Brasil superó este jueves a Italia como tercer país con más muertos por coronavirus, con 34.021, tras registrar un nuevo récord diario de 1.473 fallecidos en las últimas 24 horas, en medio de las preocupaciones de la comunidad internacional por el avance de la pandemia en la principal economía latinoamericana.
Segundo país en número de contagios por detrás de Estados Unidos, Brasil sumó 30.925 nuevos casos y ya registra 614.941 entre su población de 210 millones de personas, según el último balance del ministerio de Salud.
Calculado por millón de habitantes, el panorama en Brasil es, sin embargo, menos dramático que en los países europeos: 153,1, frente a los 557,2 de Italia o a los 587,8 del Reino Unido.
Los estados con más muertos son San Pablo (8.276), el más rico y poblado, y Río de Janeiro (6.010).
Pero los que registran mayores índices de muertos por millón de habitantes son los del empobrecido norte y nordeste, como Amazonas y Ceará, cuyos sistemas sanitarios están al borde del colapso.
Los expertos sospechan que, ante la falta de pruebas en el país, los números reales son probablemente mucho más altos.
Mientras los países europeos ya lograron aplanar la curva de contagios y reducir drásticamente el número de muertos, en Brasil todavía no se ha alcanzado el pico de la pandemia.
El presidente de la Federación internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Francesco Roca, dijo este jueves que Brasil es una de las principales preocupaciones del organismo humanitario porque a causa de la pandemia “mucha gente muere y nada indica que la curva se reducirá”.
En una entrevista con la AFP, el ex secretario ejecutivo del Ministerio de Salud Joao Gabbardo dijo el miércoles que en Brasil “no hay una curva única de COVID-19”, debido a la diversidad de escenarios en un país de dimensiones continentales.
Varios estados y municipios, que en Brasil tienen el poder de decidir en cuestiones de salud pública, ya empezaron a flexibilizar las medidas de cuarentena, para disgusto de los epidemiólogos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En general, las medidas de contención de la pandemia son en Brasil menos estrictas que en la mayoría de los países europeos.
En el gigante sudamericano, la crisis sanitaria se suma a una grave crisis política.
Bolsonaro está abiertamente enfrentado con varios gobernadores por las medidas de cuarentena, que considera una ruina para el país y dice que “será peor el remedio que la enfermedad”.
Además, entre el núcleo duro del bolsonarismo se extiende la ira contra la corte suprema, que está analizando varios expedientes que apuntan al mandatario y a su entorno cercano, y los pedidos de “intervención militar”.
Eso ha provocado el surgimiento de varias iniciativas suprapartidarias de la sociedad civil “en defensa de la democracia”, que se suman a las manifestaciones “antifascistas” convocadas por grupos de hinchas de los principales clubes de Brasil.
En su conexión semanal por Facebook, el mandatario calificó a esos grupos de “terroristas” y de banda de marginales, y pidió a sus seguidores que no acudan para evitar choques, como los que hubo el pasado domingo en San Pablo.
(Con información de AFP)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: