El hecho llama la atención por si solo porque no se trató de un derrumbe -algo que puede suceder y que de hecho ha ocurrido en varias oportunidades en La Habana debido a la falta de mantenimiento de las viejas edificaciones-, sino que fue una demolición pero no se le avisó a la gente. O al menos eso parece cuando se observan las imágenes.
Decenas de vecinos y transeúntes de la calle Olimpo de La Habana Vieja, en Cuba, tuvieron que salir corriendo porque veían y oían cómo se caía parte de un viejo edificio. Una columna y el techo de una vieja edificación se vinieron abajo.
De acuerdo a lo que informó Diario Las Américas, al principio se pensó que era un derrumbe, y en redes sociales circuló esta información. Sin embargo, varios vecinos y un video del propio edificio muestran que se trató de una demolición.
Según explicó un testigo del hecho al periodista Yusnaby Pérez, en el área había trabajadores de demolición en el edificio. Por su parte, una vecina que se identificó como Dayana, dijo que “hace más de cinco años que sacaron a todas las personas que vivían ahí”.
Otra vecina confirmó que no se trató de un derrumbe, sino de una demolición, y dijo que no hubo muertos.
El miedo se apoderó de la gente porque en La Habana ha habido varios derrumbes en los últimos años. Uno de los que más dolor causó fue el ocurrido en enero, dado que murieron tres niñas. Esa construcción tenía orden de demolición desde 2017 pero las autoridades no la llevaron a cabo.
En este caso, no hubo que lamentar víctimas pero, viendo las imágenes, es algo que pudo haber ocurrido dado que evidentemente se falló, sea en la comunicación o en el propio trabajo de demolición.
Un derrumbe económico y social
Para el economista cubano Ricardo Torres, de la Universidad de La Habana, la situación actual es “muy delicada”, debido en parte a que Cuba arrastra un asfixiante déficit en la balanza de pagos y apenas produce una mínima parte de los alimentos y productos básicos para la población. El resto, más del 80%, ha de importarlo.
“Todo lo que implica la pandemia desde el punto de vista económico internacional empeora esa situación. Hay una disrupción del comercio mundial y eso perjudica a Cuba porque depende del intercambio internacional”, indica a la agencia EFE.
La crisis del coronavirus afecta a dos de las principales fuentes de divisas y puntales de las finanzas del país: el turismo, que se ha reducido a cero en los dos últimos meses y medio, y las remesas.
“Lo más difícil de predecir es el comportamiento de las remesas, aunque con niveles de desempleo como los que vemos en EEUU es imposible imaginarse que no vayan a caer”, afirma.
Además, los envíos informales de remesas llegaban en vuelos comerciales, ahora suspendidos; y el canal oficial, operado por la empresa Western Union, podría verse afectado por nuevas sanciones de EEUU cuyo alcance se conocerá a finales de esta semana.
La consultora con sede en Miami Havana Consulting Group (THCG) estimó en abril que la pandemia reducirá las remesas un 32%, de 3.700 millones de dólares en 2019 a unos 2.500 millones de dólares este año.
En el caso del turismo, nadie duda de la extrema dureza del impacto: “Una recuperación llevara meses y años, ya que el sector turístico es muy sensible a estos tipos de afectaciones sanitarias”, explica, por su parte, el economista cubano Omar Everleny, también en diálogo con EFE.
Si el turismo se reduce el 60-80 % este año, Cuba podría perder entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, cifra similar al presupuesto anual del país para importar comida, según publicó esta semana el medio de comunicación estatal Cubadebate.
El parón turístico, sumado al confinamiento y otras restricciones para evitar la propagación del virus, también ha noqueado al pujante sector privado de la isla. Muchos de los conocidos como “cuentapropistas”, en especial en los sectores de alojamiento y hostelería, se han visto obligados a echar el cierre.
“Más de una tercera parte de los cuentapropistas ha solicitado una licencia de suspensión de actividad, y probablemente muchos más tienen el negocio inactivo”, asegura el economista Ricardo Torres.
MÁS SOBRE ESTOS TEMAS: