Jair Bolsonaro, sobre el polémico uso de la cloroquina contra el coronavirus: “Peor que ser derrotado es la vergüenza de no luchar”

El presidente de Brasil indicó que el Ministerio de Salud de su país divulgó pautas para el tratamiento de la enfermedad con este antipalúdico

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (EFE/ Joédson Alves)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (EFE/ Joédson Alves)

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se manifestó a través de su cuenta de Twitter luego de que su país aprobara el uso de cloroquina para pacientes con coronavirus sin gravedad.

El Ministerio de Salud divulgó pautas para el tratamiento de la Covid-19, donde la cloroquina puede administrarse en casos leves, con recomendación médica y autorización del paciente / familia”, indicó el mandatario en un primer mensaje en la red social.

Y luego agregó: “Todavía no hay evidencia científica, pero está siendo monitoreada y utilizada en Brasil y en todo el mundo. Sin embargo, estamos en guerra: ‘Peor que ser derrotado es la vergüenza de no haber luchado'. Dios bendiga a nuestro Brasil".

El Ministerio de Salud de Brasil publicó este miércoles un nuevo protocolo sobre el tratamiento para los pacientes con COVID-19 que extiende el posible uso de cloroquina e hidroxicloroquina, dos medicinas aún sin eficacia demostrada, a los pacientes menos graves y que están con los primeros síntomas.

La modificación del protocolo venía siendo defendida desde la semana pasada por Bolsonaro y provocó la renuncia el viernes del ministro de Salud, Nelson Teich, quien divergía con el mandatario sobre las estrategias para combate al COVID-19 en Brasil, el tercer país con mayor número de casos en el mundo.

Pese a que la eficacia de los dos antipalúdicos aún no ha sido demostrada científicamente y a que tienen graves efectos colaterales, como arritmia cardíaca, el mandatario brasileño presionaba para que su uso fuera extendido a todos los pacientes y no sólo a los que se encuentran en estado grave.

El protocolo revocado preveía el uso de cloroquina tan sólo en pacientes graves y críticos, ya ingresados en unidades de cuidados intensivos, y sometidos a observación médica en hospitales, lo que permitía suspender el tratamiento si presentan arritmia cardíaca.

El nuevo protocolo, pese a admitir que las medicinas no tienen eficacia comprobada, incluye “orientaciones” para suministrarlo a los pacientes en todos los niveles de la enfermedad, incluso a los que no están graves.

En la imagen se registró a un grupo de residentes de la favela de Mandela, en la zona norte de Río de Janeiro (Brasil), a la espera de alimentos y ayudas, durante la actual pandemia por el COVID-19. EFE/Antonio Lacerda/Archivo
En la imagen se registró a un grupo de residentes de la favela de Mandela, en la zona norte de Río de Janeiro (Brasil), a la espera de alimentos y ayudas, durante la actual pandemia por el COVID-19. EFE/Antonio Lacerda/Archivo

El documento prevé el uso de cloroquina combinado con azitromicina, en dosis diferentes según el avance del tratamiento y el estado del paciente, desde que sea autorizado por un médico y tras el análisis de los exámenes.

“Pese a ser medicinas usadas en diversos protocolos y de poseer actividad contra el coronavirus demostrada en laboratorio, aún no hay estudios clínicos más completos y multicéntricos que comprueben el beneficio inequívoco de estas medicinas para tratar el COVID-19”, reconoce el protocolo.

De esa forma, agrega, “su prescripción queda al criterio del médico” desde que el paciente, necesariamente, declara su voluntad de recibirlo.

De acuerdo con el documento, el paciente tiene que firmar un término de consentimiento en el que admite tener conocimiento que las medicinas pueden causar efectos colaterales “como reducción de glóbulos blancos, disfunción del hígado, disfunción cardíaca y arritmias, y alteraciones visuales por daños en la retina”.

El nuevo protocolo fue publicado un día después de que la Asociación de Medicina Intensiva Brasileña, la Sociedad Brasileña de Infectología y la Sociedad Brasileña de Neumología desaconsejaran el uso de la cloroquina.

Según un informe elaborado por 27 especialistas de las tres entidades, las evidencias sobre la eficacia de la cloroquina y sus derivados para tratar el COVID-19 son “débiles” y la medicina, en cambio, tiene graves efectos colaterales, como arritmia cardíaca.

De acuerdo con el ex ministro de Salud Luis Henrique Mandetta, la insistencia de Bolsonaro en forzar el uso de cloroquina para tratar a todos los pacientes puede provocar muchas muertes porque se trata de una medicina con graves efectos colaterales.

(Con información de EFE)

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