Celso de Mello, miembro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, autorizó este viernes por la tarde la publicación de las imágenes de la reunión ministerial que el ex titular de la cartera de Justicia, Sergio Moro, referenció a la hora de dejar su puesto como evidencia de que el Presidente Jair Bolsonaro buscaba interferir en la separación de poderes. Y específicamente, que buscaba remover al titular de la Policía Federal, entidad que lleva a cabo una investigación contra sus familiares y aliados.
En las imágenes puede apreciarse como Bolsonaro, en un estado de exaltación, dice: “No voy a esperar a que me jodan a mí y a mi familia” ."Si no se los puede cambiar, hay que cambiar a su jefe. Y si no se puede cambiar al jefe, cambia al ministro. Y punto. No estamos aquí para bromear”, agregó.
Luego de que las imágenes tomaran estado público, Bolsonaro aseguró que se estaba refiriendo al jefe de su servicio de protección personal. Sin embargo, él ya había logrado reemplazarlo recientemente.
En otro pasaje del video, el Presidente se quejó acerca de la imposibilidad de obtener información por parte de la policía y otras agencias de seguridad. “No se puede trabajar así. Es difícil. Por eso voy a interferir. Punto final”, expresó.
A la hora de renunciar, Moro aseguró que Bolsonaro buscaba cambiar al jefe de la Policía Federal de Río de Janeiro debido a que bajo su esfera de influencia se estaban llevando a cabo investigaciones que podrían ser perjudiciales a sus hijos Flavio y Carlos. Ese fue uno de los primeros actos de su reemplazante, Rolando de Souza. El video es parte del proceso judicial que se abrió luego de la denuncia de Moro y que se encuentra bajo investigación del Supremo Tribunal Federal.
En otro pasaje de la reunión, Bolsonaro promovió la compra de armas por parte de la población, asegurando que ello evitaría “una dictadura”: “El pueblo está dentro de casa. Por eso quiero, ministro de Justicia y ministro de Defensa, que el pueblo se arme. Que sea garantía de que nadie aparezca para imponer una dictadura por aquí. Qué fácil es establecer una dictadura. ¡Facilísimo!. Un maldito prefecto puede sacar un decreto que haga que todo el mundo se quede dentro de casa. Si estuviese armado, el pueblo saldría a la calle. ¿Y si yo fuese un dictador? Querría desarmar a la población. ¿Por qué estoy armando al pueblo? Porque no quiero una dictadura”, dijo.
Al día siguiente, el Gobierno anunció que aumentaría el límite de compra de municiones para aquellos ciudadanos que tuvieran armas.
E insultó al gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y al ex senador Artur Virgílio. Se refirió a todos ellos como “bosta” y “estiércol”. “Aprovechan el virus. También la bosta del prefecto de Manaos ahora, abriendo tumbas colectivas. Una bosta”, afirmó.
Además, la reunión incluye momentos que generaron controversia para distintos ministros: el titular de la cartera de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sugiere que aprovechar que la población y la prensa tienen su atención puesta en la pandemia del nuevo coronavirus para relajar regulaciones y así aumentar la porción del Amazonas en la que está habilitado el pastoreo. El viernes, Brasil registró más de 20.000 nuevos casos del virus y se convirtió en el segundo país con mayor cantidad de transmisiones.
En tanto, la ministra de Derechos Humanos aseguró que había un complot por parte de sectores de izquierda para transmitir coronavirus a las comunidades indígenas en el Amazonas para, de esa manera, socavar la legitimidad del gobierno de Bolsonaro.
Por su parte, el ministro de Economía, Paulo Guedes, criticó la estructura del Banco de Brasil y propone su privatización: “No es privado ni público. Entonces, si vas a presionar a Rubem (Novaes, presidente del banco), pobrecito. Es súper liberal, pero si lo presionas y dices: ‘Pon una tasa de interés baja’, el dice que no puede. Y si le dices que ponga una alta te dirá que tampoco puede. Es un caso listo para la privatización”.
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