La policía de Uruguay detuvo este lunes a tres personas sospechadas de estar involucradas en el asesinato de tres infantes de marina, que tuvo lugar el domingo. Según confió una fuente de las fuerzas de seguridad uruguayas a Infobae, uno de los detenidos sería de nacionalidad colombiana e hijo de uruguayos, quien ingresó a los Fusileros de la Marina Uruguaya (Fusna) en 2014 y fue dado de baja en 2017.
El mismo habría sido aprehendido por las autoridades junto a una mujer y otro hombre, cuyas identidades aún no han sido divulgadas.
El ministro del Interior, Jorge Larrañaga, aseguró este lunes que la Policía ya cuenta con detalles importantes para resolver el caso, pero explicó que no se harán públicos para no entorpecer la investigación: “Quiero ser claro: en el Uruguay no van a ganar las bandas criminales, sino el Estado de derecho. Sepan que seremos implacables con los responsables”.
Detalló, además, que en los allanamientos fueron hallados tres cargadores de pistolas calibre 9 mm y una pistola Glock numerada, pero no confirmó si se trataba de las armas de reglamento que les robaron a los soldados.
Los detenidos prestarán declaración ante la fiscal del caso el martes.
Los oficiales masacrados fueron identificados como Alex Guillenea, Alan Rodríguez y Juan Escobar, oriundos de los departamentos de Tacuarembó y de Rivera. Tenían 22, 25 y 32 años, respectivamente. Dos de ellos tenían un tiro en la cabeza, y el tercero fue hallado en posición fetal rodeado de sangre. Fueron encontrados en un puesto de guardia del Cerro de Montevideo a las ocho de la mañana del domingo. Allí están instaladas antenas de comunicación de la Armada, la Presidencia y la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones.
El presidente Luis Lacalle Pou, que decretó dos días de duelo nacional por el asesinato, prometió “combatir, perseguir y capturar a los responsables”: “No estamos dispuestos a que se naturalice la violencia en la sociedad”.
La línea de investigación más fuerte de la fiscal del caso, Mirta Morales, apunta al mundo de las organizaciones de narcotraficantes que operan en el territorio uruguayo. Esta, a su vez, se divide en dos sentidos. Uno apunta al robo de las pistolas que portaban los oficiales, considerando el elevado valor que pueden llegar a tener en el mercado negro: pueden alcanzar a los cinco mil dólares o en trueque por un kilo de cocaína con narcos brasileños, según consignó el periodista Marcelo Gallardo en un artículo publicado en Infobae.
En paralelo a su valor material, el crimen podría también haber sido un mensaje a las fuerzas de seguridad. De hecho, podría haber sido el más fuerte de una sucesión, considerando que la Armada y otras reparticiones que tienen a su cargo la lucha contra el narcotráfico sufrieron en las últimas semanas ataques con bombas e intentos de robos. Para los investigadores aquí puede haber un hilo conductor que conecte a todos los casos. “En inteligencia una vez es coincidencia, dos acción enemiga”, recordó el domingo un alto oficial del Ejército.
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