 1 de julio lo podrán hacer de una manera más sencilla. Simplemente deberán residir allí 60 días al año y tener una propiedad cuyo valor no sea menor a los 377.000 dólares.
Según publican los medios uruguayos, el Poder Ejecutivo de ese país firmó un decreto y enviará al Congreso un proyecto de ley en donde establece los pasos a seguir para ser ciudadano uruguayo así como una ampliación de los beneficios para los ciudadanos extranjeros que se radiquen en Uruguay.
Entre los considerandos de decreto se señala que Uruguay, en materia de inversiones, basa su política en ofrecer oportunidades, que es un país de puerta abiertas y que “ofrece como garantía de sus políticas públicas de inversión y migración, su institucionalidad, un ámbito de libertad económica y social y una tierra de recursos naturales únicos”.
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