El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional otorgó el viernes a Chile una línea de crédito por unos 23.930 millones de dólares durante dos años para hacer frente al impacto de la pandemia del coronavirus, informó el organismo.
Esta Línea de Crédito Flexible (LCF) “debería afianzar la confianza y, sumado al cómodo nivel de las reservas internacionales, servir de salvaguarda frente a los riesgos adversos”, señaló el FMI en un comunicado, indicando que el gobierno de Sebastián Piñera prevé tratar el acuerdo como “precautorio y temporal”.
Creada para ayudar a proteger contra choques externos a los países que tienen marcos de política muy sólidos y una trayectoria de muy buen desempeño económico, la LCF permite el acceso a recursos por adelantado sin condiciones posteriores. Además de Chile, le fue concedida a Perú, México y Colombia.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, elogió a Chile por los “fundamentos muy sólidos” de su economía, así como “la muy buena trayectoria de implementación de políticas macroeconómicas prudentes” que le permitieron absorber el golpe de los choques recientes.
Pero dijo que “la economía abierta de Chile está expuesta a riesgos externos sustanciales como resultado del brote de la covid-19, incluido un deterioro significativo en la demanda global de exportaciones chilenas, una fuerte disminución o reversión de las entradas de capital hacia mercados emergentes y un endurecimiento abrupto de las condiciones financieras mundiales”.
Georgieva dijo que este respaldo debería ayudar a Chile a aumentar la confianza del mercado en medio de la incertidumbre y volatilidad generadas por la pandemia.
"Las autoridades tienen la intención de tratar el acuerdo de LCF como precautorio y temporal, y salir tan pronto como se complete el período de 24 meses, con la condición de una reducción de riesgos en el momento de la revisión de mediano plazo", señaló.
Un instrumento que “Chile no necesita”
Chile pidió esta línea de crédito a mediados de mayo, luego de que las medidas impuestas para evitar la propagación del virus agravaran una situación económica ya complicada en el país andino.
Las masivas manifestaciones exigiendo reformas sociales al gobierno de derecha de Piñera, que se iniciaron en octubre pasado, impactaron en el Producto Interior Bruto (PIB), que cerró 2019 con una expansión de 1,1%, la menor en una década.
Para 2020, las autoridades chilenas estimaron una contracción de hasta 2,5% del PIB anual, pero el FMI pronostica que la caída llegaría a 4,5%.
“Es un instrumento que aún en el escenario central que nosotros tenemos hoy, claramente Chile no necesita (...) pero ante la incertidumbre global en la que estamos viviendo claramente mientras más márgenes de precaución uno tome, mejor”, dijo en rueda de prensa virtual, Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
Luca Ricci, jefe de la misión del FMI para Chile, explicó en la misma instancia que el uso de esta línea “es incondicional” y que el país “la puede usar cómo y cuando quiera, sin condiciones”.
La pandemia ha impactado más duro de lo previsto inicialmente a Chile, con contagios que este viernes superaron los 90.000 y muertes que alcanzan las 944, con medidas de cuarentenas generalizadas que se prolongarían más allá de lo estimado también en un principio.
Para hacer frente a la emergencia sanitaria, el gobierno chileno ha lanzado planes de emergencia por más de 17.000 millones de dólares, equivalentes a un 7% del PIB, que se financiarán con una combinación de reasignaciones de gasto, utilización de ahorros y una mayor deuda pública.
El Fondo advirtió semanas atrás que la recesión económica debido a la pandemia podría golpear a países como Chile con "nuevas protestas, particularmente si las acciones políticas para mitigar la crisis covid-19 se perciben como insuficientes o favorecen injustamente a las grandes corporaciones en lugar de a las personas".
(Con información de AFP)
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