Autoridades sanitarias brasileñas reportaron este lunes 623 nuevas muertes por Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, lo que llevó el total en el país a 29.937. Se trata de la cuarta cifra más alta a nivel mundial, solo por detrás de Italia, el Reino Unido y los Estados Unidos.
La cantidad de casos positivos, en tanto, fue de 12.247, lo que lleva el número a 526.447. De esta manera, Brasil se consolida como el segundo país más afectado en esta categoría: solo se ubica después de Estados Unidos, que a la noche del lunes registra más de 1,8 millones, según el último recuento de la universidad Johns Hopkins.
Las cifras del lunes son más bajas que las reportadas durante los últimos días, cuando la cantidad de decesos oscilaba entre 900 y 1.200, y los casos nuevos positivos se ubicaban cerca de 20.000. No obstante, este suele ser el caso a la hora de informar los números del fin de semana en el país sudamericano, cuando el procesamiento de los reportes suele demorarse.
Brasil vive la pandemia en medio de una crisis política que tiene en el centro al presidente, Jair Bolsonaro. Las tensiones entre sus partidarios y detractores llegaron a un punto de ebullición el domingo, cuando se registraron violentos disturbios que dejaron varios heridos en San Pablo.
Los incidentes ocurrieron en la céntrica Avenida Paulista, donde fueron convocados actos por parte del llamado “bolsonarismo” y también por grupos opositores que se concentraron contra el “autoritarismo”.
Los primeros expresaban su apoyo a Bolsonaro, exigían el “cierre” del Parlamento y la Corte Suprema, a los que acusan de “conspirar” contra el Gobierno, en tanto que los segundos decidieron salir a la calle en “defensa de la democracia”. Este último grupo que portaba pancartas en favor de la democracia contó con el apoyo de algunas hinchadas de clubes de fútbol.
Ambos grupos también esgrimen visiones contrastantes de como debería abordarse la pandemia. Mientras que Bolsonaro y sus partidarios han minimizado la gravedad de virus y buscado la reapertura -con el objetivo de mitigar el impacto económico-, sus detractores se hacen eco de los consejos de las autoridades de salud a nivel mundial, que han abogado por las cuarentenas y el distanciamiento social.
El “acto antifascista” fue convocado por las hinchadas de varios clubes paulistas, principalmente del Corinthians pero también de Palmeiras, Sao Paulo y Santos. El Corinthians tiene una fuerte identificación con la defensa de los derechos cívicos, a través del movimiento Democracia Corinthiana, liderado por el futbolista Sócrates en los últimos años de la dictadura militar (1964-1985).
Poco antes, en Brasilia, el presidente Bolsonaro, una vez más, acudió a un acto organizado por sus partidarios, en el que también éstos se manifestaron contra el Parlamento y la Corte Suprema y demandaron una “intervención militar”.
El jefe de Estado no hizo declaraciones y se limitó a saludar y abrazar a muchos de los asistentes, cargó algunos niños en sus brazos y posó para fotos, todo sin usar la mascarilla que es obligatoria para circular por las calles de Brasilia, por la pandemia del coronavirus. Tras saludar a sus partidarios, calculados en unos 3.000, Bolsonaro se dirigió hacia un grupo de policías a caballo, montó en uno de ellos y se paseó entre las personas, que tras la cabalgata se dispersaron sin mayores incidentes.
Los dos estados con más muertos y casos son San Pablo y Río de Janeiro (sudeste). El primero registra al lunes 111.296 casos y 7.667 muertes, y el segundo 54.530 y 5.462. No obstante, los más afectados en relación a su población son los del empobrecido norte y nordeste, con sistemas sanitarios casi al límite de su capacidad.
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